Especulación alimentaria. Boletín N° 473 de la RALLT
"El 61% de las cosechas de trigo y otros cereales están hoy bajo el control de los fondos de inversión especuladores. Este hecho se debe a la ausencia de marcos regulatorios, lo que ha permitido que las inversiones en productos alimentarios se hayan disparado pasando de 35.000 millones a 300.000 millones de dólares en tan sólo cinco años. Compartimos algunas reflexiones sobre este tema." Boletín N° 473 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos.
RED POR UNA AMÉRICA LATINA LIBRE DE TRANSGÉNICOS
BOLETÍN 473
ESPECULACIÓN ALIMENTARIA
Desde la crisis alimentaria del 2008, el precio de los alimentos no ha dejado de subir, y una de las razones es que, a pesar de que está bien establecido que esto se debe a la especulación de las commodities alimenticias, esta no ha cesado.
Según los estudios realizados, el 61% de las cosechas de trigo y otros cereales están hoy bajo el control de los fondos de inversión especuladores. Este hecho se debe a la ausencia de marcos regulatorios, lo que ha permitido que las inversiones en productos alimentarios se hayan disparado pasando de 35.000 millones a 300.000 millones de dólares en tan solo cinco años.
Según el Parlamento Europeo, el 50% del incremento del precio de los alimentos se debe a los movimientos especulativos.
En este boletín compartimos algunas reflexiones sobre este tema.
Coordinación RALLT
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Contenidos:
GOLDMAN SACHS Y LA “BURBUJA ESPECULATIVA” ALIMENTARIA
EL TABLERO GLOBAL. GOLDMAN SACHS SE FORRA PROVOCANDO HAMBRUNAS
LA ESPECULACIÓN CON ALIMENTOS, LA NUEVA HERRAMIENTA DE LOS BANCOS PARA FORRARSE CON NUESTRA RUINA
Noticias:
MONSANTO PROHIBIDO EN POLONIA, BÉLGICA, GRAN BRETAÑA, BULGARIA, FRANCIA, ALEMANIA, IRLANDA Y ESLOVAQUIA
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GOLDMAN SACHS Y LA “BURBUJA ESPECULATIVA” ALIMENTARIA
Forum Libertas
Diciembre 2011
Chile
¿Qué mejor sitio para invertir que la comida, un bien necesario que nunca perderá su valor? Los efectos de este sistema han sido devastadores: 250 millones de personas engrosaron el número de personas en hambruna en 2008, ascendiendo el total a 1.000 millones de personas, un número nunca visto.
¿Debe permitirse la especulación con productos de primera necesidad?
Goldman Sachs, uno de los grupos de inversión más grandes del mundo, jugó con alimentos básicos de consumo en los mercados financieros para lucrarse. Al abrirse la veda de la entrada de bancos en la inversión de bienes de consumo se produjo la consiguiente especulación provocando fuertes hambrunas.
Eso es lo que apunta el artículo ‘Especulando con el hambre de los pueblos en los mercados de futuros’ publicado por Jhon Jairo Salinas en el portal Solidaridad.net. En su texto se explica como En 1991 Goldman Sachs, liderado por Gary Cohn, creó un nuevo producto financiero, un derivado que tomaba en cuenta el valor de 24 materias primas (desde metales preciosos hasta granos de café, soja, maíz o trigo).
Analizaron el valor de la inversión de cada una de esas materias por separado y redujeron todo ese complicado entramado de materias primas reales en una simple fórmula matemática de cara a la inversión, conocida de ese momento en adelante como la Goldman Sachs Commodity Index (GSCI).
En el artículo de Jairo se narra que durante la primera década, el GSCI se mantuvo como inversión estable, debido a que la banca estaba más interesada en las inversiones de riesgo y en las CDO. Pero en 1999 se abrió la veda para esos nuevos derivados financieros, debido a la desregularización del mercado de futuros por parte de la Comisión de Comercio de Bienes Futuros (Commodities Futures Trading Commision). De la noche a la mañana, los bancos podían invertir cantidades ingentes de dinero en materias primas, una oportunidad que sólo habían tenido a su alcance quienes verdaderamente estaban involucrados en la producción de nuestra comida, la industria alimentaria. La banca irrumpió con fuerza en ese mercado.
LA IRRUPCIÓN DE GOLDMAN SACHS: EL DINERO POR EL DINERO
Al parecer, hasta ese momento, la industria alimentaria de los Estados Unidos había vivido con relativo éxito gracias a los contratos de futuros, por los cuales se acordaba entre comprador y vendedor un precio por unidad, aun cuando ésta no hubiera sido producida en ese momento. Esos acuerdos mantenían los precios estables y permitían a los granjeros sortear los riesgos inherentes de la profesión (vicisitudes del tiempo, desastres naturales…), ya que podían invertir en sus granjas y pequeños negocios. El resultado de este sistema se traduce en una bajada del precio real del trigo a lo largo del siglo XX y en una producción de cereal en Estados Unidos que abastecía a su población y a la de otros rincones del mundo.
Pero el nuevo sistema de Goldman Sachs no tenía en cuenta a los participantes de esos contratos de futuros. El nuevo derivado financiero era “long-only”, es decir, construido para comprar, y sólo comprar. En el trasfondo de este nuevo producto estaba el intento de convertir la inversión en bienes en una inversión en acciones. Se buscaba en las materias primas un activo financiero sobre el cual los especuladores pudieran reposar su dinero durante años, esperar a que el precio suba y así enriquecerse, como si se tratara de una acción de Microsoft. Este nuevo sistema llevaba implícito el aumento constante del precio de la comida. Los inversores compraban y compraban para poder vender a un precio mayor en un futuro. Era un valor seguro. A Goldman Sachs se le unirían Barclays (340 millones de libras en beneficios anuales derivados de esta especulación), Deutsche Bank, Pimco, JP Morgan Chase, AIG, Bearn Stearns y Lehman Brothers, entre otros. Y con la “crisis” de 2008, cuando el dólar, el euro y la libra dejaban de tener la confianza de los inversores, ¿qué mejor sitio que la comida, un bien necesario que nunca perderá su valor? En los primeros días de 2008, los especuladores invirtieron 55.000 millones de dólares en el mercado de materias primas, y para julio, esa cantidad ascendía a 318.000 millones. La inflación en el precio de la comida ha seguido su escalada desde entonces.
Según el artículo de Salinas, “el dinero iba y venía y la banca se frotaba las manos. Los nuevos derivados alimenticios crearon una nueva burbuja: la alimentaria. Una unidad de medida de trigo costaba de 4 a 6 dólares. Poco después, se batió el récord, costando esa misma medida 25 dólares. Desde 2005 a 2008, el precio de la comida aumentó en un 80% y no ha parado de subir desde entonces”. Al parecer, la propia ONU llegó a reconocer este hecho por boca de Olivier De Schutter, Relator Especial sobre el Derecho a la Alimentación que aseguró que en 2008, “una parte importante del aumento del precio de la comida se debe a la burbuja especulativa”.
El resultado de esta aventura de los financieros de Manhattan ha causado un nuevo “shock” global, esta vez en la producción y consumo de alimentos. “Ahora no sólo nos encontramos con un limitado suministro de alimentos y aumento de su demanda, sino que los banqueros de inversión han creado una obra de ingeniería financiera por la cual es el trigo imaginario el que determina el precio del trigo real que consumimos”, prosigue el texto.
EL RESULTADO: LAS HAMBRUNAS
Para las casi 2.000 millones de personas que gastan más del 50% de sus ingresos en comida, los efectos de este sistema han sido devastadores: 250 millones de personas engrosaron el número de personas en hambruna en 2008, ascendiendo el total a 1.000 millones de personas, un número nunca visto.
Es ahora cuando nos llegan a través de los medios de comunicación los problemas alimenticios en el Cuerno de África y es ahora cuando se pide a la sociedad que preste ayuda a los países deprimidos por la burbuja alimentaria que los mercados financieros han provocado.
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EL TABLERO GLOBAL
GOLDMAN SACHS SE FORRA PROVOCANDO HAMBRUNAS
Carlos Enrique Bayo
Las hambrunas que aquejan al planeta tienen múltiples causas, desde las sequías e inundaciones causadas por el cambio climático hasta la industria de los biocombustibles, que quita tierras y cultivos a la producción de alimentos para llenar los depósitos de los grandes todoterrenos del mundo rico. Pero pocos saben que uno de los principales motivos de ese sufrimiento mundial –y de que cinco millones de niños mueran por malnutrición cada año en el Tercer Mundo– es la ingeniería financiera con la que los tiburones de Wall Street transformaron los mercados de futuros de las materias primas en una ruleta bursátil, con la que seguir enriqueciéndose, tras el pinchazo de la burbuja de las puntocom en 2000-2001.
En realidad, a los primeros que se les ocurrió tan estupenda idea fue a los banqueros neoyorquinos de Goldman Sachs, quienes ya en 1991 crearon un nuevo instrumento especulativo, un índice de 18 productos básicos –del trigo, el cacao, el cerdo, el arroz o el café, al cobre y al petróleo– para que los brokers pudieran también jugar en lo que hasta entonces era un mercado especializado. A ese Goldman Sachs Commodity Index se sumaron después muchas otras grandes entidades financieras deseosas de aprovecharse de la llamada “apuesta de China”: la lógica creencia de que a medida que crezcan los ingresos de chinos, indios y otros integrantes de las nuevas clases medias de las potencias emergentes, consumirán alimentos de mejor calidad y en más cantidad. Una jugada segura.
Es lo que la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (Unctad) denomina “financialización” de los mercados de productos de primera necesidad. Un fenómeno que se desbocó cuando los lobbies financieros norteamericanos consiguieron que el Congreso de EEUU aprobase por la vía de urgencia –para compensar a los mercados del colapso de la burbuja digital– una legislación que permitió a los grandes fondos de pensiones y hedge funds que empezasen a especular con derivados de esos índices de materias primas. Acababa de empezar el siglo XXI y tanto republicanos como demócratas abrazaban el credo de la desregulación financiera.
El resultado fue tan espectacular como ignorado por políticos y ciudadanos: en sólo cinco años, las posiciones de los fondos en el mercado de materias primas pasó de 13.000 a 317.000 millones de dólares. Esa tremenda multiplicación especulativa buscaba, por supuesto, que los precios de esos productos básicos se disparasen, para obtener pingües beneficios con los astronómicos márgenes entre lo que se paga a los agricultores (fijado de antemano e invariable) y lo que se acaba cobrando a los consumidores.
Y así fue. Según los cálculos de la Unctad, en la primera década del siglo los precios medios del trigo, el maíz y el arroz prácticamente se triplicaron… produciendo decenas de miles de millones de beneficios a los especuladores bursátiles, con los que compensaron sus pérdidas en las temerarias operaciones de las hipotecas subprime, los activos basura y los CDS. Entretanto, en 2008 estallaban revueltas del hambre en una treintena de países del Tercer Mundo, donde la mayoría de la población tiene que gastar en alimentos el 70% de sus ingresos y no puede costear ni la menor subida de precios; simplemente ha de pasar hambre.
Ni siquiera la actual crisis económica global ha frenado ese encarecimiento de los productos de primera necesidad, pues el año pasado los precios de los cereales aumentaron en más del 60%.
“El mercado de los alimentos se ha convertido en un casino”, declaró Joerg Mayer, de la Unctad, a The Guardian. “Y por una única razón: hacer que Wall Street gane todavía más dinero”.
FUENTE: http://blogs.publico.es
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LA ESPECULACIÓN CON ALIMENTOS, LA NUEVA HERRAMIENTA DE LOS BANCOS PARA FORRARSE CON NUESTRA RUINA
David Avendaño
Un nuevo producto está triunfando en la oferta de inversiones de los bancos: los commodities de la alimentación. Apostar a cuánto subirá o bajará el precio de los alimentos es el nuevo campo de especulación que los bancos culpables de la crisis subprime han encontrado para exprimir las últimas gotas de riqueza que en el mundo escapan a su control.
Goldman Sachs, Morgan Stanley y Barclays encabezan la lista de las entidades que más dinero están haciendo jugando con los precios de los alimentos. Se estima que Goldman Sachs ganó más de 1.100 millones de euros en 2009 con esta práctica mientras que Barclays se embolsó unos 385 millones con este tipo de inversiones. Según un informe de Lehman Brothers, el dinero de los fondos de inversión alimentarios pasó de 13.000 a 260.000 millones de dólares de 2003 a 2008.
Cartel del 'Depósito Natural' de Catalunya Caixa
Los bancos han descubierto un filón con los futuros de los alimentos de primera necesidad y crean fondos para permitir a los inversores especular con el precio de los alimentos del mismo modo que si inviertieran en acciones de una empresa. Facilitan, en definitiva, apostar a cuanto valdrá la comida. Esta ruleta ha llevado a un incremento desmesurado del precio de los alimentos en el mundo y a una alta volatilidad que afecta enormemente a las familias pobres y a los agricultores en el mundo menos desarrollado. Según un informe del Banco Mundial, cuarenta millones de personas han sido empujadas a la pobreza como resultado del alza de precios desde junio de 2010.
¿Cómo funciona el mercado de futuros de los alimentos? Así lo explican en Veterinarios sin Fronteras: “Como son apuestas a futuro, los títulos se pueden comprar y vender por varias personas durante un tiempo. Entonces se especula con la subida y bajada de su valor cada vez que cambian de manos. Esos contratos se venden y compran decenas de veces. Según el Banco Mundial, durante 2010 solo el 0,5% de los contratos de futuro se acabaron ejecutando, en realidad nadie quiere comprar estos alimentos y sólo se especula“.
El precio de los alimentos está viéndose muy afectado por la infinita e inmoral avaricia de los mercados. Según el FMI, en los últimos seis meses de 2010 el precio del conjunto de los alimentos se elevó un 35%. Dentro de este grupo, los granos fueron los más afectados: el precio del trigo se duplicó en este periodo mientras que el maíz se elevó un 74%, la soja un 47% y el girasol un 40%. Por su parte, la FAO advierte que el precio de los alimentos a nivel mundial se encuentra -en términos reales teniendo en cuenta la inflación- en el nivel más alto desde que comenzó la medición en 1990.
¿Qué hacer? Jean Ziegler, vicepresidente del Consejo Asesor del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, lo tiene claro: “Es un despropósito que el precio de los alimentos sea fijado por la Bolsa. Deben ser retirados de la especulación”. Ziegler afirma que “los alimentos han de ser declarados bien público y su precio fijado por negociaciones entre países productores y países consumidores. El sistema para poder hacerlo lo elaboró la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTD), pero las grandes corporaciones multinacionales han logrado descartarlo”.
Los organismos internaciones tienen una oportunidad de no repetir los errores del pasado cometidos con el sector financiero y que estamos pagando muy caros, poniendo coto a las prácticas especuladoras de los mercados. Una ocasión de oro para regular su actividad, como prometieron que harían cuando ente todos les rescatamos de la bancarrota y que no han hecho.
Fuentes: The Ecologist, Sala de inversión, Urgente24, Centro de colaboraciones solidarias y Diagonal Periódico
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Noticias:
MONSANTO PROHIBIDO EN POLONIA, BÉLGICA, GRAN BRETAÑA, BULGARIA, FRANCIA, ALEMANIA, IRLANDA Y ESLOVAQUIA
Abby Sakura
BW Argentina
25 abril 2012
Maiz MON810 de Monsanto ahora prohibido en buena parte de Europa aunque en España su uso está permitido.
La prohibición es oficial en Polonia, relativa al maíz MON810 transgénico de Monsanto. Las recientes protestas de apicultores y activistas anti-OGM tiene una conclusión exitosa. Los activistas exigían que el Ministro de Agricultura, Marek Sawicki prohibiera el MON810 en el país. La buena noticia es que sus protestas tuvieron éxito.
El funcionario fijó otra polémica norma internacional contra los transgénicos de Monsanto. "Además de vincularse destruir la salud humana produciendo una gama de dolencias", señaló Sawicki, "el polen procedente de la cepa GM podría ser devastador para la población de abejas que ya se redujo en el país". Acorde a la agencia AFP, Sawicki indicó que: "El decreto dictamina la prohibición total de la cepa del maíz MON810 en Polonia".
El 9 de marzo, hubo una oposición similar a las cepas genéticamente modificadas de Monsanto. En esa fecha, 7 países europeos bloquearon la propuesta de la Presidencia danesa que permitía el cultivo de transgénicos en continente europeo. Los países que bloquearon esta propuesta son Bélgica, Gran Bretaña, Bulgaria, Francia, Alemania, Irlanda y Eslovaquia. Una semana después de este anuncio, Francia impuso una prohibición temporal para el MON810. En Lyon, Francia, el Tribunal dictó una sentencia después de que Paul Francois, un productor de granos, informó que Monsanto no proporcionó advertencias suficientes en la etiqueta del herbicida Lasso. La falta de advertencias causó daños en la población, como problemas neurológicos, incluyendo dolores de cabeza y pérdida de la memoria.
Tras el testimonio, el tribunal ordenó un dictamen pericial para verificar la relación entre Lazo y las enfermedades reportadas, así como también para determinar la suma a pagar por daños y perjuicios. Monsanto resultó culpable, y esto allanó el camino para una acción legal similar en nombre de los agricultores en el futuro.
Además, en Francia, la rama agraria del Sistema de Seguridad Social halló alrededor de 200 efectos adversos dañinos para el ser humano y el medioambiente, desde 1996, en relación con los pesticidas de Monsanto.
La lucha contra Monsanto continúa en muchos países, no solo por sus herbicidas sino también por el resultante, sus nocivos productos transgénicos: La India comienza a alzarse contra la corporación, cerrando drásticamente al agro-gigante bajo cargos de "biopiratería". Y Hungría, recientemente destruyó 1.000 hectáreas de maíz modificado genéticamente.
La victoria en Polonia es otra victoria para los activistas anti-OMG de todo el mundo.