Ecuador: Ley de Soberanía apunta a las tierras
La redistribución de tierra, acceso al agua, transgénicos y biocombustibles serán los temas polémicos que trata desde hoy el Legislativo
Desde el inicio de la década del 90, Ecuador dejó de producir trigo, luego algodón y ahora maíz duro. Actualmente, el país importa el 90% del trigo que se necesita, el 98% de algodón para la industria textil y el 50% de maíz duro. La situación llegó al extremo de que para el programa Aliméntate Ecuador se importan lentejas de Canadá, porque aquí casi no se producen, según la organización Acción Ecológica.
Pero creció el número de tierras dedicadas a la agroindustria del azúcar (La Troncal), banano (Borbones), flores (Ayora) y palma africana (Quevedo). En la última ciudad, la Corporación Palmar multiplicó sus predios de 6 a 23 en el 2001 y de 285 a 554 hectáreas, en el 2005, pero no superan las 100 hectáreas, por eso no aparece como gran terrateniente.
Esos son ejemplos que surgen cuando se discute sobre la soberanía alimentaria, derecho consagrado en la Constitución, pero cuyas soluciones no logran trasladarse a la propuesta de ley que discutirá hoy, en primer debate, la Comisión Legislativa.
Los temas polémicos, como redistribución de tierras, acceso al agua, biocombustibles y transgénicos se definirán en el segundo tiempo, señalaron en un foro que se efectuó el pasado miércoles en el salón del ex Senado del Palacio Legislativo.
El primer tiempo es la aprobación de la ley marco (general), en la que no hay una postura a favor o en contra del pequeño agricultor o de la agroindustria; y la etapa complementaria (después de las elecciones) es en la que se definirán las políticas, que pueden llegar a ser tan controversiales como la Ley de Minería.
Para José Carvajal, miembro del Colectivo Agrario, la falta de acceso del pequeño campesino a la tierra dificulta la producción para abastecer las ciudades y las mismas familias campesinas; genera pobreza y la migración del campo a la ciudad y al extranjero. Añade que la posesión de predios se mantiene como en 1964, cuando se hizo la última reforma agraria.
Según Carvajal, la acumulación de tierras implica la concentración de tecnología, de créditos y de la superficie bajo riego. De allí que las inversiones estatales en riego favorecen a los grandes y medianos propietarios y también a a los pequeños campesinos.
Datos del Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en Ecuador (Sipae), muestran que las provincias con mayor concentración en la Sierra son: Azuay (1,67% de unidades de producción concentran el 47,68% de la tierra); Cañar (2% de los propietarios poseen el 53.52%); Chimborazo y Tungurahua. En la Costa, el mayor nivel de concentración está en Guayas y Los Ríos.
La redistribución depende de un censo y una contraloría agraria para conocer en qué manos están las tierras y cuál es el uso social y ambiental.
Al respecto, las propuestas han variado desde establecer un límite de hectáreas por dueño: máximo 500 en la Sierra y 800 en la Costa. También se plantea un plazo para que las tierras ociosas empiecen a producir, de lo contrario, podrían ser revertidas al Estado para su redistribución.
ce.moc.ofargelet@onarbmaze
Periodista - Quito
Telégrafo, Ecuador, 10-2-09