En el marco de la Conferencia del BM sobre Tierra y Pobreza, organizaciones dicen no a la acumulación de tierras
El evento, que se extiende hasta el jueves está siendo repudiado por organizaciones sociales y campesinas de todo el mundo.
Desde ayer (23), tiene lugar en Washington, Estados Unidos, la Conferencia del Banco Mundial sobre Tierra y Pobreza. El evento, que se extiende hasta el jueves está siendo repudiado por organizaciones sociales y campesinas de todo el mundo. El motivo es que el Banco Mundial es uno de los principales financiadores de la acumulación de tierras, ya que aporta capital y lo pone a disposición de grandes inversores multinacionales interesados en utilizar las tierras productivas para hacer pastos y producir agrocombustibles.
Por este motivo, Vía Campesina, Campagna per la Riforma della Banca Mondiale, FIAN International, Focus on the Global South, Friends of the Earth International, GRAIN y Transnational Institute firmaron la declaración "¡Banco Mundial: Fuera de la tierra!”.
A la conferencia del Banco Mundial, cuyo tema es Gobernanza de la tierra en un ambiente en rápida mutación, están asistiendo inversores corporativos, gobiernos e instituciones financieras internacionales que, según la declaración conjunta, están aprendiendo a adquirir tierras en todo el mundo, mientras las poblaciones campesinas sufren por la ausencia de tierras y de importantes recursos naturales.
Las organizaciones sociales y del campo denuncian que iniciativas del Banco Mundial están aumentando la concentración de tierras en las manos de pocos y "preparado el terreno para una apropiación masiva de tierras y aguas”.
Lo que atrae e incentiva el control de terrenos fértiles y bienes naturales es el alto precio de los alimentos y la creciente demanda de agrocombustibles, pastos y materias primas. La certeza de que los productos van a ser absorbidos por el mercado atraen a corporaciones multinacionales del agronegocio y a actores de la industria financiera como bancos privados y fondos de pensiones.
"El BM [Banco Mundial] está jugando un papel clave en este acaparamiento mundial de la tierra en la medida en que pone a disposición capital y garantías para los grandes inversionistas multinacionales; les brinda asistencia técnica y apoyo para ‘mejorar el clima de inversiones agrícolas’ en los así llamados países receptores; y promueve políticas y leyes con un sesgo corporativo”, denuncian.
Según la declaración "¡Banco Mundial: Fuera de la tierra!” se estima que entre 80 y 230 millones de hectáreas han sido arrendados o comprados en los últimos años sólo para producir agrocombustibles, materias primas y pastos, todo orientado hacia el mercado internacional. En el otro lado de esta situación están los campesinos/las, pastores/as, pescadores/as y familias rurales que están perdiendo el control del agua, tierra, bosques, tierras de pastoreo y de los procesos de producción.
"Las poblaciones locales están siendo desalojadas y desplazadas, sus derechos humanos, en particular el derecho a la alimentación y a la vivienda, están siendo violados; y el medio ambiente, así como las estructuras comunitarias tradicionales están siendo destruidas”, alertan.
Para que estas maniobras no continúen siendo ejecutadas y queden en la impunidad la salida es que los Estados tomen la delantera y cumplan con sus obligaciones de defender los derechos humanos y territoriales de su población. Mientras tanto, los movimientos y organizaciones sociales, ambientales y campesinos prometen seguir reivindicando la reocupación de los territorios monopolizados y movilizándose contra la acumulación de tierras y la dominación de los recursos naturales en el mundo.
Natasha Pitts - Periodista de Adital
Traducción: Daniel Barrantes – moc.liamg@leinad.setnarrab