La creciente acidez de los océanos amenaza la biodiversidad marina
Son malos tiempos para vivir en el océano. El CO2 emitido por las actividades humanas está alterando la acidez del agua a un ritmo cien veces más rápido que cualquier cambio natural registrado en los últimos millones de años, según advierten 155 científicos de 26 países en la declaración de Mónaco
Dicha declaración, presentada el viernes en Niza, es un llamamiento a actuar con rapidez para atajar un problema que amenaza la biodiversidad marina, la industria pesquera y la alimentación de millones de personas.
Hasta ahora, los océanos han protegido a la humanidad del cambio climático. "Las aguas superficiales absorben actualmente aproximadamente una cuarta parte del CO2 emitido por las actividades humanas", señalan los científicos en la declaración. Al ser capturado por el agua y no quedarse en la atmósfera, este CO2 no contribuye al calentamiento terrestre.
Pero cuando el CO2 se disuelve en el agua forma ácido carbónico, que resulta corrosivo para numerosos minerales. Entre los organismos marinos, es especialmente dañino para "construir las conchas y las estructuras esqueléticas", advierten los científicos. También puede afectar a la reproducción, la conducta y la fisiología de algunos animales como ostras, calamares y erizos de mar.
Aunque las primeras especies perjudicadas son invertebrados, la acidificación del agua produce un efecto dominó que acaba perjudicando también a los vertebrados (si hay menos calamares, habrá menos cachalotes) y que en última instancia afectará a los cientos de millones de personas que dependen de los ecosistemas marinos para su subsistencia.
Los 155 firmantes de la declaración de Mónaco - ninguno de ellos español-recuerdan asimismo que los arrecifes de coral albergan una biodiversidad equivalente a la de las selvas tropicales, protegen zonas costeras habitadas de la erosión y las inundaciones y generan un negocio de miles de millones de dólares anuales en turismo. Pero destacan que "la acidificación de los océanos habrá convertido muchas regiones en químicamente inhóspitas para los arrecifes en el 2050".
La declaración se ha escrito a raíz del simposio internacional El océano en un mundo alto en CO2 que se celebró en Mónaco del 6 al 9 de octubre. En aquel simposio, el príncipe Alberto instó a los científicos a que redactaran el documento.
Para frenar la acidificación de los océanos, la única estrategia posible es contener las emisiones de CO2 , argumentan los científicos. "La prevención de una degradación medioambiental grave será mucho menos costosa para todas las naciones que intentar vivir con las consecuencias del enfoque actual, en el que las emisiones de CO2 y la concentración de CO2 en la atmósfera siguen aumentando año tras año", concluye la declaración de Mónaco.
"Espero que [ esta declaración] será escuchada por todos los líderes políticos que se reunirán en Copenhague en diciembre" para fijar nuevas reducciones de emisiones, destaca el príncipe Alberto en la introducción del documento.