La Conferencia llega al final con un principio de acuerdo sobre biopiratería
La conferencia de la ONU sobre biodiversidad en Bonn entró hoy en su recta final con un principio de acuerdo en la controversia sobre la biopiratería y el anuncio por parte de la Presidencia alemana de destinar una sustanciosa cantidad de fondos a la conservación de bosques y selvas
El ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, abrió esta última ronda ministerial con el anuncio de que se había llegado a un "mandato concreto" en el debate sobre el reparto de los beneficios que resultan de la explotación genética de las selvas, que hasta ahora iban exclusivamente a las arcas de las industrias.
"Después de 16 años podemos dar como resultado una hoja de ruta que marca una vía clara para alcanzar los objetivos de 2010", dijo Gabriel, en alusión a que en la última cumbre de Brasil, hace dos años, se había acordado establecer hasta esa fecha un régimen legal claro sobre esta cuestión.
Ante los representantes de los 190 miembros de la Convención de Diversidad Biológica (CBD) de la ONU Gabriel insistió en que la situación no puede continuar como hasta ahora, con países pobres que protegen sus recursos mientras los ricos los usan sin compartir sus beneficios.
Gabriel no precisó durante su intervención en qué consistía el acuerdo "de madrugada", pero su interpretación positiva no fue compartida por algunas de las organizaciones no gubernamentales que siguen la conferencia.
El experto en selvas tropicales de Greenpeace, Martin Kaiser, puso en duda que en Bonn se haya alcanzado algo más de lo acordado ya en la reunión de Curitiba (Brasil) hace dos años.
En declaraciones a Efe, Kaiser sostuvo que lo único que se ha conseguido hasta ahora es evitar que Canadá abandone estas negociaciones, país que las ONG han identificado como uno de los principales "bloqueadores" de la conferencia.
"La conferencia está ante el fracaso si los países no logran que se llegue a acuerdos vinculantes. Los ministros tienen ahora dos días para impedirlo", dijo Kaiser, quien además criticó el rechazo categórico de las grandes empresas a asumir su parte de responsabilidad en la protección de la biodiversidad.
Sin embargo, la delegada de WWF International, Flavia Lourdes, explicó a Efe que la conferencia ha cumplido con lo que se esperaba de ella: crear una hoja de ruta, con materias clave y plazos concretos para poder alcanzar un acuerdo internacional en su próxima reunión, que acogerá Japón en 2010.
"Las posturas se habían polarizado tanto que fue necesario que una pequeña parte del grupo de trabajo que analiza esta cuestión se reuniera para alcanzar un principio de acuerdo", explicó.
A su juicio, se puede extraer una lectura "optimista" del acuerdo alcanzado aunque lamentó que el denominado "bloque emergente" no haya sacado un acuerdo "vinculante y con objetivos concretos" de las negociaciones.
Afirmó que la distancia entre las posturas enturbiará los próximos contactos, aunque considera que "lo más factible" es que finalmente se alcance una "decisión mixta", con un programa de líneas maestras vinculantes y una serie de apartados voluntarios.
Uno de los principales objetivos de la Convención de Biodiversidad es detener hasta 2010 la destrucción de las especies.
La canciller alemana, Angela Merkel, recordó en su discurso de apertura que cada día desaparecen 150 especies de animales y plantas de la Tierra a un ritmo entre 100 y 1.000 veces mayor que el que marca la propia naturaleza.
Merkel quiso lanzar desde Bonn una señal alentadora al anunciar un programa económico de protección de las selvas y bosques. Su Gobierno destinará a esta tarea 500 millones de euros adicionales entre los años 2009 y 2012 y una ayuda permanente anual por el mismo monto a partir de 2013.
Las ONG aplaudieron este anuncio y lo calificaron de "señal fuerte e importante" de cara al resto de los países industrializados para lograr que "se reúnan los 30.000 millones de euros anuales que requiere la protección de las selvas y, por tanto, del clima".
La conferencia de Bonn es consciente de su responsabilidad frente a lo que Merkel describió como la "supervivencia" del planeta, y de que se acaba el tiempo para cumplir el objetivo de frenar la desaparición de especies.
"La biodiversidad es el manual de instrucciones de la Tierra. Cada año arrancamos una página y si no tenemos cuidado nuestros hijos sólo se encontrarán con las tapas del libro", advirtió Gabriel.