Derrame minero en Perú
Los residuos de la minera Cobriza cayeron al río Mantaro, principal fuente de recurso natural de la comunidad de Expansión. En la parte baja del distrito de San Pedro de Coris, se encuentra los relaves de la minera.
Una de las fosas de relave de minera Cobriza colapsó y generó un tremendo forado que permitió la fuga del material. La falta de mantenimiento de los pozos sería la causa del derrame, que primero sepultó por completo la subestación eléctrica de la misma planta y luego dejó sin luz a toda la población de Expansión.
El hecho ocurrió en las inmediaciones del centro poblado de Expansión en el distrito San Pedro de Coris.
Los pobladores del distrito de San Pedro de Coris, en Huancavelicase muestran impotentes al ver cómo el principal río, que irriga sus chacras kilómetros abajo, se está contaminando con metales pesados.
En plena sierra central, entre Huancavelica y Ayacucho, uno de los principales ríos del país se ha contaminado el miércoles 10 de julio en un centro poblado que subsiste en las faldas de la minera Cobriza.
Coris es un distrito ubicado en plena zona de emergencia y rodeado de abismos. Aquí, en la parte baja, se encuentran los relaves de la mina Cobriza. Inmensos contenedores llenos de material tóxico.
Los residuos de la extracción del mineral, principalmente el cobre, se arroja en esta zona. Para esta actividad se usan elementos altamente tóxicos para humanos y animales. Gran parte de este relave, cayó al río.
La falta de mantenimiento en la zona hizo que uno de los pozos se rompiera y dejara un forado que por lo menos tiene entre 6 a 7 metros de altura. Por ahí salió todo el relave.
Primero sepultó por completo la subestación eléctrica de la misma planta y dejó sin luz a toda la población de Expansión. Luego el relave siguió su camino y el huaico repleto de metales se desvió hacia un abismo. 67 mil metros cúbicos de relave terminaron afectando la tierra y el río Mantaro.
Según el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) lo que ha ocurrido es muy grave, pues el relave contiene metales dañinos para la salud. Aún faltan los resultados del laboratorio para determinar qué tan contaminado ha quedado el Mantaro.
Expansión es una pequeña comunidad que subsiste por la presencia de la minera. Están a metros de la puerta principal de la planta y viven de la mina. Ahora están en medio de la incertidumbre, pues si la empresa no trabaja, no tienen ingresos, pero ahora con estos daños ambientales sus vidas corren peligro.
El problema no termina en el agua contaminada del río. Los residuos que quedaron en el cerro, el relave que sepultó la subestación y el polvo de residuos tóxicos que voló por la ciudad siguen comprometiendo la salud del pueblo. La planta ha quedado paralizada, lo que también significa que el comercio de toda Expansión, está cerrado.
En este lugar, la presencia del Estado no existe. Sus postas están vacías, apenas un médico practicante atiende las emergencias que puedan ocurrir en la zona. Aquí no hay pistas, ni veredas. La mina muchas veces suple la función del Gobierno.
Expansión está ahí, a metros de la mina, pero la dirección oficial de la empresa está en otra región, eso significa que el grueso del canon minero queda fuera de esta ciudad.
Cobriza pertenece al complejo metalúrgico de Doe Run. Una empresa en proceso de venta. Este problema ha llevado a que Cobriza tenga limitaciones en el mantenimiento de sus plantas, pero también a otros problemas más.
Según la OEFA, desde el 2011 a la fecha, Doe Run ha recibido multas por incumplir normas de protección ambiental, por incumplir los límites máximos permitidos, normas de residuos sólidos, entre otros, por un total de 8 589 UIT, lo que equivale a casi 32 millones de soles. Una sanción se soluciona con el pago de una multa, pero ¿cómo se soluciona un desastre ambiental?
Fuente: No a la Mina