Brasil: trabajadores rurales bloquean carretera y exigen recursos para Reforma Agraria

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País Brasil

Acampados hace más de un mes frente a la sede del Incra más de 5 mil trabajadores rurales bloquearon la carretera Transamazónica durante los días 15 y 16. El atropellamiento y muerte de una agricultora durante una manifestación el día 15 produjo la radicalización del movimiento

Acampados hace más de un mes frente a la sede del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra) en Marabá, estado de Pará, región Norte de Brasil, más de 5 mil trabajadores rurales bloquearon la carretera Transamazónica durante los días 15 y 16. El atropellamiento y muerte de una agricultora durante una manifestación el día 15 produjo la radicalización del movimiento.

 

Ayer (16) por la tarde los agricultores desbloquearan la carretera, pues consiguieron agendar una audiencia para el lunes (20) con el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Gilberto Carvalho, y representantes del Ministerio de Minas y Energía y de Desarrollo Agrario. Sin embargo, avisan que no levantarán el campamento hasta tener la pauta atendida.

 

En nota divulgada hoy (17), el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), la Federación de Trabajadores de la Agricultura (Fetagri) y la Federación de los Trabajadores en la Agricultura Familiar de Brasil (Fetraf) enumeran las reivindicaciones: asentamiento de las 8 mil familias que están todavía en campamentos en el estado de Pará, condiciones para que las familias ya asentadas puedan producir, caminos para la salida de la producción, créditos para los proyectos productivos, asesoría técnica para orientar el proceso productivo y energía eléctrica.

 

"El gobierno se niega a atender nuestras reivindicaciones. Hay dinero para construir hidroeléctricas, ferrovías, hidrovías, siderúrgicas, etc., pero dicen que no hay recursos para la reforma agraria y la agricultura familiar. Es tiempo de que preparemos la tierra para una nueva cosecha y no podemos volver a nuestros lotes con las manos vacías. Por eso continuaremos acampados”, declararon.

 

La agricultura familiar es responsable de más del 50% de los alimentos consumidos en las grandes ciudades brasileras, se informa en la nota, con datos del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE) – 34% del arroz, 70% del poroto, 46% del maíz, 58% de la leche, 59% de los porcinos y 50% de las aves.

 

Los acampados señalan que, aún desempeñando ese papel importante en la sociedad brasilera, ocupan la menor extensión de las tierras. "Casi el 50% de las propiedades rurales en Brasil tienen menos de 10 hectáreas y ocupan sólo el 2,36% de las tierras cultivables, por otro lado, menos del 1% de las propiedades rurales en Brasil tienen un área por encima de mil hectáreas, sin embargo, ocupan el 44% de las tierras cultivables. Es mucha tierra en las manos de pocos latifundistas que producen sólo para exportación”, afirman.

 

Resaltan además que invertir en la Reforma Agraria es una manera de minimizar los problemas de las grandes ciudades. En Pará, 500 asentamientos concentran más de 70 mil familias. "Imaginen si toda esa población estuviese viviendo en la periferia de las ciudades de la región. El problema de la pobreza y de la violencia sería aún más grave”, argumentan.

 

En la concepción de los miembros de los movimientos, migrar hacia las ciudades representa vivir en la periferia, sin saneamiento básico, acceso a la salud o educación, además de mucha violencia, drogas y prostitución. "Nuestra lucha es para que podamos continuar en el campo”, enfatizan.

 

Violencia

 

La movilización de los trabajadores está atenta a la violencia que hay en el campo y a la criminalización de los movimientos sociales. Por eso, los acampados exigen castigo para los recientes asesinatos de líderes campesinos, ocurridos inmediatamente después de la aprobación, por la Cámara de Diputados, del nuevo Código Forestal.

 

Es el caso de José Claudio y María del Espíritu Santo, pareja asesinada el 24 de mayo, en el municipio paraense de Nova Ipixuna. Los ambientalistas venían recibiendo amenazas de muerte debido a su lucha contra madereros y hacendados de la región. Cuatro días después, en el mismo municipio, se encontró el cuerpo del agricultor Herenilton Pereira dos Santos.

 

Según la Comisión Pastoral de la Tierra, de 1985 a 2010, 1.580 personas fueron asesinadas en el campo y, actualmente, la lista de amenazados incluye a 1.855 personas.

 

Traducción: moc.liamg@leinad.setnarrab

 

Adital, Internet, 17-6-11

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