Bolivia - Brasil: estudio advierte daños a la biodiversidad causado por represas

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El Gobierno advirtió, en un estudio técnico, de que si Brasil construye dos represas en el río Madera pondrá en riesgo a la población pandina de Cachuela Esperanza y sobre la Reserva departamental de Vida Silvestre Bruno Racua, además de erosiones en la zona, pérdida de vegetación y cambios en la calidad del agua, entre otros efectos

Esa importante área protegida estaría condenada a la desaparición con la construcción de las represas. Así lo señala un estudio del Viceministerio de Recursos Naturales y Medioambiente, titulado "Consideraciones respecto a los impactos ambientales y sociales del proyecto hidroeléctrico en la cuenca del Río Madera", al que tuvo acceso La Prensa.

La polémica entre las partes surgió luego de que el lunes, el Instituto de Medio Ambiente y Recursos Renovables (Ibama) de Brasil concediera la licencia ambiental para la construcción de las represas, donde se pretende levantar dos centrales hidroeléctricas (Jirau y Santo Antonio), en el estado brasileño de Rondonia, en la frontera con Bolivia.

Hace dos días, la Cancillería nacional envió una carta a Brasilia para solicitar una reunión al más alto nivel. El ministro David Choquehuanca lamentó que el país vecino emitiera una licencia "antes de que se realizaran los análisis de los impactos ambientales, sociales y económicos, considerando los afluentes del río Madera que se encuentran en territorio boliviano".

Brasil requiere de esas plantas para evitar crisis de abastecimiento de energía eléctrica a partir de 2012.

Para el Viceministerio de Medioambiente, la construcción de las represas de Jirau y San Antonio vulnera la visión de soberanía energética y, por tanto, de desarrollo de la región, no sólo porque la energía que se generará está destinada a los sectores industriales del sur de Brasil, sino porque la construcción de las represas impedirá la provisión rápida de energía a las poblaciones del Norte Amazónico.

Según el estudio, la construcción de las presas derivará en una inundación que afectará las poblaciones aledañas.

Cachuela Esperanza, situada a 76 kilómetros de Riberalta (Beni) tiene unas 300 familias y su economía de subsistencia se basa en la recolección de la castaña silvestre y la explotación forestal.

El riesgo inminente de desaparición de las poblaciones como Cachuela Esperanza, a causa de una inundación, obligará la reubicación de personas con un alto costo económico. Esta localidad está en un centro turístico natural e histórico de importancia nacional.

Brasil niega daño

Brasil recibió un pedido de Bolivia para realizar un estudio sobre el impacto ambiental que tendrían en la vecina nación dos hidroeléctricas proyectadas por el Gobierno brasileño en una zona de frontera, dijo el jueves el servicio oficial de noticias Agencia Brasil.

La oficina de prensa de la Cancillería indicó que recibió la comunicación boliviana el miércoles y que analiza el documento.

Marco Aurelio García, asesor de asuntos internacionales del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, dijo esta semana que Bolivia no tiene razones para preocuparse con el proyecto de las dos hidroeléctricas planeadas sobre el río Madeira, en el estado amazónico de Rondonia, fronterizo con Bolivia.

"Brasil no tiene una política ambiental propia, es una política ambiental regional... La preocupación con la preservación ambiental es común tanto en la dimensión nacional como regional", dijo García citado por Agencia Brasil.

Añadió que no ha habido ningún pedido o reivindicación financiera por parte de Bolivia. "Para que hubiese indemnización, se necesitaría que hubiera un daño. Si estamos diciendo que no habrá daños, no hay cómo indemnizar", agregó el asesor según la agencia oficial.

Tras meses de análisis, la agencia nacional ambiental otorgó el lunes al proyecto de las hidroeléctricas el primero de los tres permisos requeridos por la ley aquí. El Gobierno considera las dos plantas, que producirían juntas 6.400 megawatts, como clave para el futuro del suministro de energía en el país.

Por los planes oficiales las dos hidroeléctricas, con un costo estimado de unos 20.000 millones de reales (unos 10.300 millones de dólares), comenzarían a ser construidas en 2008 para entrar en servicio entre 2012 y 2016.

Los Tiempos, Bolivia, 13-07-07

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