Microplásticos hasta en la sopa (y en los cuerpos)

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Ha vuelto a pasar una vez más… Escuchar la palabra ‘microplásticos’ no es inusual y ahora resulta que están en todos lados, incluso interfiriendo en procesos tan delicados como el embarazo. 

Pero, ¿qué hacen estos usurpadores microscópicos? Se tratan de diminutas partículas de plástico que contaminan el medio ambiente y no se degradan completamente, sino que se fragmentan en piezas cada vez más pequeñas. Se encuentran en el agua, la ropa, los cosméticos e incluso en productos de higiene como la pasta de dientes. Debido a su presencia en los alimentos y el agua llegaron a parar hasta nuestro sistema digestivo (¡qué violenta movida para algo tan pequeñito!) con consecuencias tales como obstrucciones en el tracto digestivo, inflamación en los tejidos y alteraciones en la microbiota.

La placenta humana, que es la barrera protectora para el feto, y también una gran fuente de nutrientes, es otra sede de los microplásticos. Nos sigue sorprendiendo que hasta en el proceso de gestación estén presentes, sobre todo por su asociación a problemas de salud tanto para la madre como para su bebé. El polietileno fue el protagonista en el análisis de las muestras de placentas, evidenciando que es el mayor intruso entre todos y suele encontrarse en masa en la industria estadounidense: es un material accesible que en el 2021 abarcó el 26,9% de la producción mundial de plásticos.

Un estudio de la Universidad de Rutgers llevó esta investigación un paso más allá al analizar el impacto de los microplásticos en un modelo animal. En experimentos con ratas gestantes, los investigadores demostraron que los micro y nanoplásticos pueden atravesar la barrera placentaria hasta acumularse en los órganos de las crías. Este hallazgo confirma que la exposición a estos contaminantes no solo afecta a la generación actual, sino que también se transmite a la siguiente, planteando una preocupante dimensión intergeneracional.

No es un secreto que los principales, y casi únicos contribuyentes de este desastre ambiental, son las industrias, que producen millones de toneladas de plásticos diariamente, y el destino de éstos no es otro que los océanos. ¿Quién quiere pensar en la humanidad y su futuro cuando están amasando una fortuna?

Van unos pocos «casos», una lista aterradora de lugares, espacios, zonas del cuerpo y de la naturaleza que los engendra, adonde ya están llegando masivamente estos agentes de la destrucción:

Microplásticos en los alimentos

Microplásticos en el agua embotellada

Microplásticos en el útero y la placenta

Microplásticos en la sangre

Micrtoplásticos en el semen

Microplásticos en la lluvia

Microplásticos en el cerebro

Fuente: La Inventadera

Temas: Ciencia y conocimiento crítico, Salud

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