Sobre aves, abejas y la economía verde

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La humanidad tiene que estar muy agradecida a las aves y abejas. Sin embargo, según los promotores de economía verde, este agradecimiento debe ser expresada en términos monetarios. Porque, según ellos, la única manera de proteger a estos servicios ecosistémicos es asegurando que protegiéndolos se lucra, y que su deterioro implica pérdidas.

En la economía verde, todo se centra en poner un precio y vender a los “servicios ecosistémicos”. Todo lo que hace la Naturaleza para la humanidad tiene un beneficio, y debe tener un precio con el fin de ser protegidos. En el caso de las aves y las abejas: las aves se alimentan principalmente de insectos, sin ellos el mundo se vería afectada por tantos insectos que no podríamos vivir tranquilamente. De hecho, las aves tienen muchas funciones: como ser depredadores, polinizadores, dispersores de semillas, etc.

 

Las abejas son aún más importantes: aseguran la polinización de por lo menos un tercio de toda la producción mundial de alimentos. Sin abejas, no hay polinización, y no hay comida.

 

Por lo tanto, la humanidad tiene que estar muy agradecida a las aves y abejas. Sin embargo, según los promotores de economía verde, este agradecimiento debe ser expresada en términos monetarios. Porque, según ellos, la única manera de proteger a estos servicios ecosistémicos es asegurando que protegiéndolos se lucra, y que su deterioro implica pérdidas.

 

El valor monetario de la polinización de las abejas fue estimado por el estudio TEEB a 190 millones de dólares americanos por año. Un montón de dinero. Esto nos plantea algunas preguntas:

 

1) ¿Quién paga por esto?

 

2) ¿Quién recibe el dinero?

 

3) ¿Y cómo este dinero asegura la protección de la población de abejas?

 

Queda claro que es la agricultura y en particular, la agricultura industrializada, que tiene la necesidad de los servicios de polinización de las abejas, y están dispuestos a pagar por esto. Los apicultores son los quienes reciben el pago por esto, y se están convirtiendo en una especie de una industria: productores de las colonias de abejas para su contratación a empresas agrícolas en el período de polinización. Y esto se llama pago por servicios ambientales.

 

De hecho, el valor de la polinización se estima por el valor de los productos agrícolas que crecen gracias a la polinización. Pero, como dijo Einstein: sin las abejas, la humanidad tiene sólo cuatro años por delante. Pongámoslo de esta manera: ¿cuánto valdría el trabajo de la abeja en el momento de su exterminación? La respuesta es: el trabajo de las abejas no tiene precio, no habría vida humana, ni mucho menos una economía, sin las abejas.

 

Pero, ¿cómo este pago protege a la población de abejas? De ninguna manera! De hecho, la población de abejas está disminuyendo rápidamente, debido al fenómeno del colapso de colonias (Colony Collapse Disorder): las colmenas simplemente desaparecen. En muchos lugares con tasas de hasta el 50% de las colonias de abejas por año. Esto afecta sobre todo a la abeja europea. Pero, es precisamente esta abeja que desplazó a las especies nativas de todo el mundo con el fin de atender las necesidades agrícolas.

 

La cosa es que nadie sabe realmente por qué sucede este fenómeno. Puede ser por (ciertas) pesticidas. Puede ser un virus que afecta a las abejas. Puede ser la radiación de teléfonos celulares o cultivos modificados genéticamente con características de control de plagas. Probablemente no es una suposición muy descabellada si se afirma que los patrones de vida insostenibles de la humanidad tiene algo que ver con esto.

 

Cualquiera que sea la razón, queda absolutamente claro que el pago por servicios ambientales no resolverá el problema. El dinero no puede resolver un problema cuyas causas no se comprenden. Sin embargo, la polinización de abejas se muestra como el ejemplo clásico de pago por servicios ambientales, es decir, de la economía verde.

 

También las aves sufren una mortalidad masiva inexplicable. ¿La economía verde proporciona algún esquema que protege la vida de las aves?

 

No. Hasta la fecha, parece que ni siquiera nadie definió el valor monetario de los servicios de los ecosistemas de las aves. Si incluso una categoría tan obvia de los servicios de los ecosistemas de las aves no fue contabilizada, entonces ¿qué pasa con los miles y miles de otros ‘servicios ecosistémicos’? Por mucho que la “ciencia” puede estudiarlos, siempre habrá “funciones de la naturaleza” que no se tienen en cuenta. Y tarde o temprano, estas ‘funciones’ van a demostrar ser fundamentales. No puede ser diferente, ya que todos los seres (vivos) de la Madre Tierra son interdependientes.

 

Y esto es precisamente una de las razones que demuestra con más claridad porqué la economía verde no puede funcionar nunca: es por definición imposible estudiar e incorporar todos los servicios ecosistémicos en la economía. Es por definición, imposible desglosar la naturaleza en todos sus diferentes ‘servicios’. La única manera de ayudar a la naturaleza, es protegerla de manera integral.

 

Así que urgentemente nos debemos olvidar de la distracción masiva que es la economía verde, y asegurarnos que los científicos dediquen sus investigaciones a la forma de proteger la naturaleza, más que en cómo medirla. Asegurar que los economistas gasten su dinero en la protección de la naturaleza en lugar de “invertir” para lucrar con ella. Asegurarnos que todos nosotros, comencemos a respetar las leyes intrínsecas de la Naturaleza en lugar de esperar que la naturaleza nos sirva. Que todos respetemos los Derechos de la Madre Tierra, y adaptemos de nuestros patrones de vida a las necesidades de la naturaleza.

 

Fuente: EcoPortal

Temas: Economía verde

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