El mayor estado sojero de Brasil pierde el gusto por las semillas transgénicas

Idioma Español
País Brasil

Los agricultores de Mato Grosso, el estado con mayor superficie cultivada con soja del Brasil, están rechazando las variedades de soja (soya) genéticamente modificadas en favor de las semillas convencionales después de que este tipo de tecnología de punta mostrara pobres rendimientos.

"En esta zona estamos viendo cada vez menos plantaciones de soja transgénica. No tienen un rendimiento constante", declaró Jeferson Bif, que cultiva soja y maíz en una gran explotación de 1800 hectáreas en Ipiranga do Norte, cerca de Sorriso, principal municipio sojero de Mato Grosso.

El productor señaló que obtuvo rendimientos promedio de cincuenta y ocho (58) bolsas de 60 kg cada una por hectárea de soja convencional durante la temporada pasada, mientras que los campos sembrados con soja genéticamente modificada el mismo año produjeron diez (10) bolsas menos.

Los agricultores comenzaron a utilizar las variedades genéticamente modificadas de soja en forma ilegal, incluso antes de que Brasil aprobara la ley de bioseguridad que permite su uso desde hace unos cuatro años, con la esperanza de obtener mayores rendimientos y reducir los costos de producción.

Se estima que aproximadamente la mitad de la soja cultivada en Mato Grosso es genéticamente modificada, pero esta tendencia se está invirtiendo.

Parte de la decepción de los agricultores por el rendimiento de la soja modificada puede derivar de la falta de comprensión de las condiciones específicas en las que sus características alteradas pueden brindar compensaciones.

La soja transgénica obtuvo una rápida adopción en el estado de Rio Grande do Sul debido a su resistencia al glifosato, que se utiliza para eliminar las malas hierbas que prosperan allí. Sin embargo, esta característica es mucho menos útil en el Mato Grosso, donde la densidad de las malezas es mucho menor.

Además, los agricultores de Mato Grosso se ven beneficiados con un mayor apoyo por parte de cooperativas y organismos gubernamentales, que les proporcionan asesoramiento y asistencia técnica y les ayudan a maximizar rendimientos, incluso con la soja convencional.

Otra razón del actual desplazamiento de la soja transgénica en Mato Grosso es que las compañías de exportaciones e importaciones y los procesadores de productos cárnicos, conscientes de que algunos consumidores se esfuerzan por evitar los alimentos transgénicos, prefieren la soja convencional y están dispuestos a efectuar un pago extra por ella.

La soja es un componente clave de muchos productos para la alimentación de todo tipo de ganado.

El ingeniero Alexsander Gheno, agrónomo de la consultora brasileña en agricultura de precisión APAgri, señaló que la soja transgénica puede tener otros usos que indirectamente podrían aumentar los rendimientos. Mediante la rotación del cultivo de soja convencional con soja genéticamente modificada, se podría ayudar a romper el ciclo de enfermedades que afligen la cosecha.

Sin embargo, Gheno aclaró que el auge que han adquirido los cultivos transgénicos puede terminar expulsando a la soja convencional en el largo plazo, aun cuando los productores no prefieran las variedades de la tecnología de punta.

"Las empresas han estado focalizando más sus investigaciones en la soja transgénica que en las convencionales. Por lo tanto, en diez (10) años podemos tener el 100 por ciento de la superficie sembrada con soja modificada genéticamente, no porque se trate exactamente de una elección de los agricultores, sino porque el desarrollo de nuevas variedades convencionales está desapareciendo", afirmó.

Traducción: Gladys Guiñez para Acción por la Biodiversidad

Viernes 13 de marzo, 2009

Fuente: Reuters

Temas: Transgénicos

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