México: urgen a proteger manglares
CANCÚN, QR.— La protección de los manglares mexicanos y la inversión en su conservación mas no en la desregulación de la ley que prohíbe destruirlos, es un asunto de seguridad nacional, coinciden científicos, especialistas y organizaciones ambientalistas
“Los manglares no son simplemente un montón de árboles. Son un ecosistema a la vez simple y complejo. No pueden crecer en cualquier sitio, sólo ahí, donde se dan ciertas condiciones naturales. Por eso no hay manglares en el desierto, en las laderas de los cerros ni en los pedregales volcánicos, sólo en los humedales”, señaló el Premio Latinoamericano en Divulgación Científica, Juan José Morales.
Proteger y conservar los manglares es una cuestión de seguridad nacional, pues dicho ecosistema es fundamental para la estabilidad de la zona costera, ya que la protegen de la erosión y del embate de los huracanes, éstos, cada vez más violentos, señaló a EL UNIVERSAL.
Los manglares son un tipo de humedal, una comunidad de árboles cuyas raíces pasan gran parte del año inundadas, por lo que se les equipara con una suerte de bosque marino. Existen diferentes especies de mangle —rojo, blanco, negro y botoncillo— y no crecen en cualquier zona inundable, bajo ciertas condiciones de suelo, humedad y salinidad, dijo.
Cubren 25% del Caribe
Según la definición aportada por la Desarrolladora de Turismo Sustentable (DTS), brazo ambiental del Grupo Xel-Ha, en Quintana Roo, los manglares son uno de los ecosistemas más ricos sobre la Tierra, puesto que son de los pocos árboles del mundo que tienen la capacidad para subsistir en el agua salada.
“Los manglares cubren 25% de las costas del Caribe. Desafortunadamente, los manglares están en peligro por la falta de consideración de los seres humanos, así como por la contaminación y la deforestación”.
Para el investigador y profesor titular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, Unidad Puerto Morelos, Jorge Herrera Silveira, cortar un manglar implica cortar de tajo un ecosistema irrepetible, que regala una gran cantidad de servicios ambientales a más de 20 millones de mexicanos.
“Da tristeza saber que por un lado se destinan recursos (no suficientes) para la protección, investigación, restauración y monitoreo de los manglares por instituciones como Conanp, Conacyt, Conafor, Conabio, Semar, entre otras, y por otro lado, se autorizan desarrollos millonarios (SCT), se dan permisos (Semarnat), se hacen fuertes inversiones (Sectur, SCT e iniciativa privada) y se promueven actividades para destruirlos y sustituirlos, pensando que los manglares son tierras malolientes, inservibles y llenas de mosquitos que hay que desaparecerlas o hacer uso de ellas.
“Lo anterior es muestra de que no conocen los múltiples servicios ambientales que proveen a los más de 20 millones de mexicanos que viven en las costas de nuestro país, y a otro número mayor de turistas que visitan las costas de México cada año”, añadió.
Refugios y zonas de crianza
Entre dichos servicios, citó que los manglares actúan como sistemas naturales de purificación de agua, aportan nutrientes a los ambientes marinos (incluidos los arrecifes de coral); son zonas de cría, crecimiento y refugio de muchas especies de animales que forman parte de los ecosistemas costeros y marinos.
En una carta que envió a senadores y diputados para impedir que aprobaran la contrarreforma de la Ley General de Vida Silvestre, que prohíbe destruir el flujo hidrológico de los manglares, el científico señala que no es casualidad que Veracruz, Tabasco y Campeche sean estados con actividades pesqueras ribereñas.
Destrucción
“Los manglares proveen refugio y alimento a muchas especies de importancia comercial y ecológica. Tampoco es casualidad que en Quintana Roo se presenten manglares y arrecifes juntos, pues hay una importante conectividad entre estos ecosistemas y si se quiere seguir promoviendo el turismo en esta región, la protección y restauración de manglares debe ser una prioridad nacional”, remarcó.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en 24 años, México ha perdido más de 75% de sus manglares. El dato fue aportado en octubre por el titular de la dependencia, Rafael Elvira, quien dijo durante su comparecencia ante la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados, que a este país le quedan 650 mil hectáreas de humedales.
En 1993 se estimaba que 65% de los manglares de México habían desaparecido y existían 956 mil 149 hectáreas. Una evaluación preliminar de las tasas de superficie de manglares en México, elaborada por el Instituto Nacional de Ecología (INE), en septiembre de 2005, determina que en 1976 existían en el país un millón 41 mil 267 hectáreas de manglar.
Para 1993 dicha cifra se redujo a 956 mil 149 hectáreas; 7 años después (2000), el número bajó a 886 mil 760, según el Inventario Nacional Forestal, cuyo reporte indica que monto se mantuvo hasta 2005.
En 2007, Elvira informó que, según el Inventario Nacional de Manglares elaborado por la Comisión Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad, a México le quedan 650 mil hectáreas de dichos humedales.
Con base en lo anterior, el Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat (IFAW) calculó que sólo en dos años el país perdió 236 mil hectáreas de manglares, pues en ese año la superficie estaba cuantificada en 886 mil hectáreas.
La agrupación señala que los manglares prestan servicios ambientales al país por decenas de millones de dólares al año, servicios ambientales que pueden salvar vidas.
“Si no fuera por los manglares del sur de Quintana Roo, el huracán Dean no hubiera disminuido su fuerza de categoría 5 a 3 al tocar tierra y hubiera causado más daño a los estados del interior al entrar por Veracruz”, afirmó Beatriz Bugeda, directora para América Latina del IFAW.
Herrera añade que entre los efectos del cambio climático estará el incremento del nivel del mar, siendo las costas las que sufrirán las consecuencias.
“Junto con los arrecifes de coral, el ecosistema que podrá defender a la infraestructura costera de este fenómeno, podrían ser los manglares, y se debe tener una visión de largo plazo y analizar con seriedad si vale la pena poner hoteles y otros desarrollos tan cerca de la costa”, manifestó.
Morales concluye que hace años también las dunas costeras fueron menospreciadas y se creía que se les podía destruir sin que hubiera consecuencias. “Se destruyeron para hacer hoteles y el resultado fue que nos quedamos sin playas. Si ahora destruimos los manglares, ¿qué vamos a perder? ¿Los arrecifes?
Adriana Varillas