Argentina: El Delta, un mosaico de humedales y resistencia

Idioma Español
País Argentina

Trabajadores y junqueros de la cooperativa Isla Esperanza, que resistió los embates del gigante emprendimiento Colony Park, lanzaron un Observatorio de humedales en la región, junto a organizaciones ambientalistas, isleños e investigadores.

“Un mosaico de humedales”. Así llamó al Delta Inés Malvárez, una reconocida científica de la UBA que se dedica al estudio y clasificación de estos reservorios de agua del Delta del río Paraná, tan en el tapete ahora a raíz de la lucha de varias organizaciones ambientalistas y de vecinos que buscan protegerlos. El Delta es, por caso, una de las regiones con más humedales del planeta, abarcando en total unos 17.500 km2. Y es, también, uno de los más asechados por emprendimientos inmobiliarios. Por ello, vecinos, investigadores, trabajadores de la zona y organizaciones lanzaron un Observatorio de Humedales para la región del Delta que abarca los municipios bonaerenses de Tigre y San Fernando. En total, esa región abarca una superficie de humedales de 1.106 km2.

La iniciativa surgió, nada menos, que de la cooperativa de junqueros Isla Esperanza, que funciona desde 2010 en el arroyo Anguila, en la primera sección del Delta, en Tigre. Esa cooperativa y sus trabajadores son un símbolo de la lucha contra el avance inmobiliario sobre humedales: lograron detener en 2011, gracias a la intervención de la Justicia, el mega-emprendimiento Colony Park, una empresa que comenzó a construir en 2008 una “isla privada” en pleno Delta, que prometió y vendió lotes para edificar con todo lujo sobre una superficie de casi 400 hectáreas. Para tamaño despliegue, expulsaron de sus tierras a cientos de isleños y junqueros que hoy siguen resistiendo y reclamando justicia (ver aquí).

En agosto del año pasado, la cooperativa que da trabajo a 10 familias de junqueros sufrió un incendio que los trabajadores sospechan que se trató de un atentado. Todavía no hay indicios de qué fue lo que pasó y la causa no avanza.

“Comenzamos con el Observatorio en octubre, más o menos, después de la quema del galpón. Nos reunimos una vez por mes a pensar, estudiar y discutir la cuestión ambiental entre isleños, organizaciones e investigadores de distintas universidades nacionales, como la UBA y la Universidad de La Plata”, cuenta a El Argentino ZN Pablo Cremona, miembro de la cooperativa y del centro comunitario popular Casa Puente, ubicado en las islas.

“Queremos hacer un inventario de lo que sucede en el Delta del Paraná, que es un gran humedal, en busca de su defensa ante el avance de los desarrollos urbanos que están dañando la región, sobre todo en la primera sección, que es la más próxima al continente”, dice por su parte Martín Nunziata, un reconocido ambientalista que vive hace 40 años en las islas y que integra la Asamblea Delta y Río de la Plata, una organización compuesta por isleños y vecinos de Tigre. Y agrega: “La detención de las obras de Colony Park fue una victoria para nosotros, una lucha emblemática que permitió en la zona avanzar en un plan de protección de los humedales, que prohíbe cualquier intento de continentalizar las islas: no se pueden construir puentes, ni túneles, ni transbordadores, tampoco diques, ni terraplenes, ni lagunas artificiales. La comunicación con el Delta solo puede ser fluvial” (ver sitio).

Las obras del gigante Colony Park fueron paralizadas en 2011 por orden del Juzgado Federal 1 de San Isidro, de Sandra Arroyo Salgado, en el marco de una causa judicial que iniciaron los isleños afectados. La pelea se gestó cuando, en 2008, numerosos isleños que vivían desde hacía 40 años en el lugar fueron desalojados de las islas, y muchas de sus casas quemadas y devastadas, para la construcción del mega-emprendimiento. Un año después comenzó a gestarse la cooperativa y terminó de construirse en 2010 por los mismos junqueros que habían sido echados de sus tierras.

Desde allí aprendieron a organizarse, luchar y resistir, y forman parte del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) y de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). Pero las amenazas y atentados no se detuvieron. El último episodio fue, precisamente, el misterioso incendio de su galpón, que arrasó con las herramientas y maquinarias de trabajo. Actualmente, los junqueros están reconstruyendo su lugar de trabajo mientras aprovechan el espacio de “usos múltiples” que crearon para el intercambio con organizaciones e investigadores.

“La idea del Observatorio es poner en discusión desde lo científico la importancia de los humedales, una herramienta que se suma a la lucha que se venimos dando desde lo territorial”, destaca Tomás, miembro de la cooperativa y del MNCI. Y destaca que el proyecto busca convertirse en un espacio de “formación e investigación” pero también de “difusión”.

“Es necesario un diálogo y un acuerdo común de todos los sectores por nuestro Delta, que tiene una riqueza natural que es necesario cuidar y respetar, disfrutarla pero sin perjudicarla, por eso nuestro compromiso con este Observatorio que surge de los isleños y del sentimiento de estar orgullosos del lugar que eligieron para vivir”, señaló por su parte el concejal de Tigre Federico Ugo (FPV), quien participó de la última reunión del observatorio en enero pasado. La próxima, por caso, está prevista para el próximo 17 de febrero.

El mosaico:

“El Delta del río Paraná es una gran región compuesta por muchos humedales, un mosaico de humedales, en palabras de Inés Malvárez, fundadora de nuestro grupo de investigación”, explica a El Argentino ZN el científico Horacio Sirolli, miembro del Grupo de Investigación en Ecología de Humedales (GIEH) de la UBA. Y destaca que un humedal “no es un ambiente terrestre ni uno acuático”, sino un lugar “donde la inundación es una característica fundamental”.

“Si se draga un humedal y se lo transforma en una ‘laguna’ o canal donde el agua está siempre, ya no es un humedal, es un ambiente acuático. Si se rellena y eleva un humedal de forma que no se inunde nunca, ya no es un humedal, es un ambiente terrestre. Los ambientes terrestres son valiosos, los ambientes acuáticos son valiosos, los ambientes de humedal son valiosos. Que existan todos (diversidad) es muy importante. Cambiar uno por otro por antojo humano es ambientalmente perjudicial”, señala Sirolli. Y destaca que los humedales ocupan cerca del 23% de la superficie de la Argentina, “un porcentaje muy alto en comparación con otros países”.

“Las tres ecorregiones argentinas con mayor porcentaje de humedales son, primero los Esteros del Iberá, segundo el Chaco húmedo, y tercero el Delta e islas del Paraná”, agrega el investigador y Licenciado en Ciencias Biológicas.

Y añade: “Las personas que conocen las características de los humedales desarrollan actividades acordes y viven en sintonía; por ejemplo, las que trabajan con el junco, una especie de humedal, y viven en casas palafíticas, elevadas porque saben que de tanto en tanto crece el agua. Las personas que no conocen ni valoran los humedales lo modifican para hacer su entorno como un ambiente terrestre; por ejemplo, hacer que no se inunde nunca, o querer trasportarse con automóviles”,

Un humedal es, por caso, un reservorio de inundaciones. Si se destruye provoca efectos graves como las inundaciones sufridas en 2014 en varios barrios de Tigre, casualmente rodeados de countries construidos sobre humedales. Por entonces, la geógrafa Patricia Pintos, investigadora del Centro de Investigaciones Geográficas de la Universidad Nacional de La Plata, le había advertido a este medio que los desajustes ecológicos por la destrucción de humedales se daba en toda la cuenca del Río Luján, pero particularmente en Tigre, debido a que “fue el primer distrito que comenzó a construir barrios privados sobre humedales”.

“Este municipio siempre ha estado muy predispuesto a favorecer a los grandes emprendimientos inmobiliarios y hoy el 35% de la superficie continental de Tigre tiene urbanizaciones cerradas”, señaló a El Argentino ZN en 2014, tras las graves inundaciones ocurridas en ese distrito.

Mientras tanto, se discute en el Congreso una ley de protección a estos reservorios de agua, en medio de un fuerte lobby por parte de sectores inmobiliarios y de la agricultura, que suelen rellenar grandes extensiones de humedales para desplegar plantaciones de soja. El 30 de noviembre pasado, el Senado dio media sanción a uno de los proyectos, impulsado por el senador Fernando “Pino” Solanas, Teresita Luna, Magdalena Odarda (ver aquí). La normativa, que deberá ser tratada ahora en Diputados, tiene por objeto establecer los presupuestos mínimos para la conservación, protección, restauración ecológica y uso racional y sostenible de los humedales.

- Fotos por Guillermo Pardo.

Fuente: El Argentino

Temas: Tierra, territorio y bienes comunes

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