Sólo tres compañías de producción de carne emiten más gases invernadero que Francia
La producción de ganado contribuye con un 15% a la generación de emisiones de gases de efecto invernadero, alerta Grain, mientras la cumbre de Bonn reclama apoyo a los pequeños agricultores
Tres compañías de producción de carne —JBS, Cargill y Tyson— emitieron más gases con efecto de invernadero el año pasado que toda Francia, y casi tanto como algunas de las mayores compañías petroleras, tales como Exxon, BP y Shell. Así lo indica un estudio de la oenegé Grain. “Por primera vez en la historia, hemos calculado las emisiones de las corporaciones relacionadas con la alimentación del ganado utilizando la metodología creada la Organización de Naciones Unidas de la Agricultura y la Alimentación (FAO)”, destaca esta organización.
“Hemos comprobado que las veinte principales compañías del mundo de carne y lácteos emitieron en 2016 más gases con efecto de invernadero que toda Alemania, el país con más emisiones de toda Europa”, se indica. “Si estas corporaciones fueran países, serían el séptimo país con más emisiones de gases con efecto de invernadero del mundo”, dice a este diario su portavoz Henk Hobbelink.
“El mundo no podrá sortear una catástrofe climática sin afrontar las impresionantes emisiones de las grandes compañías vinculadas a la producción de carne y lácteos”, indica.
“A lo largo de las últimas décadas, estas corporaciones se han vuelto inmensamente poderosas y han impulsado políticas que fomentan el rápido crecimiento en la producción industrial y el consumo de carne y lácteos por todo el mundo, a cualquier costo”, agrega Grain.
Una consecuencia es que la producción de ganado ahora contribuye con 15% de las emisiones de gases con efecto de invernadero, incluso más que el sector del transporte. Si la producción continúa creciendo según las proyecciones de las FAO, las emisiones alcanzarían un punto en que la producción industrial de carne y lácteos por sí solas impedirán que podamos mantener las temperaturas a niveles seguros, sostiene esta organización.
Las mayores compañías de carne y lácteos del mundo afirman que su producción es necesaria para la seguridad alimentaria mundial. “Pero tales compañías producen una gran cantidad de carne y de lácteos subsidiada en un puñado de países donde estos productos ya se consumen en exceso. Exportan sus excedentes al resto del mundo, pero así minan los esfuerzos de millones de pequeños campesinos que, de hecho, son quienes garantizan una seguridad alimentaria, mientras bombardean a los consumidores con productos comestibles procesados muy poco saludables”.
Grain cuestiona el modelo que impone las grandes compañías de carne y lácteos, al entender que su funcionamiento aporta “falsas soluciones” que exacerban la crisis ambiental y de salud a causa del modelo de esta industria. “Si somos serios y querer cuidar el planeta y a la vez combatir la crisis climática, necesitamos con urgencia invertir en una transición hacia sistemas alimentarios que engarcen con los productores en pequeña escala, con proyectos de agroecología y con los mercados locales. Estos sistemas proporcionan niveles moderados de carne y lácteos, brindan modos de vida y sustento a comunidades rurales y urbanas y hacen de los cultivos, y de los animales, algo que puede adaptarse a las volatilidades de un clima impredecible”, añade Grain.
Las soluciones existen
“Las soluciones existen; sólo necesitamos instrumentarlas con urgencia. El primer paso es redirigir los fondos públicos, y pasarlos desde los granjas industriales y el agronegocio a las fincas campesinas agroecológicas y de pequeña escala”, opina esta organización. “Los gobiernos deberían también utilizar su poder de compra para respaldar a los pequeños productores, ayudándoles a impulsar empleos, mercados y productos locales”, destaca.
“De la misma manera que numerosas ciudades están optando por energía alternativa para frenar el cambio climático, también los municipios deberían invertir en programas que relacionen la finca con los hospitales o con las escuelas, para brindar alimentos más sanos que fortalezcan a la vez a las comunidades rurales y reduzcan las emisiones de gases con efecto de invernadero”.
Grain es una pequeña organización internacional sin fines de lucro que trabaja con campesinos en pequeña escala y movimientos sociales en sus luchas en pos de sistemas alimentarios controlados comunitariamente y basados en la biodiversidad. En el trabajo también ha contribuido ATP que trabaja local y globalmente en la intersección entre las políticas publicas y la práctica para garantizar alimentos y sistemas de producción y comercio sustentables y justos.
Debate en Bonn
Invertir más rápido y más en acciones climáticas agrícolas y dar apoyo a los medios de vida sostenibles de los pequeños agricultores abre opciones para lograr un gran potencial para frenar las emisiones de gases invernadero y proteger a las personas contra el cambio climático, según han señalado los expertos en la Conferencia sobre cambio climático de la ONU en Bonn.
“La agricultura es un factor clave para la sostenibilidad de las zonas rurales y la responsabilidad en la seguridad alimentaria y, además, su potencial para ofrecer soluciones frente al cambio climático es enorme”, dijo Christian Schmidt, ministro federal de Alimentación y Agricultura de Alemania, durante una sesión de debate sobre la acción frente al cambio climático.
Los países ahora tienen la oportunidad de transformar sus sectores agrícolas para lograr una seguridad alimentaria para todos a través de la agricultura sostenible e impulsar y estrategias que aumenten la eficiencia en el uso de los recursos, conserven y restauren la biodiversidad y los recursos naturales, y combaten los impactos del cambio climático “, dijo René Castro, subdirector general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La FAO estima que n el sector ganadero, por ejemplo las emisiones podrían reducirse en un 30% con la adopción de las mejores prácticas. Los impactos climáticos extremos también afectan desproporcionadamente a los pequeños agricultores, pastores y comunidades y comunidades pesqueras que aún proporcionan la mayor parte de los alimentos del planeta. Estos programas de desarrollo sostenible también sirven para reducir sus emisiones y proteger sus comunidades.
La FAO ha publicado un nuevo libro de consulta sobre la agricultura climáticamente inteligente. El libro, lanzado en Bonn, presenta estos conocimientos y las historias de personas que ejercen ese papel. “La agricultura es una gran fuente de poderosos gases de efecto invernadero como el metano y otros contaminantes climáticos de vida corta, y por eso abogamos para que los países mejoren sus inventarios de emisiones de ganado”. dijo Helena Molin Valdés, jefa de la secretaría de la Coalición por el Clima y el Aire Limpio.
Entre las acciones e iniciativas recomendadas se encuentran: Aumentar los flujos de financiamiento público y privado para el clima en la agricultura, intensificar la colaboración entre los sectores público y privado e invertir en conocimiento e información. Se necesitan análisis adicionales para identificar mejor las barreras institucionales y los fallos de mercado que están bloqueando la adopción más amplia de prácticas agrícolas resistentes al clima y de bajas emisiones.
Fuente: La Vanguardia