Comisión Europea: transgénicos: difícilmente pueden verificarse los peligros, cuando no se investigan
Maíz NK 603: la EFSA descartó la necesidad de pruebas para demostrar la inocuidad de diferencias significativas reveladas en el análisis toxicológico y de composición del maíz, a pesar de que estas diferencias pueden tener efectos biológicos muy graves
El 30 de Abril los representantes de los Estados miembros de la UE denegaron la solicitud importación de un maíz manipulado genéticamente destinado a consumo humano. Se trataba de una línea de maíz de Monsanto, con la modificación genética NK603, resistente al herbicida Roundupde la misma compañía.
La solicitud de autorización del maíz NK 603 es únicamente para procesado, no para cultivo, y en febrero el comité de expertos de medio ambiente había rechazado la autorización de un maíz NK603 destinado a alimentación animal.
8 países votaron a favor: Bélgica, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Italia, Reino Unido y Suecia. Alemania y España se abstuvieron y los otros 5 países miembros votaron en contra. Al no haberse llegado a un acuerdo, la propuesta pasará ahora al Consejo Europeo, que deberá decidir si autoriza la importación de este maíz en un plazo de tres meses. De no llegarse a un acuerdo sería la Comisión quien decidiera.
Al igual que el Bt 11, en el proceso de evaluación de esta línea de maíz se ha aplicado la antigua normativa, menos rigurosa en cuanto a requerimientos para valorar los riesgos del maíz transgénico en la salud y en el medio a largo plazo, incluyendo posibles efectos acumulativos y en las generaciones futuras. En sus informes la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea (European Food Security Agency, EFSA) señala la presencia accidental de fragmentos de ADN funcionales, incorporados al genoma de la planta en el proceso de manipulación genética. Sin embargo, y a pesar de que la expresión de estos fragmentos en las células del maíz puede dar lugar a la aparición de proteínas alergénicas o a la alteración de otras funciones de la planta, la EFSA no ha solicitado más estudios que permitieran descartar posibles efectos negativos, limitándose a quitar importancia a la presencia del ADN fragmentos indeseado. En el análisis molecular realizado se detectaron asimismo reordenaciones del ADN insertado, cuyas posibles consecuencias tampoco se han investigado. La EFSA ha descartado también la necesidad de pruebas para demostrar la inocuidad de diferencias significativas reveladas en el análisis toxicológico y de composición del maíz, a pesar de que estas diferencias pueden tener efectos biológicos muy graves [1].
Por si fuera poco, en la evaluación de riesgos de alergia del maíz NK 603 no ha seguido las directrices establecidas a nivel europeo en marzo 2003, que requieren la realización de pruebas con suero humano, a pesar de que la OCDE afirma que el maíz puede dar lugar a reacciones alergénicas [2].
Ni que decir tiene, por otra parte, que la principal característica de la línea NK 603, su resistencia al herbicida de Monsanto Roundup, supone un aumento del uso de este producto en los cultivos cuya acumulación en los alimentos es inevitable, con los consiguientes riesgos para la salud.
En definitiva, la evaluación de riesgos del maíz NK 603 se basa en la presunción de que si no ha aparecido evidencia de riesgos es que no existen riesgos, cuando el problema de los transgénicos es precisamente que difícilmente pueden verificarse los peligros, cuando no se investigan.
Notas
[1] Para información más amplia y referencias ver: Greenpeace. The European Food Safety Authority (EFSA): Failing Consumers and the Environment. April 2004: aquí
[2] Ver informe de Amigos de la Tierra Europa. Questions remaining over Monsantos NK maize: aquí
Isabel Bermejo
Ecologistas en Acción