México: cosecha nuevas críticas el programa que impulsa el desarrollo de maíz transgénico

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País México

El régimen especial de protección al maíz puesto a consulta por la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) para autorizar o detener la siembra experimental de maíz transgénico es un documento incompleto, confuso e inconsistente y no garantiza plena seguridad a las razas del grano en caso de la liberación de semillas transgénicas, asentó Alejandro Espinosa Calderón, integrante de la Unión Nacional de Científicos Comprometidos con la Sociedad

El también ex integrante de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) destacó que las medidas de inspección y vigilancia de las secretarías de Agricultura (Sagarpa) y de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) han sido insuficientes e inclusive no han respondido adecuadamente a las denun- cias de contaminación de maíz en Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa y Oaxaca.

La propuesta de vigilancia presentada por ambas instituciones es vaga e imprecisa e inclusive lleva a pensar si sus actuaciones son adecuadas en caso de denuncias de contaminación del grano.

En el documento que presentó a la Cofemer, el investigador afirma que el citado régimen deja en la indefensión a México y en un riesgo inminente de contaminación al cultivo de maíz, ya que “no contiene elementos para una protección integral del grano, no establece diferencias entre maíz liberado experimentalmente en ensa- yos piloto o la liberación comercial, lo que propiciaría seguramente el abuso y grave riesgo por uso y liberación comercial de estas diferentes categorías”.

Advierte que la riqueza genética del maíz estará en grave riesgo si se autorizan las solicitudes de permiso de liberación del grano genéticamente modificado y subraya que la pretendida división geográfica –el norte para variedades transgénicas y el centro-sur para salvaguardar las razas y variedades actuales– no es una respuesta.
“Sería una situación prácticamente inmanejable, ya que se ha demostrado que la coexistencia es imposible entre maíces transgénicos y no transgénicos; la contaminación en pocos ciclos será mayúscula, con un daño terrible”, agregó.
Sostuvo que algunos integrantes de la secretaría ejecutiva de la Cibiogem, como Luis Herrera Estrella y Ariel Álvarez, participaron en el proyecto maestro de maíz, el cual fue apoyado por funcionarios de la Sagarpa, y también organizaron un taller para redactar el régimen de protección especial, “con la clara tendencia de que se deben autorizar las solicitudes de liberación al ambiente de transgénicos”.

Esto muestra, destacó, el conflicto de intereses en la actuación de funcionarios públicos, lo cual debe revisarse y además debe invalidarse dicho régimen y declararse una moratoria a la siembra de maíz transgénico.

También Aleira Lara Galicia, coordinadora de la campaña de Agricultura Sustentable y Transgénicos de Greenpeace, comentó que es inaceptable dicho régimen ya que no ofrece un marco de bioseguridad para resguardar las zonas de producción de maíz tradicional y pone en riesgo a las variedades criollas.

Recuerda que en abril de este año, el reporte del programa de Evaluación para la Agricultura de la ONU reproduce las recomendaciones de científicos, organizaciones y representantes de distintos gobiernos en torno al establecimiento de políticas de bioseguridad que impidan el consumo y cultivo de organismos genéticamente modificados en países que son centro de origen, como en el caso de México, para evitar la contaminación y preservar la diversidad genética.

La Jornada, México, 8-5-08

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