Peligran 20 millones de hectáreas de bosques y selvas: la tala clandestina, sin freno


Prensa



La Jornada, México, 27-2-01

Peligran 20 millones de hectáreas de bosques y selvas: la tala clandestina, sin freno

ANGELICA ENCISO

Los 20 millones de hectáreas de bosques y selvas que aún existen en el país están en peligro por la presencia de bandas organizadas que se dedican a la tala clandestina.

Anualmente se deforestan 500 mil hectáreas, tendencia que, de mantenerse, llevará en unos años a que la cubierta vegetal del país desaparezca, pero con ella no sólo van los árboles, sino una cantidad incuantificable de recursos de flora y fauna.

Las guacamayas, los monos aulladores, los pumas y los jaguares, entre otros, están en peligro de extinguirse.

Un ejemplo de esta pérdida es que de 12 millones de hectáreas tropicales que existían originalmente en el país, apenas quedan 800 mil hectáreas, localizadas en la selva Lacandona, los Chimalapas, los Tuxtlas, el Uxpanapa, la Chinantla, las Huastecas y Tuxtepec.

Este problema, que el gobierno foxista ha catalogado como de seguridad nacional, se debe a la presencia de bandas dedicadas a la tala ilegal.

Ante ello, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha puesto en marcha la Unidad de Inteligencia Ambiental, en la que participan la Secretaría de la Defensa Nacional, la Policía Federal Preventiva y la Procuraduría General de la República.

El objetivo es detectar cómo operan los grupos criminales, las zonas donde tienen presencia y los nombres de quienes se dedican a la tala clandestina.

También se harán convenios con los gobiernos de los estados y se organizarán comités de vigilancia forestal para contar con un número mayor de inspectores, porque la Profepa no tiene la capacidad de vigilar los 20 millones de hectáreas de bosques del país: tan sólo cuenta con 321 inspectores, a cada uno de los cuales les correspondería encargarse de una superficie equivalente a la del estado de Tlaxcala.

El titular de la Profepa, José Campillo García, señala en entrevista que la tala ilegal está llevando al país a la desertificación y ante la desaparición no sólo de bosques, sino de especies animales y vegetales, la autoridad no puede ser tolerante: "se pierden recursos naturales en forma irreparable". Tampoco, advierte, se va a tolerar la política de "más vale pedir perdón que permiso". De aquí en adelante quienes se atrevan a violentar las reglas van a tener costos muy altos.

Las procuradurías actuarán también para los casos en los que sea necesario hacer consignaciones penales, se puedan realizar en el lugar de los hechos y de esta forma agilizar el castigo a la tala y al comercio ilegal de madera.

También advierte que aunque se puede trabajar con la actual estructura legal, los cambios son necesarios, sobre todo en el aspecto de sanciones, ya que pueden ser muy severas para un campesino y benévolas con los grandes taladores. La idea, precisa, es que "lo piensen dos veces antes de organizarse para cometer estos delitos".

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