El jueves 24 de noviembre, se produjo el cuarto derrame de gas en un año de funcionamiento del gaseoducto de Camisea: mortandad en los peces y plantas de los ríos; envenenamiento de los animales silvestres y perjuicios a la agricultura, lesiones por contacto con recursos contaminados. Las fuentes de vida de la población se destruyen y nadie responde claramente por ello