Indígenas de Oaxaca y Puebla empiezan caravana de apoyo a pueblos zapatistas
Sólo unificando nuestras luchas detendremos las hostilidades del gobierno, dice un mixe. Es un intercambio de solidaridades; ellos también viven en comunidades amenazadas. “Venimos a mostrarles nuestro apoyo ante los despojos de sus tierras y ataques a sus pueblos por el gobierno, el Ejército federal y los grupos paramilitares".
Hermann Bellinghausen (Enviado)
San Cristóbal de las Casas, Chis., 22 de febrero. Cerca de medio centenar de triquis, mixes y mixtecos de Oaxaca, así como nahuas de Puebla, que integran la Caravana Indígena de Solidaridad con los Pueblos Zapatistas, empezaron hoy un recorrido por los cinco /caracoles/ y diversas comunidades autónomas actualmente hostigadas y amenazadas con desalojo y violencia. “Venimos a mostrarles nuestro apoyo ante los despojos de sus tierras y ataques a sus pueblos por el gobierno, el Ejército federal y los grupos paramilitares”, expresó una representante mixteca esta mañana, cuando el grupo se repartió en las cinco direcciones del territorio rebelde.
Se trata, más bien, de un intercambio de solidaridades, pues las autoridades comunales y ejidales que conforman la caravana proceden de lugares tan amenazados como los pueblos zapatistas; tal es el caso de San Pedro Yosotatu, en la Mixteca oaxaqueña, o San Juan Copala, el asediado municipio autónomo de la región triqui.
De la sierra norte de Puebla participan en la caravana nueve representantes nahuas de Tzinacapan y Zautla, así como colectivos, miembros de radios comunitarias, cooperativas de mujeres y preparatorias comunitarias indígenas. Los de Radio Ayuuk (de la Mixe Baja), por ejemplo, se encaminaron a Oventic, donde encontrarán que nada más en los altos de Chiapas ya hay tres radiodifusoras rebeldes: dos operadas por las comunidades autónomas tzotziles y una, Radio Insurgente, por el EZLN.
Un miembro de la radio mixe expresó: “la intención es difundir en nuestras comunidades lo que sucede aquí, y plantear acciones en respaldo de las juntas de buen gobierno (JBG) zapatistas, y unificarlas con las luchas de Oaxaca. Sólo así podremos detener las hostilidades contra todos nosotros. Por eso demandamos que la Procuraduría Agraria deje de ser el instrumento de división y desalojo del gobierno”.
Un representante de San Pedro Yosotatu, donde desde diciembre pasado han sido asesinados dos comuneros por los impunes gatilleros priístas, afirmó: “la realidad que vivimos los distintos pueblos indígenas es la misma, por eso debemos defendernos todos juntos”.
El grupo anunció que el próximo lunes ofrecerá una conferencia de prensa en esta ciudad. Acompañan la caravana las organizaciones civiles Cactus (Oaxaca), Tacachihuallis y Centro de Estudios Superiores de Desarrollo Rural (Puebla). Todos son adherentes de la Sexta declaración de la selva Lacandona.
En relación con los presuntos hechos ocurridos este jueves en la comunidad zapatista Bolom Ajaw, la JBG de Morelia informó por vía telefónica que sigue realizando investigaciones en la región de Agua Azul para emitir su versión, ante la que el gobierno estatal difundió hoy en inserción pagada, fechada en Chilón. Según el boletín oficial, bases de apoyo zapatistas “comandadas por cinco extranjeros” habrían retenido a “un periodista y policías estatales en Agua Azul”.
La gacetilla añade que “20 encapuchados detuvieron al comunicador y a los policías” durante un “recorrido de rutina”. Cabe preguntarse qué clase de “rutina” es la incursión de dos patrullas tripuladas por agentes y un reportero (no identificado) con cámara fotográfica, en una de las comunidades indígenas más agredidas y amenazadas de Chiapas, en ese foco cada día más rojo que es la codiciada región de Agua Azul. Allí, el gobierno federal y los inversionistas privados planean un inmenso proyecto turístico que el gobierno estatal ha descrito con entusiasmo como el “futuro Cancún de Chiapas”.
23 de febrero de 2008
Fuente: La Jornada