Exigen mecanismos de evaluación de riesgos a transgénicos en Brasil
Más de 40 movimientos y organizaciones sociales brasileñas y varios parlamentarios difundieron una carta de apoyo a una iniciativa de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria del gobierno, que propone una normativa sobre evaluación de riesgo de los alimentos transgénicos que sea a su vez completada por la sociedad civil a través de una consulta pública
La misiva fue enviada el 8 de agosto al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a los ministros que integran el Consejo Nacional de Bioseguridad y a la propia Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria. Entre los firmantes de la carta se destacan el Movimiento de Mujeres Campesinas, el de Afectados por Represas, el de Pequeños Agricultores y el de los Trabajadores Rurales Sin Tierra.
“La iniciativa de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria es bastante oportuna. En verdad la agencia está haciendo lo que la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad debería haber hecho hace mucho tiempo: crear normas y consultar a la sociedad”, dijo Gabriela Vuolo, coordinadora de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace, citada por el sitio Ecoagencia de Brasil.
La Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad es una instancia colegiada multidisciplinaria, que tiene la función de asesorar al gobierno brasileño sobre diversas cuestiones relacionadas a los transgénicos, como sus posibles afecciones a la salud humana y el medio ambiente, entre otras cosas. Las decisiones de la comisión, por ejemplo ante los pedidos de empresas sobre liberación comercial de transgénicos, deben ser confirmadas por el Consejo Nacional de Bioseguridad, integrado por 11 ministros de Estado.
“Doce años ya pasaron desde la creación de la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad, pero hasta el momento la Comisión no definió sus normas de evaluación de riesgo ambiental o alimentario de los organismos genéticamente modificados. Además de eso, tampoco existe ninguna regulación que garantice la no contaminación de las variedades orgánicas, ecológicas o convencionales por parte de las variedades transgénicas”, expresa la carta de organizaciones y movimientos brasileños.
Los firmantes solicitan que la propuesta de normativa de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, junto a las contribuciones de la sociedad civil, sean incorporadas inmediatamente por la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad.
Explican que la ausencia de regulación sobre evaluación de riesgo de los transgénicos beneficia a las transnacionales de la biotecnología, que sólo piensan en vender sus paquetes tecnológicos sin importarles la salud de la población y la sustentabilidad ambiental.
“La responsabilidad de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria ante la sociedad brasileña y su compromiso con la transparencia en el establecimiento de normas es un ejemplo a ser seguido por los Ministerios representados en la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad y en el Consejo Nacional de Bioseguridad”, sentencia la carta.
Finalmente, las organizaciones y movimientos brasileños manifiestan también su apoyo a dos recursos que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria presentó en julio junto al Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables al Consejo Nacional de Bioseguridad. Los dos organismos gubernamentales pidieron al Consejo la anulación de la liberación comercial del maíz transgénico Liberty Link, decretada a mediados de mayo por la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad.
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