Considerando los impactos ya constatados de las plantaciones, que han significado desalojo de la población rural, escasas oportunidades de empleo, concentración de tierra en manos de grandes empresas nacionales y extranjeras, transferencia de recursos económicos de la población hacia el sector forestal a través de subsidios, agotamiento y contaminación de recursos hídricos, degradación de suelos, contaminación de agua y suelos por uso masivo de agrotóxicos, entre otros, organizaciones de pequeños productores agropecuarios y sociales decidieron constituir un movimiento nacional para exigir la inmediata suspensión de todas las plantaciones forestales de pinos y eucaliptos