Ya es un hecho: la protesta contra los transgénicos llegó a Buenos Aires

Los ecologistas de Greenpeace protagonizaron una protesta que llegó a la tapa de los principales diarios. Piden el etiquetado

Con la efectividad mediática que caracteriza sus acciones, el grupo ecologista Greenpeace instaló definitivamente el jueves su campaña contra los productos genéticamente modificados en la Argentina, cinco años después de que se iniciara la siembra de la primera semillas transgénica. La iniciativa se denomina 'Exigí saber'.

Ruralnet había anticipado el lanzamiento de esta estrategia la semana pasada. Pero este jueves, la campaña de Greenpeace ganó inusitada presencia en los medios de comunicación -el hecho figura hoy, viernes, en varios diarios de circulación nacional, incluida la tapa de Clarín- gracias al embrollo que se produjo en la segunda de sus manifestaciones públicas.

Algunos integrantes del grupo ecologista, en efecto, prácticamente se trenzaron en una pelea con personal de seguridad de un supermercado de Buenos Aires, cuando pretendieron manifestarse contra los alimentos transgénicos justo frente a las góndolas. El objetivo de los militantes era mostrar a los compradores que allí se vendía al menos un alimento con ingredientes genéticamente modificados.

Como la semana pasada, Greenpeace centralizó su protesta en las sopas instantáneas de la marca Knorr. Se basaron en un estudio realizado por la filial brasileña de la organización, que habrían demostrado que dicho alimento contiene como ingrediente soja de la variedad RR, aprobada en la Argentina desde 1996.

'La etiqueta del producto ni siquiera declara la presencia de soja o sus derivados', se quejaron los ecologistas en un comunicado.

La acción se desarrolló en el hipermercado Jumbo ubicado en la intersección de las calles Cerviño y Bulrich, de Palermo. Al enterarse de la protesta, personal de seguridad del hipermecado instó a los manifestantres a retirarse del lugar, quienes tras varias discusiones lo hicieron. En esa situación, los medios de comunicación porteños se hicieron un festival.

Emiliano Escurra, el coordinador de la campaña local de Greenpeace, insistió entonces con un viejo argumento: 'Hasta el momento, las corporaciones que producen estas semillas no han podido demostrar la total inocuidad para la ingesta humana de esta clase de alimentos'. Por eso reclamó el etiquetado de los productos con ingredientes OGM.

El reclamo del etiquetado fue la cuestión de fondo que quedó detrás del tumulto armado por los ecologistas. Tanto, que el propio hipermercados Jumbo se comprometió a transmitir a la firma cuestionada -Refinerías de Maíz- la inquietud de la organización.

'No existiendo reglamentación en la Argentina que obligue a identificar en las etiquetas aquellos productos que contengan elementos transgénicos, los responsables de Jumbo se comprometieron a interiorizarse en este tema y a transmitir al proveedor este reclamo del organismo', dice un comunicado de la firma comercial.

Por otro lado, luego de los incidentes se informó que la Secretaría de la Competencia y Defensa del Consumidor, junto a organizaciones ecologistas y asociaciones de consumidores, están buscando un mecanismo por el cual los alimentos elaborados con materia prima manipulada genéticamente tengan una etiqueta que advierta a los usuarios.

'Estamos creando mecanismos de trabajo para estudiar la manera en que los alimentos transgénicos puedan tener una etiqueta en su envase hasta tanto no se terminen todos los estudios sobre su peligrosidad', anunció Patricia Vaca Narvaja, titular de Consumidores Argentinos.

Vaca Narvaja consideró que 'las empresas multinacionales de alimentos no deberían oponerse al etiquetado de los productos transgénicos si tienen tantas ventajas como dicen que poseen'.

Finalmente, los dirigentes de Greenpeace prometieron continuar en otros supermercados de la capital federal y el conurbano su lucha contra los alimentos transgénicos, hasta tanto los proveedores tomen conciencia del peligro que conllevan para la población la venta de sus productos.
Rural Net Noticias, 28/07/2000

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