Soberanía Alimentaria y sistema alimentario mundial
El primer espacio en el cual los campesinos identificaron el poder transformador de la soberanía alimentaria fue, por supuesto, el espacio local. Es allí donde los agricultores tienen sus raíces, y donde crecen las raíces de las semillas que siembran... Es en los espacios donde las comunidades locales crean autonomía a partir de sus propias necesidades, creencias y tiempos, donde la soberanía alimentaria adquiere su significado real
Cuando el pasado mes de febrero el presidente de Francia, Jacques Chirac, recorrió una serie de países del África francófona, habló mucho de agricultura. Se detuvo en Dakar, Senegal, y habló en un seminario donde otros seis jefes de estado de la región y cientos de representantes de agricultores lo escucharon atentamente. En esa oportunidad exhortó a reorientar el desarrollo agrícola en el sentido de la soberanía alimentaria. Para él eso implica que la agricultura debería recibir un tratamiento especial en el debate sobre la globalización, que es necesario respetar las tradiciones locales y que habría que tener en cuenta el grado de desarrollo de cada país. Sin embargo, en el mismo seminario argumentó fervorosamente que las políticas agrícolas actuales de la Unión Europea _muy criticadas por hacer dumping de exportaciones, fijar impuestos a las importaciones y socavar la agricultura de los pequeños agricultores de la Unión Europea y de todos lados_ no deberían ser consideradas enemigas de los países y agricultores pobres. ¿Pedir soberanía alimentaria, pero dejar el sistema alimentario mundial intocado?
Pocos meses antes de que Chirac viajara a África, GRAIN realizó la reunión anual de sus integrantes en una pequeña aldea cercana a Tangail, en Bangladesh. Nuestra anfitriona fue UBINIG, una organización no gubernamental (ONG) de base cuyo principal objetivo es promover "Nayakrishi Andolon", que literalmente significa "un nuevo movimiento agrícola". La agricultura de Nayakrishi evita el uso de insumos externos, utiliza una base de semillas locales enormemente diversa y, por encima de todo, considera que el cultivo de alimentos es una parte integral de su cultura, su independencia y la soberanía de las comunidades locales. Además, produce mayor cantidad de alimentos que cualquiera de los métodos agrícolas industriales que se están impulsando en el país.
Los anfitriones de nuestra reunión insistieron en mostrarnos su "Centro de Acopio de Semillas Comunitarias". El centro es admirable. Una cantidad increíble de cacharros de barro y botellas de vidrio contienen las semillas de cientos de variedades distintas de docenas de cultivos diferentes. Pero las mujeres a cargo del centro de semillas explicaron pacientemente que esto es tan solo la punta del iceberg de la red de semillas de la que forman parte. Cientos de comunidades de variadas y numerosas partes del país utilizan las semillas en cada estación, las mantienen seguras en sus granjas y una sofisticada red de intercambio y monitoreo entre los aldeanos asegura que en todo momento y en algún lugar se están cultivando y manteniendo vivas cientos de variedades diferentes de semillas. En determinado momento de la charla alguien preguntó qué entendían por soberanía alimentaria. Una de las mujeres señaló el centro de semillas detrás suyo, sonrió y dijo simplemente: "esto".
La autonomía local es un concepto central de la soberanía alimentaria. Las mujeres de UBINIG están convencidas de que la pérdida de semillas en los hogares significa también la pérdida de poder para la mujer. La dependencia del mercado externo para las semillas les quita trabajo, poder y las desplaza del control del corazón del sistema agrícola. Lo que afecta a la supervivencia de las mujeres como agricultoras afecta también a la supervivencia de la agricultura campesina en general. La agenda neoliberal impone una agricultura en la cual los miles de millones de campesinos actuales no tienen cabida, y en la cual las empresas transnacionales _con el apoyo activo de las elites gubernamentales del Norte y del Sur_ controlan la totalidad de la cadena alimenticia, desde los insumos agrícolas y la siembra de los cultivos hasta la distribución, el procesamiento y la venta de alimentos en todo el mundo. El concepto de soberanía alimentaria cuestiona esta visión de la agricultura.
"La Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias políticas agrícolas, pastoriles, laborales, de pesca, alimentarias y agrarias que sean ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus circunstancias exclusivas. Esto incluye el derecho real a la alimentación y a la producción de alimentos, lo que significa que todos los pueblos tienen el derecho de tener alimentos y recursos para la producción de alimentos seguros, nutritivos y culturalmente apropiados, así como la capacidad de mantenerse a sí mismos y a sus sociedades".
De: "Soberanía alimentaria": un derecho para todos, Declaración política del Foro de ONG/OSC para la Soberanía Alimentaria. Roma, junio de 2002.
La soberanía alimentaria en su contexto
El concepto de Soberanía Alimentaria fue expresado por primera vez por Vía Campesina en la Cumbre Mundial de la Alimentación realizada en Roma en 1996. Desde entonces se ha continuado discutiendo y profundizando en diversas reuniones subsiguientes. En 2001 se realizó en Cuba el "Foro Mundial sobre la Soberanía Alimentaria", y un año después, en el Foro sobre la Soberanía Alimentaria realizado por diversas ONG y organizaciones de la sociedad civil (OSC) paralelamente a la segunda Cumbre Mundial de la Alimentación de Roma, se continuó avanzando en la discusión y elaboración del concepto.
Numerosos actores diferentes (desde movimientos sociales hasta gobiernos) han adoptado el concepto y ahora es utilizado ampliamente. De alguna manera, el éxito de la "soberanía alimentaria" como un discurso nuevo también ha sido parte de su problema ya que distintas personas la utilizan para distintos propósitos, lo que ha desembocado en una situación en la que se está vaciando rápidamente de su contenido y significado originales. El sentido que le da Chirac al concepto citado al principio de este artículo es apenas un ejemplo de esto. Las raíces de la soberanía alimentaria están en la vida y la lucha de los agricultores campesinos, los pescadores y los pueblos indígenas. A diferencia de varios otros términos inventados por intelectuales, autoridades políticas y burócratas, la soberanía alimentaria surge de las luchas campesinas como la necesidad de crear un discurso fuerte, radical y abarcativo acerca de las realidades y necesidades locales, que pueda ser escuchado y comprendido en todo el mundo.
En cierta forma, el concepto fue creado como reacción al (mal) uso creciente de la "seguridad alimentaria". La definición oficial de la seguridad alimentaria, avalada en las Cumbres de la Alimentación y otras conferencias de alto nivel, habla de que todos y todas tengan una cantidad suficiente de buenos alimentos para comer todos los días. Pero no habla acerca de dónde proviene el alimento, quién lo produce, en qué condiciones se ha cultivado. Esto permite que los exportadores de alimentos del Norte y del Sur argumenten que la mejor manera de que los países pobres logren la seguridad alimentaria es importando alimentos baratos, en lugar de tratar de producirlos por sí mismos. Como ya resulta dolorosamente evidente en todos lados, esto vuelve a esos países más dependientes del mercado internacional, expulsa de sus tierras a los campesinos que no pueden competir con las importaciones subsidiadas y que terminan en las ciudades en búsqueda de empleos que no existen. La seguridad alimentaria, entendida de esa forma, tan solo contribuye a crear más pobreza, marginación y hambre.
El pensamiento que existe detrás de la soberanía alimentaria contrasta con este criterio neoliberal que considera que el comercio internacional resolverá el problema alimentario mundial. Pone su centro en la autonomía local, los mercados locales y la acción comunitaria. Tal vez, entonces, el primer tema a subrayar es que la soberanía alimentaria es un proceso de resistencia popular y su conceptualización no puede sacarse del contexto de la dinámica de los movimientos sociales que están en el centro de esas luchas.
El espacio local en primer lugar
El primer espacio en el cual los campesinos identificaron el poder transformador de la soberanía alimentaria fue, por supuesto, el espacio local. Es allí donde los agricultores tienen sus raíces, y donde crecen las raíces de las semillas que siembran. Es ahí donde la soberanía alimentaria adquiere su dimensión más medular. Es también en ese ámbito que se formulan y elaboran las estrategias y acciones; desde la lucha contra los plaguicidas por las mujeres de Paraguay, hasta las redes de semillas en Francia, España e Italia, y desde las iniciativas de cooperativas campesinas en Uganda hasta el rescate de la medicina tradicional por los pueblos indígenas de Chiapas. Es en los espacios donde las comunidades locales crean autonomía a partir de sus propias necesidades, creencias y tiempos, donde la soberanía alimentaria adquiere su significado real. También adquiere una comprensión común que permite a las comunidades campesinas de distintas partes del mundo apreciar sus diversas luchas e identificarse con ellas.
Por lo tanto, cuando los agricultores de la provincia argentina de Santiago del Estero integrantes del "Movimiento Campesino de Santiago del Estero" (MOCASE) se paran frente a los bulldozers para evitar que arrasen sus campos y que los grandes terratenientes utilicen sus tierras para plantar monocultivos de soja, saben que no solamente están defendiendo su sustento sino también que están resistiendo un modelo de desarrollo en el cual los agricultores campesinos ya no tienen más cabida. El MOCASE fue formado en 1990 para defender a los agricultores locales contra la creciente agresión de los grandes productores de soja, que destruyen sus formas de sustento. Cuando les preguntan sobre la soberanía alimentaria, dicen:
"Para el MOCASE la soberanía alimentaria pasa por el derecho a producir y comer lo que queremos. Nuestra estrategia es fortalecer el modelo de consumo que venimos manteniendo: el autoconsumo, la producción de nuestros alimentos, mediante huertas, el cultivo del algodón, del maíz. Proteger la cultura santiagueña y de nuestros ancestros, los animales, las gallinas, las cabras, los gansos y chivos. Santiago del Estero es una zona de bajos requerimientos, y el monte es el único sustento de nuestra alimentación".
Los sistemas agrícolas tradicionales se han desarrollado en función de principios de cooperación, integración y diálogo con la naturaleza, principios que han dado lugar a sistemas agroecológicos muy complejos. Estos agricultores son custodios de miles de años de investigación y creación que hicieron posible una agricultura tan extraordinaria, basada en la biodiversidad. Esta biodiversidad y cultura agrícola hoy es defendida férreamente por organizaciones campesinas en nombre del patrimonio único que constituye y de su capacidad de producir alimentos para millones de personas sobre el planeta, en el presente y para el futuro.
Todo esto guarda un marcado contraste con la agricultura industrial moderna, basada en la codicia, la exclusión y la destrucción. Se expresa en vastos monocultivos dependientes de unas pocas especies y variedades, impermeables a los cultivos y poblaciones locales.
En una dimensión más amplia
La soberanía alimentaria es una alternativa sólida a la corriente de pensamiento oficial sobre la producción de alimentos. La lucha por la soberanía alimentaria incorpora temas tan vastos como la reforma agraria, el control territorial, los mercados locales, la biodiversidad, la autonomía, la cooperación, la deuda, la salud y muchos otros temas que tienen una importancia fundamental para poder producir alimentos localmente.
La reforma agraria, en especial, es un componente importante de la soberanía alimentaría _una redistribución radical de la tierra, particularmente entre los más pobres y quienes no tienen acceso a ella. El Movimiento de los Sin Tierra, de Brasil, es un buen ejemplo de cómo la soberanía alimentaria está intrínsecamente ligada a la lucha social de los millones de pobladores rurales que han sido expulsados de sus tierras y de los pobres urbanos que nunca tuvieron acceso a la misma y ahora buscan la forma de recuperar su identidad reclamando la devolución de tierras. Uno de los principales cuellos de botella de la producción local de alimentos es la distribución desigual de la tierra. En muchos países del mundo, el 20% de los terratenientes controlan el 80% de la tierra _y esa tierra a menudo es utilizada para producir productos básicos (commodities) para exportación, en lugar de alimentos a los que pueda acceder la población local. De manera similar, la aplicación de los derechos de los pueblos indígenas a sus territorios es un requisito indispensable para avanzar hacia la soberanía alimentaria.
La soberanía alimentaria también reúne a campesinos y agricultores del Norte y del Sur, una distinción artificial promovida por muchos. Por ejemplo, las redes de semillas de agricultores de Francia se refieren tanto a la soberanía alimentaria como a la lucha de los centros de riqueza de semillas dirigidos por mujeres, en Bangladesh. O, según las palabras de José Bové, dirigente campesino de Francia: "Para los pueblos del Sur, la soberanía alimentaria significa el derecho a protegerse contra las importaciones. Para nosotros, significa lucha contra la ayuda a las exportaciones y contra la agricultura intensiva. No hay contradicción en ambas".
Tal vez aún más importante sea que la soberanía alimentaria permite que diferentes movimientos que tradicionalmente solían enfrentarse, unan sus luchas.
Los campesinos, los sin tierra, los pescadores tradicionales, los pastores, los pueblos indígenas… se están acercando cada vez más y creando un acuerdo común de objetivos y acciones en común.
La soberanía alimentaria también ha llegado a los millones de pobladores urbanos que luchan por sobrevivir en las grandes ciudades. La producción de alimentos en huertas familiares o comunitarias no solamente brinda alimentos que la agricultura industrial generalmente no puede ofrecer, sino también un grado de dignidad, cooperación e independencia.
Todos esos pueblos luchan por algo más que la interpretación de Jacques Chirac en Senegal sobre la soberanía alimentaria. A diferencia de Chirac, la soberanía alimentaria implica que el sistema alimentario mundial debería dar un giro de 180 grados. Han sido los campesinos, los pescadores tradicionales, los pastores y los pueblos indígenas quienes han alimentado al mundo desde hace miles de años. Para lograr un mundo sin hambre, un mundo donde todos y todas tengan acceso a alimentos nutritivos producidos localmente, todos ellos necesitan ocupar nuevamente el centro de la escena.
Para mayor información, consultar:
• Michael Windfuhr y Jennie Jonsén, 2005, Food Sovereignty: Towards democracy in localized food systems, FIAN-International. Puede obtenerse en: ITDG Publishing, Bourton Hall, Bourton-on-Dunsmore, Rugby, Warwickshire, CV23 9QZ, UK, Tel +44 1926 634501, Fax +44 1926 634502, correo electrónico: ku.gro.sbupti@sredro, página Web: http://www.itpubs.org.uk
"En este documento, Michael Windfuhr demuestra cómo el marco de la política de Soberanía Alimentaria se inicia colocando la perspectiva y las necesidades de la mayoría en el corazón del programa político alimentario mundial. También abarca no solamente el control de la producción y los mercados, sino también el Derecho a la Alimentación, el acceso de los pueblos a la tierra, el agua y los recursos genéticos y el control sobre los mismos, y el uso de enfoques ambientalmente sustentables para la producción. Lo que surge es un argumento persuasivo y muy político para volver a centrar el control de la producción y el consumo de alimentos dentro de procesos democráticos afianzados en sistemas alimentarios localizados". Del prefacio de Patrick Mulvany (ITDG).
• Vía Campesina, documento de posición, "¿Qué es la soberanía alimentaria?"
• Peter Rosset "Food Sovereignty: global rallying cry of farmer movements". Food First Backgrounder, Food First, otoño de 2003.
• "Food Sovereignty: A Right For All Political Statement of the NGO/CSO Forum for Food Sovereignty". Roma, junio de 2002. Ver aquí
• Seedling
Editorial publicado en la revista Seedling de GRAIN en abril de 2005. Traducido por Raquel Núñez del original en inglés Food Sovereignity: turning the global food system upside down. La versión en inglés puede consultarse en Seedling