Argentina: agroquímicos y la salud rural

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País Argentina

"Un importante conjunto de científicos se reunió la semana pasada en Córdoba para debatir el tema y concluyó con dos duros documentos, enviados a la Mesa de Enlace y al gobierno nacional, donde alentaron prohibir “las fumigaciones aéreas” con agroquímicos `en todo el territorio nacional´."

A pesar de que las retenciones parecieran mostrarse como el único tema controversial en el debate público sobre el modelo productivo rural argentino, investigadores de todas las especialidades están alertando sobre las consecuencias para la salud que implica la utilización masiva, y desde hace una década y media, de agroquímicos entre las poblaciones rurales.

 

 

Un importante conjunto de científicos se reunió la semana pasada en Córdoba para debatir el tema y concluyó con dos duros documentos, enviados a la Mesa de Enlace y al gobierno nacional, donde alentaron prohibir “las fumigaciones aéreas” con agroquímicos “en todo el territorio nacional”.

 

Los participantes del encuentro acusaron a las patronales rurales, en la figura de Hugo Biolcati, presidente de la Sociedad Rural Argentina; Mario Llambías, titular de Confederaciones Rurales Argentinas, y Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina, por fumigar “300 millones de litros de venenos sobre esta población” de manera irracional.

 

A su vez, reclamaron al Gobierno que instrumente un marco legal para que “se restrinjan las fumigaciones terrestres alejándolas del límite del ejido urbano de los pueblos”.

 

Durante el encuentro, Delia Aiassa, doctora investigadora del Departamento de Ciencias Naturales de la Facultad de Ciencias Exactas Físico-Químicas y Naturales de la UNRC, y Fernando Mañas, doctor y ex becario del Conicet e investigador de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la misma universidad, dieron a conocer sus investigaciones sobre los efectos del glifosato, herbicida comercializado por la multinacional Monsanto como Round-up –entre otras corporaciones–, “en el aumento de daño genético cuantificado mediante los ensayos de aberraciones cromosómicas, micronúcleos y cometa” en ratones de laboratorio y cultivos de tejido humano.

 

Además, están realizando una investigación donde se evalúa el efecto sobre el material genético de aquellas poblaciones expuestas laboral o involuntariamente a agroquímicos, incluyendo el efecto que estas sustancias tienen en el medio ambiente. De este modo, el trabajo consiste en evaluar directamente el efecto de los agroquímicos en el material hereditario de personas en contacto con plaguicidas mediante una muestra de sangre en la que se determina el daño genético empleando los ensayos antes mencionados. Del mismo modo, se realiza una evaluación similar sobre especies silvestres, como anfibios (sapo común) que están en contacto con estos contaminantes en el medio ambiente. Para los científicos, el trabajo “pone de manifiesto el riesgo que representa la exposición a plaguicida para la salud”.

 

 

Ambos integran un equipo multidisciplinario que viene trabajando desde 2006 en las localidades cordobesas de Gigena, Marcos Juárez, Saira, Río Cuarto y Las Vertientes, con un enfoque que incluye el estudio del daño genético, el monitoreo ambiental, el estudio sobre la legislación y la intervención educativa en las poblaciones. Por eso participan en los estudios biólogos, veterinarios, abogados y psicopedagogos.

 

 

Sus trabajos se publicaron en revistas especializadas en temáticas científicas como Ecotocology and Environmental Safety, de Canadá; Pharmacology and Toxicology, de EE.UU., Theoria, de Chile; Basics and Applied Genetics y Revista de Toxicología en línea, ambas de nuestro país.

 

 

–¿Cómo les explican a quienes no pertenecen al sistema científico, incluso a quienes no viven en el campo, a qué está expuesta la población de la región pampeana?

 

 

Fernando Mañas: –Tenemos que concluir que la región agroproductiva de la provincia de Córdoba está expuesta a cada vez más cantidades de agroquímicos, que se utilizan en dosis cada vez mayores, e incluso con mezclas de diferentes productos que antes no se realizaban. A eso está expuesta la población rural. En las ciudades, esto le puede llegar mediante contaminantes en el agua, a diferencia de la población rural que está siendo directamente rociada con todos estos cócteles de agroquímicos.

 

 

Delia Aiassa: –En el campo están expuestos a una gran diversidad de agentes. Son las cantidades y la utilización permanente lo que está determinando esta situación.

 

 

–¿No temen ser acusados de alarmistas?

 

 

D.A.: –Lo que hacemos es transmitir un resultado que obtuvimos en laboratorio y en el campo...

 

 

F.M.: –Y que fue publicado.

 

 

D.A.: –Es material con acceso para la comunidad científica, y por Internet para toda la población. Hallamos daño genético aumentado, tanto en personas como en animales.

 

 

F.M.: –Y encontramos que, como cada vez se utilizan mayores cantidades de agroquímicos, estos problemas genéticos se pueden incrementar.

 

 

D.A.: –Estas publicaciones les dan legitimidad científica a nuestros trabajos porque se garantiza que fueron analizados por personas con trayectoria y pertinencia científica. Así, certifican que los estudios cuentan con la rigurosidad científica que exige este tipo de trabajos. Son llamadas revistas con “referato”. Tenemos dos trabajos más a ser publicados próximamente, es decir que están proceso de revisión. Además tenemos dos tesis de licenciatura y otra de doctorado con la misma temática.

 

 

–¿Qué les transmite la gente encuestada sobre las consecuencias de los agroquímicos en su propia salud?

 

 

F.M: –En líneas generales los reconocen como sustancias peligrosas. Pero la mayoría de los que trabajan con agroquímicos saben que es su única fuente de trabajo, son conscientes de que no lo pueden abandonar de un día para el otro. Uno de los resultados obtenidos indica claramente, en la población Las Vertientes, que hay un número importante de mujeres que sufrieron abortos. Son mujeres embarazadas probablemente expuestas a agroquímicos cuando debieran estar lo más lejos posible, protegidas.

 

 

D.A.: –Pero las localidades donde trabajamos tienen entre un 25 y un 30 por ciento de las viviendas a 50 metros de las zonas de fumigación. También encontramos que son pocos los períodos de tiempo cuando no se fumiga. En general sucede casi todo el año, excepto uno o dos meses de invierno.

 

 

–¿Los efectos nocivos que encontraron se producen por el contacto permanente o una única vez es suficiente?

 

 

F.M.: –Los daños genéticos evaluados se producen por exposiciones continuas y prolongadas a bajas concentraciones. Esos efectos son acumulativos y los signos clínicos se verán años después. Esa exposición podría generar desarrollo de cáncer, problemas reproductivos o enfermedades y malformaciones en la descendencia.

 

 

D.A.: –Es importante destacar que cuando se saca el contaminante, cuando hay medidas de protección, los niveles de rotura de cromosomas o en las hebras del ADN disminuyen y se acercan a los niveles basales o de referencia que tenemos en el laboratorio, que son los normales.

 

 

–¿Bajan esos niveles si se retira del campo a una persona que estuvo viviendo allí por un tiempo prolongado?

 

 

D.A.: –Sí, bajan, lo hemos comprobado. Lo evaluamos a través de ensayos. El riesgo disminuye inmediatamente.

 

 

–En base a sus criterios científicos, ¿qué creen que puede suceder con la salud de la población rural si esto no cambia?

 

 

F.M.: –Si estas condiciones siguen en aumento lo que tendremos probablemente serán mayores casos de cáncer, de malformaciones, de dificultades para concebir embarazos o pérdida de embarazos. La situación es preocupante pero somos optimistas y creemos que esta situación no se va a mantener en el tiempo. Van a empezar a escuchar a la comunidad científica y a las poblaciones afectadas.

 

 

–En ese marco ¿ha caído en desuso la relación del campo con la vida?

 

 

F.M.: –Sí, yo hoy no me iría a vivir al campo en las actuales condiciones...

 

 

D.A.: –Porque hoy las poblaciones más vulnerables son rurales. Nosotros tenemos el grupo de referencia en Río Cuarto y la comparación con una pequeña localidad, como Las Vertientes, indica que estos últimos están mucho más afectados por los efectos contaminantes del medio ambiente.

 

 

–¿Cuántos habitantes tiene Río Cuarto?

 

 

F.M.: –Alrededor de 160 mil.

 

 

–¿Y Las Vertientes?

 

 

D.A.: –Setecientos

 

 

Fuente: Diario El Argentino

Temas: Agrotóxicos

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