Brasil: los Sin Tierra atacados por defender Amazonía frente al agronegocio
"Las demandas del Movimiento fueron expuestas al Correo de la Ciudadanía por Marina dos Santos, coordinadora nacional del MST. Su análisis apunta a un adelantamiento del calendario electoral de 2010 promovido por la derecha, que pretende comprometer al actual gobierno al mismo tiempo que combate todo tiempo de movilización social en defensa de los trabajadores"
Entrevista a la coordinadora del MST sobre las nuevas persecuciones contra los Sin Tierra
Con los rigores de la crisis, y ante cualquiera que amenace entorpecer la implantación del modelo agrícola del agronegocio, se está produciendo un recrudecimiento de la persecución desde sectores del poder y de los medios de comunicación contra el Movimiento de los Sin Tierra, y sus reivindicaciones genuinas amparadas por la propia Constitución, cosa que olvidó premeditadamente el ministro Gilmar Mendes al hablar de las ocupaciones de tierras.
Las demandas del Movimiento fueron expuestas al Correo de la Ciudadanía por Marina dos Santos, coordinadora nacional del MST.
Su análisis apunta a un adelantamiento del calendario electoral de 2010 promovido por la derecha, que pretende comprometer al actual gobierno al mismo tiempo que combate todo tiempo de movilización social en defensa de los trabajadores.
Marina refuta la hipótesis del uso indebido de aportes públicos para ocupaciones, avisando que el Movimiento continuará combatiendo las políticas de financiamiento a las "empresas causantes de la crisis, como la Stora Enzo, Veracel y otras, que continúan con trabajo esclavo, degradan el medio ambiente y dependen de la exportación de materias primas"
Correio da Cidadania: ¿Qué es lo que el MST pretende mostrar a la opinión pública con las recientes ocupaciones de tierras en Pernambuco y Sao Paulo, toda vez que ya manifestó que el gran problema a combatir es el modelo económico, con el privilegio del agronegocio?
Marina dos Santos: Estamos en este momento de crisis que la sociedad vive, como consecuencia de todo el modelo neoliberal, que suprimió el papel del estado privatizando las empresas públicas, destruyendo instrumentos de defensa nacional, desregulando otros, retirando derechos a los trabajadores, generando desempleo.
Son variadas las consecuencias provocadas por la crisis y creemos que si no hay un proceso de movilización general, la cuenta acabará siendo pagada por el conjunto de los trabajadores.
Pensamos que todo tipo de movilización social, huelgas, paralizaciones, ocupaciones de tierra, son importantes, especialmente en el campo. Y eso que la Reforma Agraria es una política que puede contribuir como propuesta de superación de la crisis. Es importante porque es una política barata, democratiza la renta, la riqueza, la propiedad privada, los medios de producción, genera empleos, produce alimentos, preserva el medio ambiente.
Todas estas son cuestiones relevantes y por eso las ocupaciones de tierra son importantes, pues obligan a que se coloquen en el orden del día de los debates nacionales.
¿Así que el movimiento espera, en la actual fase, convencer a la sociedad del equívoco que representa tal modelo?
Creo que el equívoco se desveló solo, porque hace poco tiempo, antes de la crisis, nadie aceptaba siquiera dialogar sobre el actual modelo de agronegocio y la amenaza que representaba para la vida del campo, la soberanía alimentaria, y su lógica de explotación y concentración de tierras y bienes naturales (agua, tierra, energía, minerales...)
De esa forma la crisis demuestra que tal modelo de desarrollo no resuelve los problemas de los trabajadores. Siendo así, la movilización es una manera de la clase para concienciar de la gravedad de la crisis en que nos encontramos, que no es cíclica, como dicen algunos analistas, pero si estructural, mucho más fuerte, de largo plazo, con tendencia a empeorar cada vez más.
El costo de la crisis debe ser cobrado a las empresas que se apropiaron de todas las estructuras y bienes del capital, y que ahora quieren apropiarse también de nuestras vidas.
¿Como el MST encara las acusaciones de uso ilegal de recursos públicos, a través de cooperativas, como a Anca (Associação Nacional de Cooperação Agrícola), inclusive para la práctica de actos ilícitos?
El MST nunca utilizó recursos públicos para hacer ocupaciones de tierra y de latifundios improductivos.
Son ya 25 años del MST, y la sociedad brasileña ya tiene elementos suficientes de la seriedad del movimiento al utilizar la ocupación de las tierras improductivas para movilizar y presionar al gobierno a atender a los campamentos y avanzar en las propuestas de reforma agraria.
Nos llama la atención que acusen al MST de desviar recursos públicos, y que no se denuncie lo que los gobiernos promovieron para la destrucción del Estado brasilero, a través de privatizaciones, de la retirada de las políticas públicas necesarias a la sociedad, etc.
Por tanto, continuaremos defendiendo a idea de que el gobierno tiene la obligación de liberar recursos públicos para invertir en las áreas de la educación, salud, agroindústria, fortaleciendo los asentamientos y comunidades rurales de todo el interior del país.
¿Pero hay realmente traspaso de recursos de esas asociaciones al MST, lo que supondría, segundo algunos líderes y estudiosos del propio movimiento, un proceso absolutamente legal?
Existen entidades registradas y en situación totalmente legal en las instancias de gobierno federal para recibir dinero con el objetivo de invertir en esas áreas, no sólo en los asentamientos, sino en todo el medio rural.
Esas entidades ejercen el papel que debería del Estado brasileño, el invertir en educación, salud, capacitación, agroindustrias y diversos sectores de los cuales el Estado se retiró para apoyar a empresas transnacionales y salvar su capital.
En ningún momento el MST utilizó recursos públicos para realizar ocupaciones. Sólo los asentamientos de la reforma agraria utilizan algunos de esos recursos para invertir en agricultura, pues para eso están destinados.
¿Que es lo que piensa de la cruzada de algunos miembros de altas esferas de poder en el sentido de comprometer al movimiento, como se vio a través del Ministerio Público gaucho y en las de declaraciones de Gilmar Mendes?
Lo que vemos es que élite, la derecha brasileña, está haciendo una lectura de la crisis por la que pasamos: Están preocupados, con miedo, y no admiten la posibilidad de que haya movimientos organizados en este país, pues saben que somos un mal ejemplo para la clase trabajadora, y que ésta se puede movilizar para reclamar sus derechos.
Haciendo esa lectura las élites anticiparán el calendario electoral de 2010, colocando un bien preparado representante suyo como interlocutor y portavoz oficial, como Gilmar Mendes.
¿En cuanto a las referencias peyorativas de los medios, como, por ejemplo, la Folha de S. Paulo, que acusa al movimiento de delinquir, en editorial del día 11 de marzo, en su página A2?
Siguiendo la lógica de la lectura de la crisis por parte de la élite, se coloca todo el aparato de represión ideológica del estado brasileño - vía medios de comunicación, prensa, parte del sistema judicial, judiciario, parte de la Policía Militar - para criminalizar a los movimientos sociales.
El cierre de las escuelas en Río Grande do Sul es una muestra de ello.
No por ello debemos dejarnos amedrentar, y sí continuar con el proceso de movilización, lucha y ocupación de tierras, para así garantizar la realización de la reforma agraria en el país.
La participación de la prensa sirve para estigmatizar al MST ante la sociedad, pero el movimiento también recibe la solidaridad de los trabajadores brasileros y de la comunidad internacional, que creemos que continuará defendiéndonos y también defendiendo este modelo de desarrollo para el país.
¿Como ve usted la situación paradójica en la que tanto estas autoridades como los propios medios acusan al gobierno de complicidad con el movimiento cuando al mismo tiempo sabemos de las insatisfacciones del MST con la política agraria en el mandato de Lula?
Por cuenta de la crisis, volvemos a ver en este caso que la derecha anticipó el calendario político de 2010. De esa forma, pretenden estigmatizar y desmoralizar al movimiento, jugando contra toda la sociedad. Pero continuaremos trabajando dentro de la óptica que defendemos.
¿Al movimiento le afecta la crisis en perspectiva, o posee estrategias, para fortalecer sus reivindicaciones y aumentar el respaldo junto a la opinión pública?
Continuaremos movilizándonos con los trabajadores, también dando secuencia a la lucha por la reforma agraria.
Seguiremos adelante con las jornadas de luchas, contestando y denunciando los recursos públicos que el Estado brasileño concede a las empresas causantes de la crisis, como las liberaciones del BNDES a Stora Enzo, Veracel y otras que, por su parte, continúan desmintiendo.
Debemos posicionarnos en contra del financiamiento a las empresas que promueven el trabajo esclavo, degradan el medio ambiente y dependen de la exportación, sin preocuparse por la producción de alimentos para el mercado interno. Son todos estos los puntos que continuaremos desarrollando de manera continua y destacada.
Valéria Nader, economista, es editora del Correio da Cidadania; Gabriel Brito es periodista.
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