Argentina: un manual ocupa mucho espacio
La historia y la experiencia revelan que pocas imágenes producen tanto rechazo como la quema de libros.
Este 2 de abril, feriado nacional en homenaje a los veteranos y caídos en la guerra de Malvinas, también se cumple un nuevo aniversario de la requisa del teniente primero Manuel Carmelo Barceló –delegado interventor militar en la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano- dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba, que concluyó, en el año 1976, con la incineración de diecinueve títulos, en presencia de testigos, según su propio relato, aunque investigaciones de la época revelan que la mayor incineración masiva de libros la padeció el Centro Editor de América Latina (CEAL). “El procedimiento demoró gran parte del día: dos veces se cargó un camión en el depósito de Agüero que se trasladó hasta la calle Madariaga al 1800 donde fue pesado en la báscula de camiones. En total 24 toneladas y media fueron arrojadas en un baldío (...). Según el informe del comisario Ferranti la incineración se prolongó hasta las 22 horas quedando en este momento solo cenizas y continuando la combustión pero con restos no identificados de los libros”. ("Un golpe a los Libros", Invernizzi, Gociol, Ed Eudeba)
Sin embargo, en cantidades imposibles de cuantificar, la desaparición “voluntaria” de libros por temor a ser detenido en aquéllas épocas de terror sistemático, fue probablemente el mayor daño infligido a la literatura argentina.
“Las bañeras de nuestras casas también estaban negras. Yo rompí y quemé muchos libros. Fue una de las cosas de las que nunca me pude recuperar. Mientras los quemaba, lloraba, porque no quería que mis hijos me vieran, porque no quería que lo contaran en la escuela, porque no quería que supieran que su madre era capaz de romper libros… Porque sentía mucha vergüenza. (Graciela Cabal, escritora)” (op cit).
De allí que resulte tan extraño a un proceso democrático lo acontecido con los Manuales de Educación Ambiental para Docentes de los niveles inicial, primario y secundario, elaborados por científicos convocados por el Ministerio de Educación y Secretaria de Ambiente de la Nación. Durante el año 2011 se imprimieron 350 mil ejemplares, cuyas copias digitales también fueron puestas a disposición para su descarga libre desde el sitio web de la Secretaría de Ambiente hasta una fecha no determinada probablemente del corriente año, a partir de la cual, literalmente, desaparecieron. Tampoco se repartió la mayoría de los ejemplares en papel.
No es ocioso recordar que apenas conocida su existencia, algunos “bien informados” pusieron el grito en el cielo. En su publicación del día 20/04/11, el diario Clarín iniciaba la avanzada contra los manuales, con la firma de un opinador de apellido Huergo: “El Manual de Educación Ambiental le dedica un capítulo a la agricultura, en el que la ideología impone su impronta por sobre la ciencia sana. En términos peyorativos, aparecen las muletillas clásicas: la soja transgénica, el desmonte, la mecanización, los pools de siembra, la ganadería “intensiva” desfilando con fluidez e ignorancia en cuatro carillas antológicas.”
“La ideología impone su impronta sobre la ciencia”, una frase que nos permite viajar gratis al pasado.
Como acostumbra, el lobby se movió en bloque. Durante la celebración del XIX congreso de AAPRESID, especie de delegación de operadores de Monsanto en Argentina, frente a la presencia de los -por entonces- Ministro de Agricultura de la Nación Julián Domínguez y Gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, su presidente “solicitó a las autoridades nacionales que ‘revean los manuales escolares del ministerio de Educación, en donde se nos ha demonizado en diferentes oportunidades’, dijo, en relación a algunos libros donde se menciona la manera de trabajar y la utilización nociva (según los textos) del glifosato. ‘Entre otras cosas pedimos evitar tremenda difusión’". ( Ver aquí)
Concedido.
¿Qué cosa tan “peligrosamente ideológica” contienen esos manuales? Pues nada menos que conocimiento científico, típicamente subversivo, en palabras de Pablo Jacovkis. (op. cit.)
Haciéndose eco de algunos reclamos, hace pocos días La Nación (¡el diario más conservador del pais!) denunció la misteriosa desaparición, aunque -como parte del lobby transgénico- solo aludió a las críticas a la mega minería que había logrado cierta simpatía popular, silenciando en cambio las objeciones a la agricultura industrial con uso masivo de agroquímicos que ocupa más del 95% de las tierras cultivadas. La Nación Rural junto a Clarín Rural son también los principales impulsores de la mega muestra anual llamada "Expoagro" durante la cual se realizan negocios por varios cientos de millones de dólares, reuniendo a lo más granado de la oligarquía vernácula.
El incalificable hecho contrasta con un proceso que se ha jactado, no sin razón, de haber contribuido al reconocimiento y visibilización de derechos humanos fundamentales. Al silencio de los partidos opositores se suma también el de alguna dirigencia de izquierda, dando la impresión que el acompañamiento al sabotaje agrario conducido por la Sociedad Rural durante el año 2008 dejó marcas difíciles de quitar sin una fuerte autocrítica. Por entonces, una renombrada dirigente mencionó que la motivaba las 27 hectáreas de campo que poseía su familia paterna. Otros confirmaron alianzas con la actual dirigencia de Federación Agraria Argentina, organización que supo defender intereses de desterrados arrendatarios, convertida hoy en el grupo de pequeños terratenientes con mayor capacidad de militancia a favor de la agricultura transgenizada liderada por Monsanto y la embajada norteamericana, ampliamente beneficiado por la actual gestión gubernamental, en particular, desde el paso por el ministerio de agricultura del hoy diputado Julián Domínguez.
Los pueblos fumigados de las regiones cultivadas -que incluye las más pobladas del país- intentan hacerse oír casi artesanalmente (y sin casi también) silenciados a derecha e izquierda mientras la poliarquia aturde con decenas de discusiones accesorias que los medios recogen -o imponen- con astucia profesional.
"La información oculta la información" sintetizó maravillosamente Ignacio Ramonet, aunque no fue original. Cuando se entregaba el subsuelo -nacional en esa época- a los llamados "trust" petroleros, el editorial del diario El Tiempo de Mendoza del 12 de septiembre de 1958, bajo el sugerente título "Sopor Nacional" advertía: "Aparentemente el pais está convulsionado, huelgas, pedreas, actos de rebeldía, conatos revolucionarios, rumores, crisis, estado de nerviosismo agudo, histeria casi. Los diarios se hacen eco; también las radios y la televisión. Es un gran alboroto, un estruendo, un persistente ruido. Es tan notable el efecto que se siente de pronto un silencio sobrecogedor. Algunas voces aisladas intentan vanamente romperlo, pero el ruido los ahoga" ("Arroz con Pollo", R. Fares, Ed.Matefa, 1965)
Lo que no hay que saber (a petición de Clarín y AAPRESID)
"Los factores que favorecieron la instalación de este modelo agropecuario están relacionados con la concentración productiva y gerencial de las explotaciones agropecuarias (pooles de siembra), favorecida por un marco legal propicio, y la oferta denuevas tecnologías (semillas transgénicas, maquinaria, fertilizantes, pesticidas) para intensificar la producción en gran escala, en gran medida patentadas por empresas multinacionales. Aunque los beneficios económicos de este modelo productivo para el país (fuerte aumento de las exportaciones) son comúnmente defendidas por los sectores interesados, las consecuencias sociales y ambientales que trae aparejado son en la actualidad ampliamente debatidas."
“Entre las consecuencias sociales se incluyen: (...) La transformación del proceso de trabajo (reemplazo tecnológico), con la consecuente merma en la mano de obra necesaria. El endeudamiento y la perdida de empleo llevan al éxodo de las poblaciones rurales. Hay un deterioro creciente del suelo y los acuíferos por la presión competitiva para aumentar la producción y la superficie sembrada. La expansión de monocultivos como el de la soja transgénica conlleva un aumento poco controlado del consumo de pesticidas, herbicidas y otros agroquímicos que impactan en la fauna y la flora. La expansión del modelo agrícola a zonas extra pampeanas produce frecuentemente deforestación y fragmentación de bosques nativos, debido a que el 65% de sus suelos tiene potencial agrícola. A los efectos negativos sociales y ambientales citados, se agregan sus debilidades de tipo económico, centradas en su sensibilidad al mercado energético con sus fluctuaciones de precios, y en la especialización de la producción a un número limitado de commodities para exportación, en desmedro de las necesidades alimentarías del país (soberanía alimentaria). La expansión del monocultivo de soja ha barrido con los tradicionales cinturones verdes de mitigación de los impactos que rodeaban los pueblos… Por esto, las fumigaciones llegan ahora en forma más directa sobre las poblaciones provocando serios problemas en la salud humana y animal. La Organización Mundial de la Salud clasifica al glifosato, de acuerdo con su peligrosidad, como de Clase IV: “Poco Probable que Presente Peligro en Condiciones de Uso Normal, por lo tanto la toxicidad aguda del glifosato es baja y los síntomas de envenenamiento sólo se producen con dosis muy altas. Pero el glifosato no es usado en estado puro sino en formulaciones comerciales que contienen otros agroquímicos para penetrar en los tejidos de las plantas, que son sustancias más tóxicas y persistentes. El uso indiscriminado de agroquímicos deja expuestas a las poblaciones rurales vecinas a los cultivos, y en especial a los trabajadores que participan de la aplicación, a la exposición simultánea o secuenciada de productos en mezclas. La absorción de pequeñas dosis de agroquímicos se traducen en afectaciones de la salud que van desde intoxicaciones a daños potenciales del material genético celular." (Manual... nivel secundario, pag. 91 y ss.).
La mega minería tampoco sale bien parada, aunque algunos datos científicos -a diferencia de los transgénicos- han logrado romper el cerco mediático de modo que la introducción alcanzará para formarse una idea: "La minería es una actividad basada en la extracción de recursos no renovables. Implica la explotación de un recurso no renovable mediante procedimientos destructivos o contaminantes, como la trituración, la molienda, el lavado y clasificación de los minerales, la refinación y la fundición. En la actualidad resulta doblemente destructiva por su gran escala y por la tecnología que ha acrecentado su capacidad productiva." (pag. 88)
Considerando que ambas actividades y sus derivaciones –producción de agrocombustibles, por caso- se encuentran en manos de multinacionales (vg. CARBIO), no es difícil inferir cuáles fueron las presiones que triunfaron.
El éxito de los lobbistas, no obstante, plantea algunos inconvenientes instrumentales. Ciento setenta y cinco toneladas de libros amontonados en alguna planta baja o subsuelo (ningún edificio soportaría tamaño tonelaje en los pisos superiores) medido en términos del incendio sufrido por el CEAL, representa el contenido de catorce camiones. La ventaja respecto de los pollos es que no es necesario mantenerlos refrigerados.
Horacio Brignone
Vecinos Autoconvocados de María Juana
Campaña "Paren de Fumigarnos" - Santa Fe -
Centro de Protección a la Naturaleza
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