Colombia: aprobación del TLC en Estados Unidos, nada que celebrar
Miles de productores nacionales serán perjudicados y Estados Unidos aprovechara la fase de implementación para extraer nuevas concesiones al gobierno Colombiano que las otorgará gustosamente.
La culminación del trámite del TLC en el Congreso de Estados Unidos ha permitido revelar quién se beneficia realmente de éste. El presidente Obama, en la carta que presentó para la aprobación del TLC, señaló “El Tratado es una parte importante de los esfuerzos de mi Administración para estimular el crecimiento económico, aumentar las exportaciones y crear empleos en los Estados Unidos, al tiempo que promovemos nuestros valores fundamentales. El Tratado creará nuevas oportunidades enormes para los trabajadores, granjeros, hacendados, comerciantes y consumidores estadounidenses mediante la apertura del mercado colombiano y mediante la supresión de todas las barreras a los productos, servicios e inversiones de las empresas de los Estados Unidos”. … “Según el Tratado, los aranceles de más del 80 por ciento de las exportaciones de productos industriales y de consumo de los Estados Unidos serán eliminados inmediatamente. Muy especialmente las exportaciones agrícolas se beneficiarán substancialmente con nuevas mejoras en el acceso al mercado Colombiano. Actualmente ningún producto de exportación agrícola de los Estados Unidos goza de exenciones de pago de impuestos. Tan pronto entre en vigor el Tratado, medido en dólares, casi el 70 por ciento de las exportaciones agrícolas de los Estados Unidos podrán entrar inmediatamente a Colombia libres de impuestos. Además el Tratado les otorgará a los proveedores de servicios mayor acceso al mercado de servicios de Colombia que asciende a 134 mil millones de dólares. Esto servirá para nivelar la situación actual, porque el 91 por ciento de nuestras importaciones de Colombia han gozado de acceso libre de impuestos a nuestro mercado según lo establecido en varios programas comerciales estadounidenses” (SN).
… “Este Tratado forma una parte integral de la estrategia extendida de mi Administración para duplicar las exportaciones de aquí a finales del 2014 mediante la apertura de mercados por todo el mundo.”
Un estudio reciente señala que exportadores estadounidenses se quejan de que pagaron 654 millones de dólares en aranceles en 14 meses. También el estudio señala que en los 7 primeros meses de 2010, 15.306 empresas de EEUU pagaron 334 millones por sus exportaciones a Colombia y durante el mismo periodo de 2011 pagaron 320 millones de dólares. Con el TLC, las grandes empresas exportadoras de EEUU se ahorrarán estos dineros, que son los impuestos que recibe Colombia por aceptar esas exportaciones. Empresarios estadounidenses han confesado que van detrás de los 3 millones de toneladas de granos que Colombia importa anualmente.
El Ministro de Agricultura colombiano tuvo un lapsus del cual se arrepintió prontamente al reconocer que el país no está preparado para aplicar el tratado. Gremios como los lecheros, arroceros y otros, denuncian que no se ha hecho nada para mejorar la competitividad y que el atraso en la infraestructura aumenta enormemente los costos de producción, impidiéndoles competir con los productos que llegan y llegarán de EE.UU. El gobierno renuncia a esos ingresos arancelarios y como Santos sólo piensa en dar exenciones tributarias a los grandes capitales, seguramente aumentarán los impuestos sobre el pueblo. Desde el comienzo de las negociaciones se habló de la necesidad de modernizar la infraestructura para exportar tarea que nunca se hizo y que no alcanzará a realizarse antes de la entrada en vigencia el TLC. Miles de productores nacionales serán perjudicados y Estados Unidos aprovechara la fase de implementación para extraer nuevas concesiones al gobierno Colombiano que las otorgará gustosamente. Los graves impactos no se limitan al comercio sino que incluyen aumento en los precios de los medicamentos, profundización de la desnacionalización de la economía, aumento de la vulnerabilidad a las crisis internacionales, entre otras No hay nada que celebrar. Es el comienzo de una nueva lucha en la cual los impactos se concretarán y provocarán un aumento en la resistencia social. Muchos colombianos y colombianas no aceptaremos una dominación prácticamente colonial por parte de los Estados Unidos.