La PAC que defiende La Vía Campesina
Nosotros, organizaciones miembros de la Coordinadora Europea Vía Campesina, deseamos reforzar el movimiento campesino europeo para hacer cambiar la Política Agrícola Europea. Defendemos el derecho a la Soberanía Alimentaria, necesario para este cambio.
Nuestras valores:
- La solidaridad en vez de la competencia,
- La justicia social,
- La igualdad de derechos entre hombres y mujeres
- El uso sostenible de los recursos naturales,
- La salud de los productores y de los consumidores,
- La diversidad regional de los productos y de las agriculturas.
Nuestras prioridades para una política agrícola legítima, sostenible y solidaria
- Necesitamos una política pública, una política agrícola europea, definida por la población europea y no por la Organización Mundial del Comercio. Sí a un cambio de PAC, no a su supresión.
- El empleo agrícola y rural debe ser una prioridad de la PAC: nos oponemos a la desaparición de los campesinos/as.
- Los derechos de las campesinas deben ser reconocidos.
- El acceso a la tierra, al agua, a las semillas, al crédito debe ser un derecho: incluye el derecho campesino a salvaguardar su semillas y a mejorar su variedades vegetales.
- Es necesario favorecer la instalación de jóvenes campesinos/as.
- Los campesinos y campesinas deben vivir primero de la venta de sus productos. Para que los precios agrícolas reflejan el valor real de los productos, las dos condiciones siguientes son necesarias: La producción debe ser controlada, con el fin de evitar los excedentes o las penurias; cualquier forma de “dumping” a la exportación (venta por debajo de los costes de producción) debe estar prohibida, y en su lugar la UE y los otros países deben tener el derecho a protegerse de importaciones a precios demasiado bajos.
- Para mantener un mundo rural vivo en todas las regiones, la agricultura campesina debe mantenerse y desarrollarse: fondos europeos son necesarios, particularmente para las pequeñas explotaciones y las regiones desfavorecidas; el proceso de concentración de la producción agrícola debe pararse y la producción agrícola debe redistribuirse entre las regiones y entre las explotaciones; mantener y mejorar los servicios públicos en todas las regiones.
- Los modos de producción que dañan al medio ambiente, consumen demasiada energía, afectan a la calidad y a la seguridad de los productos, deben ser reorientados.
- La utilización de las tierras agrícolas debe consagrarse prioritariamente a la producción alimentaria.
- La biodiversidad debe ser salvaguardada: los transgénicos y los patentes de organismos vivos deben estar prohibidos.
- La política de desarrollo rural no debe reemplazar a la PAC, ni corregir sus defectos, sino complementarla, desarrollando el empleo como prioridad.
- Los circuitos cortos de comercialización deben de ser prioritarios en relación al transporte de larga distancia y a los mercados internacionales.
- Los trabajadores agrícolas inmigrantes deben ser tratados sin discriminación, con los mismos derechos que sus homólogos europeos.
- Son necesarias reglas de comercio internacional sin “dumping” basadas sobre el derecho a la soberanía alimentaria, derechos humanos y los derechos internacionales
Fuente: Revista Soberanía Alimentaria, biodiversidad y culturas