Día contra las represas
Hoy se celebran once años desde que fue decretado el Día Internacional a favor de los Ríos y contra las Represas. Dicho movimiento se inició luego de una reunión de cientos de afectados por la construcción de estas obras, en su mayoría de importancia hidroeléctrica
Hace once años un grupo de personas afectadas por los desplazamientos causados por la construcción de la represa Curitiba, situada en Brasil, creó el decreto del Día Internacional de Acción contra las Represas y por los Ríos, el Agua y la Vida bajo el lema "agua para vivir, y no para matar", es por esto que todos los 14 de marzo se elevan las voces para alertar sobre los peligros y consecuencias de estas infraestructuras, aparentemente inofensivas.
Según diferentes estudios las presas causan un gran impacto ambiental en los ecosistemas, alterando casi en su totalidad los medios naturales de los vegetales y animales que allí cohabitan. Además motivan grandes desplazamientos de personas, a quienes se les violan parte de sus derechos humanos y en ocasiones se les sumerge en un estado de pobreza que no tenían antes de ser reubicados.
Desde que en 1997 se empezara a tomar conciencia de tal situación mucho se ha dicho en relación al tema. Numerosas investigaciones se han realizado y las conclusiones no son nada alentadoras para aquellos que promueven este tipo de proyectos, y menos para las comunidades afectadas por los mismos.
¿Beneficio o perjuicio?
El instituto Word Watch señala que la creación de grandes embalses anega tierras con potencial agrícola, provoca migraciones forzosas y modifica el territorio reduciendo la riqueza de la biodiversidad, así como otros daños a la vida acuática y a las poblaciones cercanas a los proyectos.
Reseñando la situación local, el estado Bolívar tiene tres represas, Guri es considerada la más importante de todas y su embalse -de una superficie de 3.919 kilómetros cuadrados- es el segundo más grande en extensión de Venezuela, después del lago de Maracaibo.
Además de Caruachi y el complejo Macagua, actualmente están construyendo Tocoma, por lo que nuevamente gran cantidad de hectáreas quedará bajo las aguas y buena parte de los animales de esa zona deberán ser sacados de su hábitat natural hacia otros territorios, donde se procure su supervivencia.
Una investigación difundida recientemente en una revista científica revela que la energía hidroeléctrica no es tan limpia como parece. Luego de que grandes terrenos son inundados -a veces sin que haya una deforestación sistemática- se inicia la putrefacción de los compuestos orgánicos que quedan bajo las aguas. Durante este ciclo se desprende metano y dióxido de carbono, principales gases causantes del calentamiento global.
Así pues el 4% de las emisiones perjudiciales a nivel mundial son originadas por las represas, que desde siempre han sido vendidas como soluciones para una energía renovable y sin "daños" a la naturaleza. Aunque en el país no ha habido incidentes de violencia masivos por la construcción de los embalses, en otras latitudes se han asesinado a centenares de personas con tal de avanzar con los proyectos, siendo ésta una manera de sacar dinero de las arcas públicas con una justificación presuntamente aceptable.
Corrupción hidroeléctrica
La página ecoportal.net indica que "el promedio de excesos de costos en grandes represas es de un 56% más del calculado inicialmente. Las financiadas por el Banco Mundial oscilan entre un 27 y 39% más; los del Banco Interamericano de Desarrollo en un 45% más y en América Latina el promedio es de un 53% más a lo presupuestado originalmente. Así se endeudaron a los pueblos y se enriquecieron a los corruptos. Por ejemplo, con la represa Yacyretá en Argentina y Paraguay, el dinero robado en corrupción fue de más de 6 mil millones de dólares".
A propósito de esto en América Latina abundan este tipo de casos, los cuales pretenden ser pasados por alto sin que los organismos financieros se pronuncien porque resultan beneficiados. No obstante, la lucha continúa y los detractores de las presas se enfrentan con los promotores, en una batalla campal donde el más perjudicado es el ambiente.
"La mayoría de las grandes represas en América Latina y el Caribe se construyeron durante las más crueles dictaduras militares que tomaron el poder entre los años 50 y 80. Dictadores que fueron entrenados en la Escuela de las Américas usaron las masacres y la imposición para beneficiar a los constructores con los proyectos de presas como Itaipú, Guri, Yacyretá y Chixoy".
"Los gobiernos dictatoriales recibieron millones de dólares que se fugaron en corrupción y en beneficio de la explotación minera e industrial, mientras hoy los pueblos siguen arrastrando la deuda del supuesto desarrollo. Los dictadores impulsaron las políticas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, las privatizaciones y las grandes construcciones faraónicas de las represas".
A propósito de esto los análisis sacados de la Comisión Mundial de Represas, referenciados por Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria, muestran que no todo es "color de rosa" y hay una estrecha y casual relación entre lo militar y el desarrollo de las presas, al menos en Latinoamérica, reflejando esto el carácter negativo de los gobernantes de esta parte del continente americano.
Se pueden mejorar
Pese a las advertencias, las represas no van a dejar de minar los ríos del planeta, detrás de ellas hay enormes emporios económicos ayudados por importantes y reconocidas instituciones mundiales con capacidad de impulsar la creación de estas megas obras sin importar los sobreprecios que generen y los grandes impactos ambientales.
Mientras tanto, miles de personas siguen siendo desplazadas y buena parte de la biodiversidad muere bajo las aguas que causan la inundación de los embalses, sin que se haga nada para remediar el deterioro del mundo. Recientemente Brasil y Argentina firmaron un acuerdo binacional para la construcción de una represa nueva que solvente el problema mutuo de energía, pero ¿será que a nivel mundial es más importante tener energía en detrimento de millones de personas que salvaguardar el medio? El tema, sin duda, muy incómodo.