Seis países de la UE harán que se mantenga la moratoria de aprobación de nuevos OGM en la UE

 

El Ministerio de Agricultura de Francia ha emitido un comunicado en relación con la aprobación por parte del Parlamento Europeo el pasado miércoles, de la reforma de la Directiva 90/220/CEE sobre la liberación de Organismo Genéticamente Modificados (OGM) en el Medio Ambiente.

El MAPA francés reconoce las mejoras aportadas por la revisión de la Directiva, como la transparencia, el acceso a la información por parte del ciudadano, la eliminación progresiva de los marcadores consistentes en una resistencia a antibióticos, la seguridad biológica del territorio y la ratificación del Protocolo de Cartagena sobre bioseguridad.

Sin embargo, a pesar de todo lo anterior aun queda implementar la trazabilidad completa de los OGM y de sus productos derivados desde el cultivo hasta el consumidor final, así como el sistema de etiquetado, y reforzar las medidas de seguridad medioambiental y sanitarias. Entretanto no se tomen todas estas medidas, Francia, Italia, Grecia, Dinamarca, Luxemburgo y Austria bloquearán todas las decisiones sobre nuevas variedades OGM en los comités correspondientes, manteniendo la moratoria de facto. Por otra parte, estos mismos países subrayan la necesidad de completar el marco reglamentario con un régimen de responsabilidad medioambiental.

El conjunto de estos países tiene fuerza suficiente para que la moratoria de facto continúe en vigor, moratoria que, en estas condiciones, puede durar aún bastante tiempo, dadas las dificultades técnicas (aparte de las políticas que se pongan encima de la mesa) de poner en marcha el sistema de trazabilidad y etiquetado que se pretende, el más riguroso del mundo, además del régimen de responsabilidad medioambiental.

La Comisión se ha comprometido a presentar en este año propuestas de todas estas cuestiones, pero las discusiones en el Consejo podrían durar bastante, y la implementación por los Estados Miembros aún mas. Todo dependerá de la voluntad política que tengan los gobiernos de la UE.

Con todo y con eso, está por ver si las condiciones que pongan a los OGM no son tan disuasorias que echen para atrás a los agricultores que quieran sembrarlos y a las empresas que estén interesados en comprarlos. Todavía quedan muchos obstáculos para que las semillas transgénicas en Europa sean una realidad.

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