La crisis alimentaria ataca desde hace dos décadas al campo mexicano: CCI
La crisis alimentaria no es nueva en México; desde hace dos décadas los campesinos pobres no acceden a comestibles suficientes y por eso anualmente emigran 500 mil de ellos, dejando las parcelas abandonas, afirmó Rafael Galindo Jaime, dirigente de la Central Campesina Independiente (CCI)
Ante la insistencia de los secretarios de Agricultura, Alberto Cárdenas Jiménez, y de Reforma Agraria, Abelardo Escobar Prieto, de que en el país “no hay una crisis alimentaria” y que el gobierno “está ocupado en tener respuesta a los posibles oleajes de otros países”, el dirigente recordó que la dependencia en ese aspecto es ya de 40 por ciento.
Agregó que las importaciones para cubrir la demanda interna en el caso del trigo son de 70 por ciento –ligeramente superiores al millón de toneladas–, las de arroz de 70 por ciento –800 mil toneladas–, las de soya de 98 por ciento –4 millones de toneladas–, 32 por ciento de sorgo –3 millones de toneladas–, y 25 por ciento de maíz amarillo, con 8 millones de toneladas.
Si bien los precios para los productores de maíz subieron 277 por ciento y el ingreso agrícola se incrementó 334 por ciento en el periodo 1994-2006, los costos de producción aumentaron 450 por ciento y el precio de la tortilla al consumidor 739 por ciento. Además, los campesinos también afrontan la reducción del crédito, ya que sólo 15 de cada 100 productores tienen acceso al crédito de avío y cinco de cada 100 obtienen un crédito de inversión a largo plazo, mientras que las tasas de interés están 200 por ciento por encima de las que pagan los agricultores de Estados Unidos.
Esta situación ha provocado que la migración se haya disparado; hasta 1994, según los registros oficiales, abandonaban el campo 60 mil campesinos; ahora lo hacen medio millón y cientos de hectáreas quedan improductivas. “En el campo se están quedando las mujeres y los hombres mayores, quienes siembran menos porque no tienen infraestructura productiva, agua, ni acceso al crédito. Son cientos de miles de hectáreas con potencial productivo que están desaprovechadas”.
Lo grave es que no hay una política agropecuaria que propicie el arraigo, fomente fuentes de empleo o aumente la producción para ser competitivos. Estamos perdiendo la soberanía alimentaria, “las mujeres son las que están sembrando y no tenemos el dato de cuántas y cuál es la superficie que siembran porque ni Sagarpa tiene esa información. Es una política agropecuaria errónea y cada día aumentamos las importaciones”, acotó.
Además, son 300 mil productores los que tienen presencia en el mercado internacional, adicionalmente 20 empresas son las que controlan el mercado de las semillas, los insumos, la comercialización, el procesamiento y distribución de alimentos; cuatro controlan el comercio del maíz y una la producción de harina de maíz; tres el mercado del trigo; tres la comercialización del frijol y tres la industrialización de éste; tres el pollo y el huevo; tres la leche y una el café.
“Estamos en manos de los monopolios y el gobierno no hace nada, ya que 70 por ciento de la población rural está en condiciones de pobreza y la pérdida de empleos rurales es de 5 millones en los últimos tres lustros”, acotó.
Ante el panorama, el titular de la SRA comentó que hay certidumbre de alimentos para la población en este año, y si bien hay una preocupación por el incremento mundial del precio de los granos, eso no quiere decir que en México “estemos en crisis”. Agregó que el gobierno analiza por qué hay cientos de miles de hectáreas subaprovechadas –pero sin precisar la superficie– para que el conjunto de secretarías de Estado que inciden en el campo actúen conjuntamente.