Proteger el 40% de los océanos de la explotación humana es el único camino para conservarlos

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Un nuevo informe de Greenpeace y Worldwatch concluye que los océanos del planeta están en grave peligro. Proteger el 40% de los océanos de la explotación humana es el único camino para conservarlos y asegurar la recuperación de la biodiversidad en las áreas agotadas

Los océanos cubren el 70% de la superficie de la Tierra y tres cuartas partes de la humanidad vive en áreas costeras. Somos enormemente dependientes de los recursos marinos -aunque nuestros océanos se enfrentan a amenazas como la sobrepesca, la contaminación, el cambio climático y la desaparición de especies.

Un nuevo informe de la organización Worldwatch Institute, Oceans in Peril: Protecting Marine Biodiversity ( Océanos en peligro: protegiendo la biodiversidad marina ), muestra la necesidad de estas reservas marinas – áreas donde todos los usos extractivos y destructivos, incluida la pesca, están prohibidos- y lanza un retrato alarmante del grave estado en el que se encuentran los océanos del planeta.

Escrito para el Worldwatch Institute por un equipo de expertos de la Unidad Científica de Greenpeace en la Universidad de Exeter, Reino Unido, este informe es una actualizacion de un estudio anterior realizado por el mismo equipo en 1998. Los resultados han sido sorprendentes por el rápido y grave deterioro que han sufrido todos los océanos del planeta en menos de una década..

“Estudios recientes, como el que muestra cómo el 90 por ciento de los grandes peces predadores (tiburones, peces espada y atunes) han desaparecido debido a la sobrepesca desde la década de los 50, han ayudado a denunciar lo que está sucediendo bajo las olas, lejos de las miradas de la mayoría de las personas”, afirmó Paul Johnston, jefe de la Unidad Científica de Greenpeace.

El informe destaca también nuevas amenazas para los océanos, tales como su creciente acidificación, y subraya como la carrera por unos recursos en constante disminución está llevando a los ecosistemas marinos al borde del colapso.

También demuestra, con datos de la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación de la ONU), que el 76 por ciento de los stocks pesqueros del planeta están totalmente explotados o sobrexplotados. En 2005 se capturaron 158 millones de toneladas de pescado, lo que supone un incremento del 700 por cien respecto a 1950. Las capturas registradas entre 1950 y 2000 muestran el colapso de 366 de las 1.519 pesquerías que existen a nivel mundial, el caso más conocido es el de la pesquería de bacalao de Grand Banks en Newfoundland.

El informe Océanos en peligro también se hace eco del engaño que supone la acuicultura cuando se presenta como la solución mágica a la crisis pesquera presentando datos alarmantes: la alimentación de especies carnívoras, como salmones o langostinos, requiere 2,5 kilos de pescado para producir un kilo de estas especies, con lo que se agrava aún más la crisis de los océanos. Más grave aún es el caso del atún capturado en alta mar y engordado en “granjas”; para su alimentación se necesitan 20 kilos de pescado por cada kilo de atún producido.

El daño que sufren miles de animales marinos y el ecosistema entero por los efectos del palangre y el arrastre de profundidad, así como la sobrepesca de las aguas de los países en desarrollo, agravado por una tasa de pesca ilegal que se estima en el 20 por ciento del total (con un valor estimado de entre 4 .000 y 9.000 millones de dólares). Mientras que algunos países con suficientes recursos para controlar sus aguas parecen querer poner en práctica algunas medidas para proteger los recursos, hay muy poca, o ninguna, regulación de cualquier captura realizada en aguas internacionales; un asunto que es necesario poner en discusión urgentemente a nivel internacional.

En el informe se incluye una serie de medidas que de ponerse en práctica podrían revertir la tendencia actual, recuperando la productividad perdida de nuestros océanos. Esa solución es el establecimiento de una extensa red de reservas marinas por todo el planeta, que proteja las especies vulnerables y sus hábitats, aumente la pesca en las zonas cercanas a las reservas y amortigüe los efectos del cambio climático.

Las reservas marinas son la herramienta más útil y poderosa disponible para detener y revertir el declive de nuestros océanos y son aplicables tanto en alta mar como en aguas costeras. Los océanos tienen una enorme capacidad de recuperación y en todos los lugares donde se ha declarado una reserva marina, la vida prospera.

Escrito por El Mercurio del Medio Ambiente

Información de Greenpeace y Worldwatch

El Mercurio Digital, España, 19-09-07

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