El imperio de Cargill, el polémico gigante agroindustrial en manos de la cuarta familia más rica de EE.UU
Es un gigante agroindustrial con sede en Minnesota, que tiene oficinas en 70 países, ingresos de US$113.500 millones y ganancias netas de US$2.560 millones en el último año.
El imperio de Cargill, el polémico gigante agroindustrial en manos de la cuarta familia más rica de EE.UU. (y presente en 16 países de América Latina).
No sería extraño que no hayas escuchado hablar de esta compañía porque gran parte de su negocio es vender productos y servicios a otras empresas.
Históricamente ha jugado el rol de intermediario, comprando las cosechas a los agricultores y vendiéndolas en el mercado internacional.
La firma tiene una vasta red de operaciones que le ha permitido crear un imperio con 154 años de historia, que desde su origen ha estado en manos del clan Cargill-MacMillan, la cuarta familia más rica de Estados Unidos después de los Walton (Walmart), los Koch (Koch industries) y los Mars (Mars).
Son los descendientes de William W. Cargill, quien fundó la empresa con una bodega de almacenamiento de granos en Conover, Iowa, en 1865.
La familia Cargill-MacMillan tiene actualmente cerca de 100 miembros, de los cuales 14 son multimillonarios.
La fortuna del clan proviene de la infinidad de operaciones comerciales que lleva a cabo a la empresa.
Cargill comercializa desde productos químicos y lubricantes, hasta soja, maíz, cacao, carne, pescado, aceite y productos digitales. Vende granos a China, endulzantes a Coca-Cola y carne a McDonalds.
Tiene inversiones en transporte marítimo de carga y ofrece asesoría financiera a grandes firmas que comercian con materias primas y otros productos.
Presencia en América Latina
En el último año, sus mayores ganancias provinieron del negocio de la carne en Estados Unidos, mientras que a nivel global, tuvo un buen desempeño en el sector de metales, manejo de riesgos y comercio financiero.
En Latinoamérica la empresa tiene operaciones en 16 países, emplea directamente a 34.000 personas y cuenta con más de 50 marcas en el mercado.
Cargill inició sus operaciones en la región en 1947, cuando abrió su primer negocio en el sector de la industria agraria en Argentina.
Con el paso de los años fue ampliando su línea de negocios, aunque la compraventa de soja en Sudamérica es una de sus principales actividades.
En marzo de este año, la firma anunció inversiones por US$1.000 millones en los próximos cinco años en la región, principalmente en Argentina, Brasil y Colombia.
Acusada de dañar el medio ambiente
Cargill ha sido objeto de duras críticas por parte de grupos como Greenpeace, Amazon Watch, Oxfam, Global Justice Now o Mighty Earth por su huella contaminante.
Estas organizaciones acusan a la firma de haber comprado materias primas a proveedores que violaban los derechos humanos en África, de deforestar vastas zonas del planeta, de desplazar a comunidades indígenas y de contaminar el aire y el agua de los países donde opera.
Uno de los casos emblemáticos en la lista de denuncias ha sido la deforestación del Amazonas.
En los últimos años, se han sumado acusaciones contra Cargill por dañar la región tropical brasileña de El Cerrado, un ecosistema de gran valor ecológico que constituye una cuarta parte del territorio del país.
"Cargill continúa comerciando con agricultores de soja que están deforestando El Cerrado, la sabana con mayor biodiversidad del mundo y el Gran Chaco, el segundo bosque más grande de Sudamérica", advirtió Greenpeace.
La compañía insiste en que tiene una política de sostenibilidad ambiental y social clara.
"El Cerrado requiere un enfoque diferente que permita que los agricultores y los bosques coexistan, ya que Brasil depende de El Cerrado para gran parte de su productividad agrícola y la agricultura presenta una oportunidad económica para los pobres", apuntó el gigante agroalimentario en un comunicado enviado a BBC Mundo.
"No apoyamos una moratoria general para El Cerrado que simplemente le niega a los agricultores ejercer sus derechos legales sobre la tierra", señalaron desde la empresa.
Más de siglo y medio después de su fundación, los tentáculos de Cargill se extienden por medio mundo y sus actividades, para bien o para mal, dejan sentir sus efectos a escala global.
Fuente: BBC