La Soberanía Alimentaria en Argentina: Avances, resistencias y propuestas
"Argentina constituye un claro ejemplo de que el hambre tiene poco que ver con la producción de alimentos; en “el granero del mundo” de principios del siglo XX e integrante distinguido de la “República Unida de la Soja” a principios del siglo XXI, aunque “sobra e incluso se tira comida” persiste y aún se incrementa la pobreza y la desnutrición".
La globalización del Sistema Agroalimentario provocó impactos en Argentina que alcanzaron a todos los integrantes de la cadena agroalimentaria, desde los productores a los consumidores.
El ensayo destaca que esta sociedad profundamente urbanizada desconoce quiénes y cómo producen sus alimentos, el rol de las agroindustrias y del “supermercadismo”, aunque en los últimos años crezca la demanda de “productos” más sanos, sean más visibles los impactos del modelo hegemónico en la vida, la salud y el ambiente.
Como se ejemplifica a través de los siete indicadores tomados como referencia, la multiplicación de formas de resistencia y propuestas no impidió la pérdida de Soberanía Alimentaria, proceso coherente con situaciones de desigualdad y concentración que también restringen otras expresiones de la soberanía nacional y popular.
1.- Introducción
Los dichos “el hambre es tan vieja como la humanidad” y “… como la injusticia” hacen referencia a una problemática que acompañó la evolución de nuestra especie en el planeta y cuyas manifestaciones aún se mantienen, incluso con importantes excedentes en la producción de alimentos básicos. Más del 10 % de la población mundial sufre serios problemas de hambre y desnutrición y una proporción mayor se encuentra sobrealimentada y malnutrida; la crisis alimentaria es una más de las que asolan el Planeta (Beinstein, 2009) y fundamentan la “crisis civilizatoria” a la que se refieren algunos pensadores (Boff, 2016).
Argentina constituye un claro ejemplo de que el hambre tiene poco que ver con la producción de alimentos; en “el granero del mundo” de principios del siglo XX e integrante distinguido de la “República Unida de la Soja” a
principios del siglo XXI, aunque “sobra e incluso se tira comida” persiste y aún se incrementa la pobreza y la desnutrición.
La abundancia de recursos naturales, capacidad de trabajo, tecnología y conocimientos son suficientes para producir grandes volúmenes de alimentos, pero no bastan para terminar con el hambre, la desnutrición y la creciente malnutrición; sobre esta contradicción se interrogan y cuestionan los múltiples actores de la Soberanía Alimentaria-SA.
- Artículo publicado en el N° 305 (1° enero-15 de febrero 2017) de la Revista Realidad Económica del IADE.
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