México: biodiversidad e identidad
La diversidad genética de plantas silvestres y cultivadas es el recurso natural más preciado, con un alto valor biológico, evolutivo y social. El maíz criollo se encuentra como una diversidad de variedades perfectamente adaptadas a la topografía, clima y suelos del México mesoamericano. El maíz es una especie ligada a la evolución cultural de las sociedades mesoamericanas
Es una especie seleccionada y mantenida por las prácticas agrícolas tradicionales de los diversos pueblos de esta región. Un caso de coevolución, de evolución paralela y mutuamente beneficiosa para la reproducción de la planta y la perdurabilidad social del hombre americano. Planta que es alimento y es madre, el maíz entra en la esfera de lo simbólico y sagrado en la cosmovisión indígena de América.
En Michoacán, sólo en la cuenca del Lago de Pátzcuaro y serranías aledañas como la de Pichátaro, hay más de 25 variedades de maíz criollo, adaptadas al mosaico de al menos catorce escenarios de paisaje en la cuenca, la zona de Pichátaro incluso es la primera certificada como región sin transgénicos, maíces modificados por la industria genómica que ponen en riesgo el mantenimiento de las cualidades del maíz criollo.
Otro lugar que ya conoce al menos doce especies de maíz que se producen en su región es la comunidad de El Roble, en el estado de Nayarit, en donde los huicholes poco a poco han retomado festividades en honor a la semilla como es la Fiesta del Maíz, conmemoración que se retomó bajo la influencia de la primera Feria del Maíz realizada en la ciudad de Pátzcuaro, Michoacán, hace ya dos años.
Estudios realizados por el CIMMYT indican que las razas criollas de maíz en una importante zona del estado mexicano de Chiapas han sido sustituidas por híbridos y otras variedades mejoradas, como resultado de la labor de los programas estatales para promover una agricultura moderna y más productiva.
Investigadores michoacanos y nayaritas acordaron en la III Feria del Maíz Criollo, celebrada a fines del pasado mayo de 2007 en Morelia: fortalecer la investigación hacia el maíz criollo para mejorar los tipos de maíz, establecer redes de grupos campesinos para defender la cultura del maíz, revalorar la importancia del maíz en la cultura nacional, fortalecer el acercamiento hacia el consumo de maíz y exhortar a los gobiernos federal y locales para que le den mayor importancia a este producto, tal y como se la han dado a otros productos agrícolas.
Los conocimientos etnobiológicos sobre los maíces especiales -como también se llama a los criollos-, por diversos equipos de investigadores, y la aplicación estatal de la Cruzada del Maíz, requieren que se contemple también el componente propuesto en las mesas de planeación para el desarrollo rural, que se tuvieron para la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo 2008-2012, referente a la conservación de maíces especiales; donde su valor además de ser tipos, razas o variedades íntimamente adaptadas a especificas condiciones ambientales y de manejo agrícola en las microrregiones michoacanas de la zona Meseta Purépecha, de la Sierra Costa y Tierra Caliente; sus particulares colores, sabores y propiedades nutricionales, ligadas a la elaboración de platillos típicos, implican la conservación de rasgos y prácticas culturales que identifican a grupos sociales, pueblos y comunidades indígenas. Aquí se aplica el principio de que la conservación de la diversidad biológica va de la mano con la conservación de la diversidad cultural. En el caso del maíz, más que ningún otro grano alimenticio, podemos decir que el maíz es cultura, no sólo insumo económico o industrial.