El Salvador: no queremos la Presa "El Chaparral"
“Si nos toca con palos pelearemos con palos, si nos toca con piedras, pelearemos con piedras, pero de que vamos a pelear hasta que esa presa no se haga, eso es un hecho”
Don Juan y doña María son dos pobladores del Caserío “ La Fragua ” de San Antonio del Mosco, Departamento de San Miguel, la quietud y su estilo de vida muy genuino de la vida en el campo se ha visto gravemente amenazada desde que CEL [1] les ha manifestado que sus tierras servirán muy pronto para albergar el embalse de la nueva Presa “El Chaparral”.
La mañana cae lentamente en el caserío, un nuevo día da inicio y los pasos se escuchan por todas aquellas calles llenas de polvo y piedras, es la vida en el campo, donde desde muy temprano hay que cumplir con las obligaciones, los animales domésticos deambulan por todos aquellos terrenos que únicamente tienen divisiones para los humanos, las frutas de los árboles son recolectadas e ingeridas por los niños y adultos, las cumas y los corvos suenan intensamente en las malezas y en los cañales.
Al final de la calle de polvo y piedra yace el Río Torola, que luego de un desordenado invierno aparece muy apaciguado, sus aguas cristalinas seducen a propios y a extraños, que fácilmente terminan por adentrarse en sus aguas y sucumbir por sus encantos.
Para Don Juan y Doña María su felicidad es ese rincón de mundo donde les tocó vivir, es lo más importante que tienen, allí donde nacieron y murieron sus padres, sus abuelos y en donde tienen toda una vida que no están dispuestos a cambiar. “Aquí nos sentimos tranquilos, vivimos en comunidad, cuando alguien se enferma todos ayudamos a sacarlo hasta el pueblo, nos prestamos nuestras herramientas, nos cuidamos entre nosotros, aquí hay mucha paz y jamás me sentiré bien en otro lugar que no sea este”, manifiesta Don Juan con cierto grado de nostalgia, al saber que el Gobierno esta empecinado en construir el coloso en los alrededores de sus tierras y ante tal situación tendría que salir del lugar.
Doña María es una mujer muy emprendedora , mientras “muele” el maíz para hacer las ricas tortillas cocinadas en el comal, piensa que es imposible que CEL y el Gobierno no piensen en ellos. “Aquí nadie ha venido a platicar con nosotros, a decirnos si queremos esa presa, o si queremos vender nuestras tierritas, la gente aquí dice que si no vamos a CEL a ofrecer nuestras tierras, pues que la inundación nos va a sacar, como es posible que nos traten como animales”, exclama.
Es un día domingo, la mayoría de los pobladores del lugar y de lugares circunvecinos como Santa Rosa, el Bajío y Las Cañas se han reunido para manifestarse en contra de la construcción del coloso. Don chepe un reconocido líder del caserío “El bajío”, expresa abiertamente su pensar frente al problema. “ Hace cinco años nos dimos cuenta que el Gobierno estaba pensando en construir una represa aquí, pensamos que no lo iban hacer, pero hace unos tres meses vinieron los de CEL ha tomar medidas con unos ingenieros, tomaron fotografías, andaban con unas cintas muy grandes midiendo varios lugares, al preguntarles no querían decir que lo que hacían, pero luego el cura de la parroquia de nuestro municipio nos dijo que los de CEL andaban midiendo para ver hasta donde iba a llegar la inundación, cuando construyeran la presa”, aclaró.
La reunión transcurre de forma muy intensa, cada quien explica lo que ha visto y lo que ha sucedido en su comunidad y comienzan a realizar valoraciones de que es lo que el Río Torola les ofrece a cada uno de ellos y a sus familias, hacen un inventario de todas las riquezas que tienen en sus tierras. Después de un par de horas de valorar toda esa riqueza que el lugar les ofrece, terminan concluyendo que no es posible que el supuesto y llamado “desarrollo”, los aplaste y les robe todo lo que ellos han construido, que les robe su felicidad, que les robe toda su riqueza, que no es material, pero que es más fundamental que el mismo dinero como expresa doña Leonor. “Cuando no tengo que comer, voy con mi esposo al río a pescar, al regreso recogemos la leña para ir a freír los pescaditos que vamos a comer con nuestros hijos, cortamos “el chipilín” y hacemos una sopita, si nos vamos de aquí no vamos a poder sobrevivir, el río, el agua potable de este lugar nos sirve para sobrevivir, para nuestros animalitos, para nuestros hijos que van a bañarse al río todos los días y disfrutan de todo esto”, aseveró.
“Nosotros estamos dispuestos a luchar hasta las ultimas consecuencias, primero Dios que este Presidente piense en nosotros y detenga la construcción de esa presa, allí andan diciendo que si no construyen esa presa nos vamos a quedar sin energía eléctrica, preferimos vivir sin energía eléctrica, a vivir sin nuestro río, sin nuestros animalitos que son los que comemos para sobrevivir, a la leña, a las frutas, verduras y cultivos que estas tierras nos dan, no vamos a permitir que construyan esa presa aquí, no queremos la Presa el Chaparral esa es nuestra consigna y no vamos a descansar hasta que CEL diga que no la va a construir” Manifiesta niña Sonia, pobladora de El Caserío “El Bajío”, perteneciente a San Antonio del Mosco, en San Miguel.
Los ánimos de los pobladores afectados por la construcción de la represa es muy grande, ya los personeros de CEL y del mismo Ministerio del Medio Ambiente han palpado la resistencia, cuando los afectados desbarataron una reunión donde se suponía que Medio Ambiente estaba realizando una consulta pública, en dicha reunión sólo habían sido invitado personas proclives a la construcción de la presa, esta fue irrumpida por los afectados, desbaratando así el contubernio de las dos instancias gubernamentales.
“Si nos toca con palos pelearemos con palos, si nos toca con piedras, pelearemos con piedras, pero de que vamos a pelear hasta que esa presa no se haga, eso es un hecho”, sentencia una maestra del lugar que ha sido amenazada por no permitir que los personeros de CEL regalaran cuadernos a los alumnos de su escuela.
La lucha por la no construcción de la Presa el Chaparral sigue ganando adeptos, ahora son más los afectados que están decididos a no dejar ni siquiera que CEL entre con sus vehículos a los alrededores del Río Torola, esperemos que CEL y El Gobierno dejen su tozudez y piensen más en función de la gente más pobre y no en las ganancias que este proyecto va ha generar.
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[1] Central Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL). Autónoma encargada de la producción de la energía hidroeléctrica en El Salvador.
Carlos Molina