Los 'noinformantes'
"Con los sistemas actuales donde todo es mercado, donde todo se privatiza, esta información viene a ser –casi- un conocimiento privado que con altísimas probabilidades será utilizado en la búsqueda de beneficios económicos."
Al conocer hace unos días la noticia (y alegrón generalizado) que anunciaba el descifrado completo del intríngulis genético de una variedad de trigo, expuse, en unas declaraciones, mi preocupación. Dije algo así como que, con los sistemas actuales donde todo es mercado, donde todo se privatiza, esta información viene a ser –casi- un conocimiento privado que con altísimas probabilidades será utilizado en la búsqueda de beneficios económicos. Algunas [buenas] amistades me dijeron que era un malpensante, que este descubrimiento ayudaría en la lucha contra el hambre.
En cambio muy poco se apoya y valora el manejo de las semillas por parte de manos campesinas, en el propio medio ambiente, interaccionando y coevolucionando con el resto del ecosistema y en base a cada una de las realidades locales. Un conocimiento -colectivo y de libre intercambio- que nos ha dotado de muchas variedades de trigo que son el mejor reservorio para producir alimentos y para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas.
En paralelo (¿casual?) los medios de comunicación informan del inquietante incremento del precio del trigo. Si bien es cierto que las cosechas de Rusia son inferiores a las previstas, no es esa la única razón de su encarecimiento. Con buenas cosechas a nivel mundial, se está acaparando trigo para favorecer la especulación en los mercados de futuro. Para hacer crecer los beneficios… de los fondos de inversión.
A propósito del trigo, más datos reveladores. El país en el que se han iniciado las primeras movilizaciones de protesta es Mozambique, donde –como en casi toda África- no es tradicional el cultivo de trigo. Pero con la apertura de mercados y la desprotección de los cultivos locales -marchamo del modelo neoliberal- el pan de trigo ha ido desplazando en las ciudades a los alimentos propios. Por eso Mozambique sólo produce el 5% del trigo que consume.
Otro país dónde los efectos de la especulación con el trigo ya se deja ver es México. Allí, el precio de productos como el pan, la harina, las pastas, las galletas y tortillas de trigo se ha incrementado en un 20%. En este caso tenemos un país que hasta 1951 era autosuficiente en trigo, pero, con los mismos modistas y patronajes, tienen la necesidad de importar unas 3.5 millones de toneladas de trigo al año. Así, sin soberanía alimentaria, serán estos países los más afectados por la crisis alimentaria que ya asoma.
Con la incompleta información que se nos ofrece habitualmente, mejor malpensado que nopensante.
- Gustavo Duch Guillot es Ex Director de Veterinarios Sin Fronteras, Colaborador de la Universidad Rural Paulo Freire
Fuente: ALAI