México: el Ejército y paramilitares gestan un nuevo Acteal, denuncian intelectuales
A pocos días de que se cumpla el décimo aniversario de la masacre en los Altos de Chiapas, esta declaración señala: “Con las comunidades zapatistas, nos comprometemos a estar vigilantes del desarrollo de los acontecimientos y llamamos a todos los hombres y mujeres de buen corazón, de México y del mundo, a estar atentos de lo que aquí suceda y a manifestar abiertamente su solidaridad con estas y estos indígenas que han renovado la esperanza de que otro mundo es posible”
El EZLN anuncia repliegue ante la ola de agresiones
Blanche Petrich y Hermann Bellinghausen (Enviados)
San Cristóbal de las Casas, Chis., 17 de diciembre. Los participantes en el Coloquio Internacional en memoria de Andrés Aubry, entre ellos los escritores John Berger, Naomi Klein, el sacerdote belga Francois Houtart, decenas de activistas y académicos, denunciaron ayer, en un documento que suscribieron, que 56 campamentos militares, unidades de fuerza especiales y la reactivación de grupos paramilitares, como el de la Organización Para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos (Opddic), agreden y amenazan desde los meses recientes a los pueblos zapatistas. Y advirtieron: “no se puede permitir un nuevo Acteal en tierras mexicanas. No se puede orillar a los pueblos a defenderse de la violencia con la violencia”.
En respuesta a la declaración que hizo la noche del domingo el subcomandante Marcos, que alertó sobre las agresiones que están sufriendo las comunidades zapatistas y “nuestras compañeras y compañeros”, los abajofirmantes, entre quienes se encuentran además Pablo González Casanova, Sylvia Marcos, Enrique Dussel, Jorge Alonso, Carlos Rojas Aguirre y Jean Robert, exigieron al gobierno federal y al estatal “que detengan esa agresión que rompe todo respeto a los derechos humanos”.
A pocos días de que se cumpla el décimo aniversario de la masacre en los Altos de Chiapas, esta declaración señala: “Con las comunidades zapatistas, nos comprometemos a estar vigilantes del desarrollo de los acontecimientos y llamamos a todos los hombres y mujeres de buen corazón, de México y del mundo, a estar atentos de lo que aquí suceda y a manifestar abiertamente su solidaridad con estas y estos indígenas que han renovado la esperanza de que otro mundo es posible”.
Anoche, el subcomandante Marcos pronunció su última intervención del coloquio, al que tituló “Sentir el rojo; el calendario y la geografía de la guerra”. Subrayando su carácter de jefe militar del EZLN, “que es un ejército, muy otro por cierto pero es un ejército”, anunció: “Es ésta la última vez, al menos en un buen tiempo, que salimos para actividades de este tipo; me refiero al coloquio, encuentros, mesas redondas, conferencias, además de, por supuesto, entrevistas.”
Explicó por qué: “como hace tiempo no ocurría, nuestras comunidades, nuestras compañeras y compañeros, están siendo agredidas. Ya había pasado antes, es cierto. Pero es la primera vez desde aquella madrugada de enero de 1994 que la respuesta social, nacional e internacional ha sido insignificante o nula. Es la primera vez que estas agresiones provienen descaradamente de gobiernos de supuesta izquierda, o que se perpetran con el apoyo sin tapujos de la izquierda institucional.”
También previó: “quienes hemos hecho la guerra sabemos reconocer los caminos por los que se prepara y acerca. Las señales de guerra en el horizonte son claras. La guerra, como el miedo, también tiene olor. Y ahora se empieza ya a respirar su fétido olor en nuestras tierras”.
El comunicado de los participantes al coloquio, dirigido al pueblo de México y a los pueblos del mundo, recuerda lo siguiente: “Desde el 10 de enero de 1994, el EZLN se comprometió con la sociedad civil mexicana a que, de manera unilateral, frenaría cualquier actividad bélica. A 14 años de esa decisión, el EZLN, a pesar de la presencia hostigadora del ejército federal mexicano, que tanto daño ha hecho a la vida de las comunidades indígenas chiapanecas; a pesar de la formación de grupos paramilitares; a pesar de la masacre de Acteal; a pesar de todo, ha hecho honor a su palabra. En este tiempo, poniendo en práctica el mandar obedeciendo, ha construido una de las experiencias más esperanzadoras del mundo: las juntas de buen gobierno, las cuales han logrado mejorar el nivel de vida de las bases de apoyo zapatistas y realizar el ejercicio de gobierno que ya es un faro en la lucha por la emancipación humana, su ejemplo de lucha pacífica es universal”.
Fuente: La Jornada