La tasa de extinción de especies, sin precedente histórico: expertos
Censo del reino animal muestra el impacto devastador del hombre sobre la biodiversidad. El índice de la vida en el planeta señala cinco causas de la declinación. Evitar el excesivo desarrollo urbano y agrícola, entre las medidas para combatir el problema, exponen
Londres, 22 de mayo. Las especies del mundo declinan a una tasa “sin precedente desde la extinción de los dinosaurios”, revela un censo del reino animal. El índice de la vida en el planeta, difundido recientemente, muestra el impacto devastador de la humanidad sobre la biodiversidad, de la cual se ha perdido casi un tercio en los 35 años anteriores a 2005.
El informe, producido por el Fondo de la Vida Silvestre (WWF, por sus siglas en inglés), la Sociedad Zoológica de Londres (SZL) y la Red de Huellas Globales, señala que las especies terrestres han declinado en 25 por ciento; la vida marina, en 28 por ciento, y las especies de agua dulce, en 29 por ciento. Jonathan Loh, compilador del informe, señaló que una caída tan pronunciada “no tiene precedente en términos de historia humana. Habría que remontarse a la extinción de los dinosaurios para ver una declinación así de rápida. En términos de la vida humana es posible que los cambios parezcan lentos, pero en términos de la historia del planeta son muy rápidos”.
Y “rápido” es decir poco. Para los científicos la actual tasa de extinción es 10 mil veces más acelerada que lo que se consideraba normal en el registro histórico. En momentos en que muchas naciones se congregaron en Bonn para la Convención sobre Diversidad Biológica, estas cifras alarmantes arrojan una sombra sobre los llamados gubernamentales a realizar una reducción “significativa” en la pérdida de biodiversidad antes de 2010. De hecho, los autores del informe comentan que la inacción global ha vuelto totalmente inalcanzable dicha meta.
“Es condenable que los gobiernos que forman parte de la convención no sean capaces de lograr la meta que ellos mismos se fijaron –expresó Loh–. Las palabras no se traducen en hechos. Estamos fallando, y las consecuencias serán devastadoras.”
El equipo, que ha dado seguimiento a unas 4 mil especies entre 1970 y 2005, no sólo ha revelado la destrucción de la vida en la Tierra, sino también ha levantado el índice acusador sobre los perpetradores de esta devastación.
Ben Collen, investigador de extinciones de la SZL, indicó: “Entre 1960 y 2000, la población humana se ha duplicado. En el mismo periodo, las poblaciones animales se han reducido 30 por ciento. No hay ninguna duda de que esa declinación ha sido causada por humanos”.
El estudio recoge cinco causas de declinación de las especies, todas las cuales pueden atribuirse a la conducta humana: calentamiento global, contaminación, destrucción del hábitat natural, propagación de especies invasoras, y sobrexplotación de especies. En momentos en que Estados Unidos por fin ha sumado al oso polar a la lista de especies en peligro, se tiene conocimiento de que la escala de destrucción de especies llega mucho más allá de los animales emblemáticos. Pero, al igual que en el caso del oso polar, se necesita un cambio radical en la conducta humana para detener el pillaje de la biodiversidad de la Tierra.
Caso relevante
El delfín del río Yangtsé es un caso relevante. Los científicos creen que está extinto, luego de varias búsquedas inútiles de este mamífero de agua dulce. Muchas razones explican su rápido tránsito hacia la extinción: choques con embarcaciones, pérdida de hábitat y contaminación. Todos estos factores apuntan al perpetrador: la humanidad.
Además de reducir las emisiones globales, el informe recomienda dos formas de combatir la declinación de especies: evitar que el excesivo desarrollo urbano o la agricultura destruyan habitats naturales, e impedir la caza o pesca excesiva de especies individuales.
Estas drásticas reducciones en la biodiversidad ya tienen impacto en la vida humana. “Significan que millones de personas se enfrentan a un futuro en el que las reservas de alimentos serán más vulnerables a plagas y enfermedades, y en el que el abastecimiento de agua será irregular o escaso”, advirtió James Leape, director general del WWF.
“Nadie puede escapar al impacto de la pérdida de biodiversidad porque se traduce claramente en menos medicinas, más vulnerabilidad a desastres naturales y mayores efectos del calentamiento global. El mundo industrializado necesita apoyar el esfuerzo global para lograr estas metas, no sólo en sus territorios, donde ya se ha perdido mucha biodiversidad, sino también en el mundo en su conjunto”, concluyó.
Traducción: Jorge Anaya