Colombianos luchan contra el cultivo de coca para fines ilícitos
Bajo el lema "Soy Yurumanguireño de Respeto, No consumo ni cultivo Coca", la Organización Étnico Territorial APONURY (Asociación Popular de Negros Unidos del Río Yurumanguí) en conjunto con el Consejo Comunitario del Río Yurumanguí y el Proceso de Comunidades Negras en Colombia están emprendiendo desde el año 2000 una campaña contra el cultivo de coca para fines ilícitos
La Asamblea General del Consejo Comunitario del Río Yurumanguí, en el año 2000, determinó que no se permitiría la entrada de ningún tipo de cultivos de uso ilícito (coca) ni monocultivos como la palma aceitera con el objetivo de proteger y conservar el territorio. En la actividad de erradicación desarrollada en los días 9, 10, 11 de noviembre de este año, el área erradicada manualmente fue de 25 hectáreas, con la participación de 253 personas.
Las organizaciones creen que el cultivo de coca puede traer severas consecuencias para los habitantes de la región: "Se considera que este tipo de cultivos de uso ilícito no solo afecta los recursos naturales, pues de igual forma afecta y se convierte en una amenaza latente para las distintas dinámicas propias que de manera ancestral se vienen desarrollando al interior del río en lo que tiene que ver con lo cultural, social, productivo, económico y sobre todo afecta el proyecto político organizativo de las y los yurumanguireños", afirman en comunicado.
Entre las consecuencias, los pueblos señalan que, para contener el avance de los cultivos de coca a fines ilícitos, el gobierno responde con la fumiga, acabando con el pancoger, multiplicando los problemas de salud, de falta de acceso al agua potable, contaminación ambiental y crisis alimentaría de la población. Además, los territorios se hacen más atractivos y propensos a la intensificación del conflicto armado y aumenta la presencia de paramilitares, subversión, delincuentes comunes y fuerza publica y se incrementan los riesgos de desapariciones, masacres, desplazamiento de la población.
A pesar de las dificultades, un gran reto logrado fue la revelación de los sitios de ubicación de las parcelas cultivadas con coca para fines ilícitos, pues por temor a represalias personas de las comunidades no se atrevieron a brindar información. Luego de un trabajo de sensibilización y concienciación de los daños que generan estos cultivos, las comunidades fueron indicando la ubicación de los terrenos cultivados, algunos dueños también revelaron el lugar de sus parcela con coca.
La comunidad yurumanguireña ratifica su posición política, de no permitir que el territorio ancestral se convierta en un escenario para la implementación de cultivos con fines ilícitos y expansión de monocultivos de palma aceitera. Sin embargo, cree que es necesario que las organizaciones nacionales así como las internacionales financien proyectos productivos de impacto en las comunidades, con el propósito de prevenir y/o sustituir estos cultivos en los territorios colectivos.
De acuerdo con las organizaciones, el fortalecimiento organizativo de las comunidades es la clave para ejercer el control social del territorio ancestral. "Reiteramos que el fenómeno del narcotráfico que alimenta la ola de violencia que vive el país, no se acaba con más restricciones, con más prohibiciones, con control al transporte de combustibles y materiales de construcción, con la adquisición de equipos bélico militar de ultima tecnología y todo lo que propone este gobierno. Consideramos que esto se acaba solo con inversión social", finalizan.