Declaración asamblea internacional de las mujeres sobre derechos campesinos
"En muchos países, a los campesinos y campesinas no se les permite mantener, preservar, intercambiar y cultivar sus propias semillas, de manera que la sabiduría y el conocimiento campesino está desapareciendo, y con esto se ven obligados a comprar semillas provenientes de las Corporaciones Transnacionales que solamente se encuentran al servicio de sus propios beneficios. Estas compañías están creando Organismos Genéticamente Modificados y están uniformizando los cultivos con la subsiguiente pérdida de biodiversidad."
Yakarta, 20 de junio del 2008
Nosotras, mujeres campesinas provenientes de Colombia, República Dominicana, Corea del Sur, Indonesia, España, Tailandia, Malasia y Timor Leste, nos hemos reunido en Yakarta para discutir sobre la situación de las mujeres campesinas alrededor del mundo.
La difícil situación que se afronta en las áreas rurales y el hecho de no tener acceso a la tierra, ha conducido a las mujeres a emigrar a la ciudad y a otros lugares en búsqueda de oportunidades laborales pero con salarios reducidos. Existe demasiada pobreza en las zonas rurales y las mujeres no cuentan con los suficientes ingresos para alimentar a sus familias de manera que el hambre y la malnutrición están aumentando tanto en el ámbito rural como en el medio urbano.
La responsabilidad de cuidar a la familia recae en las manos de las mujeres y la dificultad e incertidumbre frente a la salud y la educación para la infancia hace que las mujeres deban trabajar durante largas horas a cambio de unos mínimos ingresos.
Las mujeres que trabajan en el medio rural y que están utilizando insumos químicos, se encuentran afrontando graves riesgos para su salud. La utilización de estos productos amenaza tanto al cuerpo humano como al medio ambiente, especialmente cuando las personas son analfabetas y no pueden leer las instrucciones, sin contar además con otras personas que las puedan instruir sobre la manera como se utilizan los productos.
Las mujeres también son victimas de la violencia por parte de sus compañeros, esposos y empleadores. Este tipo de violencias pueden ser de orden físico o psicológico, llegando a verse sus vidas amenazadas.
Las políticas agrícolas globales impuestas por la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional, agravadas hoy en día por la crisis alimentaría, han forzado al campesinado a suscribir préstamos para la agricultura, terminando endeudados y viéndose abocados a abandonar sus tierras. Estamos asistiendo a una situación donde campesinos y campesinas están suicidándose debido a la imposibilidad del pago de sus deudas frente a los institutos de crédito; estas deudas son también la causa de abandono por parte de los hombres agricultores de las áreas rurales y la migración hacia las ciudades, teniendo que dejar a las mujeres solas con la responsabilidad de mantener sus hogares.
Del mismo modo, los conflictos agrarios han involucrado a las mujeres en la primera línea de batalla de muchas luchas, arriesgando de forma directa sus propias vidas.
La gente joven no quiere trabajar en el campo como agricultores o agricultoras, puesto que este oficio no ha sido especialmente reconocido y por esto no se encuentra suficientemente pagado. A esto se le suma el hecho que la compra de tierra para el trabajo agrícola es muy costosa a causa de la especulación debida al desarrollo forzado o a la industrialización: áreas residenciales, comerciales e industriales y proyectos de infraestructura que aumentan el precio de la tierra. Dentro de esta situación, los campesinos y campesinas que han estado trabajando en estas zonas se han visto desplazados de sus tierras agrícolas hacia zonas menos fértiles con la subsiguiente pérdida de la biodiversidad.
En muchos países, a los campesinos y campesinas no se les permite mantener, preservar, intercambiar y cultivar sus propias semillas, de manera que la sabiduría y el conocimiento campesino está desapareciendo, y con esto se ven obligados a comprar semillas provenientes de las Corporaciones Transnacionales que solamente se encuentran al servicio de sus propios beneficios. Estas compañías están creando Organismos Genéticamente Modificados y están uniformizando los cultivos con la subsiguiente pérdida de biodiversidad.
Los Tratados de Libre Comercio acordados con los gobiernos sin contar con la previa consultación con los pueblos, están imponiendo importaciones en los alimentos y están amenazando la soberanía alimentaría de las naciones y los pueblos al no considerar los temas de seguridad y sanidad en los productos. Dentro del Tratado de Libre Comercio entre Corea y Estados Unidos, la importación de productos cárnicos fue una precondición del acuerdo. Este tratado ha tenido un efecto directo sobre el país y sobre las mujeres personalmente. Otro ejemplo, es cómo a través de los Tratados de Libre Comercio, Indonesia va a exportar comida de mar hacia Japón, a cambio de enfermeras indonesias que irán a trabajar en Japón.
Viendo las dificultades que deben afrontar las mujeres dentro de sus vidas cotidianas como campesinas, la Asamblea Internacional de Mujeres sobre Derechos Campesinos exige:
El cese de todas las violaciones de orden psicológico, moral, político, económico, social y cultural a los derechos de las mujeres campesinas que se cometen cotidianamente.
El respeto a los Derechos Sexuales y Reproductivos dentro de las comunidades campesinas.
La implementación de una Convención Internacional sobre Derechos Campesinos como reconocimiento a la lucha campesina. Esta convención deberá ser el instrumento que permita lograr la plena realización de los derechos campesinos y la participación en la esfera política, económica, social y educacional. Se debe asegurar el íntegro cumplimiento de esta convención por parte de los gobiernos.
Es muy importante que la convención pueda reconocer formalmente el rol de las mujeres campesinas dentro de la agricultura, quienes a su vez son las portadoras de una adecuada educación y sanidad para la infancia y para la comunidad en general.
Fuente: Vía Campesina