México: maíz de baja calidad con el TLC
Al derrumbarse la última barrera arancelaria, el TLC permitirá que lleguen a nuestro país productos transgénicos y de muy baja calidad
“El maíz, uno de los productos de canasta básica que entrarán sin pago de arancel a nuestro país con el Tratado de Libre Comercio es de baja calidad alimenticia, por lo que se verá afectada la salud de los consumidores, así como de los productores mexicanos”, señaló la doctora Sonia Emilia Silva Gómez, Investigadora del Departamento de Desarrollo Sustentable del ICUAP.
La Investigadora explicó que a partir del 1 de enero de 2008, se permite el libre acceso sin impuestos o restricción alguna a nuestro país de leche, sorgo, frijol, azúcar y maíz provenientes de estos países vecinos, productos que para la economía nacional son estratégicos.
Silva Gómez considera que en especial la producción de maíz se ve seriamente perjudicada; “aunque esta problemática se viene dando desde hace algunos años, por la falta de incentivos y otras cuestiones, incluso de legislación, que afectan al productor de los dos Méxicos: el del Norte, que son agricultores empresarios que tienen mayor infraestructura en todos los aspectos, y el del Sur, que normalmente cuenta con máximo 5 hectáreas o menos, así como muy escasos recursos para la siembra”, agregó.
Consideró que el mercado mundial productor de esta semilla está abarcando otros rubros importantes en los cuales México no está compitiendo: la producción de bioenergéticos derivados del maíz, así como en desarrollo de alimento para ganado.
La Doctora agregó que se debe tomar en cuenta la opinión y necesidades de los denominados “grupos minoritarios”, es decir, la población de escasos recursos, y también la de muchos productores del campo, que ofrecen productos sanos, en comparación a los de baja calidad alimenticia o transgénicos provenientes de otros países con los que están compitiendo.
Declaró que no sólo en cuestión económica se ve perjudicado el tema del maíz a partir de enero de 2008, sino que esto trasciende a cuestiones culturales y alimentarias, puesto que las comidas que ingieren los mexicanos ya no responden a lo que tradicionalmente comían: “no es únicamente cuestión folklórica el comer tortillas o los derivados de este producto, tiene que ver también con la cultura, identificarnos con nuestras raíces, con nuestros antecedentes, con lo que somos: si se pierde una variedad de maíz, también se pierde parte de nuestra cultura”, abundó.
Silva Gómez enfatizó que la sociedad debe seguir trabajando en la defensa de que la cuestión agrícola dentro del Tratado de Libre Comercio sea más puntual y precisa para la autosuficiencia alimentaria.
Agregó que la población mexicana puede hacer una gran aportación positiva siendo selectiva y prestando atención a los productos que consume: “Necesitamos ver e informarnos de donde proceden nuestros alimentos, qué es lo que contienen, qué beneficios nos dan a nuestro organismo. No es una cuestión nacionalista, pero qué mejor que saber de donde provienen los alimentos que comemos”.