Un vistazo y muchar aristas. Pandemias y granjas industriales

Articulo de Revista Biodiversidad #117

Una de las peores trampas que acompañaron el establecimiento del Protocolo de Kyoto (parte de la Convención de Cambio Climático), es que los gobiernos aceptaron que en lugar de reducir efectivamente las emisiones de gases con efecto invernadero en fuente, los países del norte y empresas que más los producen pueden pagar a otros (que tengan menos emisiones) para seguir contaminando, sea a través de fondos manejados por gobiernos, o a través de mercados privados de carbono. Esto no mejora el cambio climático, pero ha dado lugar a nuevas fuentes de negocios y especulación financiera con mercados primarios y secundarios de bonos de carbono. Peor aún, los llamados “sumideros de carbono”, con los que las empresas compran su derecho a contaminar, son pingües negocios para las mismas u otras grandes trasnacionales, como es el caso de las extensas plantaciones de monocultivos de árboles, con enormes impactos ambientales y sociales. Una forma de este perverso mercado es el llamado “Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL)”, que existe dentro de la Convención de Cambio Climático. Se basa en compensar a las empresas por “evitar” la hipotética emisión futura de más gases con efecto invernadero. La mayoría de los proyectos dentro del MDL favorecen a empresas tremendamente contaminantes y dañinas al medio ambiente, porque la compensación se da en comparación a lo más sucio que sería la producción sin el proyecto presentado. Esta contabilidad no contempla lo realmente necesario: que este tipo de producción desaparezca. Existen opciones realmente “limpias” y sustentables: la producción agrícola y pecuaria campesina, descentralizada y de pequeña escala.

El proyecto MDL de Granjas Carroll es un emprendimiento conjunto de ésta (propiedad de la transnacional Smithfield, la mayor productora gobal de cerdos, pero se presenta como contraparte de México), Cargill Internacional SA, desde su sede en Suiza, y Ecosecurities Ltd del Reino Unido. La última es una empresa transnacional de transacciones con bonos y créditos de carbono.

La actitividad del proyecto es la “recuperación de metano” (un importante gas con efecto invernadero), alegando que se producirá biogás para generar electricidad, con parte del metano que se emite en las inmensas y contaminantes lagunas de excrementos de cerdos. El proyecto es mínimo en relación con las emisiones y múltiples otros impactos de Granjas Carroll, y justifica la producción industrial, ya que para captar la cantidad de gas alegada, los animales deben estar concentrados, y el excremento líquido. Los gases emitidos por el excremento de ganado, si no estuvieran confinados y en enormes cantidades, serían muchísimo menores o neutrales, porque la materia fecal de animales en campo abierto, se seca y es absorbida en forma natural en el suelo, sirviendo además como fertilizante que favorece el crecimiento de pastura que absorbe y retiene carbono.

Por el contrario, la lógica de Granjas Carroll y los otras empresas de cría industrial de animales es que se les debe pagar por manejar el problema que ellos mismos causan. Silvia Ribeiro, “Cerdos climáticos”, La Jornada, México, 10/10/2009

Las comunidades tsáchilas de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, en Ecuador, llevan más de dos décadas denunciando la contaminación del aire y de varios de sus ríos por cuenta de los desechos generados por las granjas de pollos y cerdos de Pronaca, empresa ecuatoriana dedicada a la producción de alimentos y una de las cinco compañías más grandes del país. [...]

Que el aire y los ríos Pove, Peripa y Chigüilpe han sido contaminados por residuos animales, que han perdido territorio con la expansión de la empresa y que nunca se les ha aplicado la consulta previa, libre e informada. “Como comunidad ya no podemos hacer todas nuestras actividades diarias, no podemos pescar, ni nos podemos bañar en el río. Nuestros espacios culturales se sienten cerrados. Nosotros decimos basta, queremos conservar nuestra forma de vida y si nos quitan el agua, nos quitan la vida”, dice Byron Calazacón, vocero de la nacionalidad indígena tsáchila. [...]

En 2008, miembros de las comunidades locales, entre ellas tsáchilas, acudieron ante la Corte Constitucional para presentar una acción de protección y detener la construcción de seis nuevos biodigestores que Pronaca estaba instalando para procesar el metano procedente de sus explotaciones porcinas intensivas. [...]

En 2009, el juez denegó la solicitud de detener la instalación de los biodigestores, pero reconoció los graves problemas sociales y de contaminación ambiental causados, por lo que ordenó la creación de una comisión para supervisar las actividades de Pronaca, con especial atención en la eliminación de residuos y el consumo de agua.

Sin embargo, esta comisión sólo se ha reunido una vez y la evaluación integral no se ha realizado debido a que el Estado alega falta de fondos para llevarla a cabo, “a pesar de que esta evaluación ha sido una de las principales demandas de las comunidades afectadas”, dice el informe de la Coordinadora Ecuatoriana de Organizaciones para la Defensa de la naturaleza y el medio Ambiente (CEDENMA). Según representantes de las comunidades afectadas, ningún miembro de la comunidad estuvo presente en la única reunión que tuvo la comisión. Antonio José Paz Cardona, “Ecuador, organizaciones denuncian que préstamos del Banco Mundial y del BID para financiar granjas de cerdos y pollos ignoraron denuncias ambientales” Mongabay Latam, 20 de junio de 2023

La industrialización y la consolidación corporativa de la producción de carne generan mayores riesgos para la aparición de pandemias mundiales como la de Covid-19. Los gobiernos y las grandes empresas cárnicas menosprecian por completo esta realidad.

Así, Smithfield EUA, filial ahora de WH Group, de China, tuvo que declarar un brote en sus instalaciones estadounidenses, que por unos días fueron uno de los focos de contagio más denso del planeta.

 “Creo que nuestros empleados, si bien algunos están preocupados, están agradecidos de tener empleo y recibir su cheque salarial, mientras que muchos en Estados Unidos temen perder sus trabajos o ya los perdieron”, señaló Ken Sullivan, director ejecutivo de Smithfield Foods.

Cuando se supo del contagio, la planta de Sioux Falls no detuvo sus operaciones e incluso otorgó un bono de 500 dólares a quienes no faltaran sintiéndose mal. “Para el 9 de abril, el número de casos reportados de Covid-19 en la planta se disparó a más de 80 y los trabajadores de Smithfield y la gente de Sioux Falls se preocuparon. Se realizó una protesta en el exterior para apoyar a los obreros, luego que muchos de ellos mostraron su preocupación por las inseguras condiciones de trabajo, como no proporcionarles cubrebocas y forzarles a trabajar muy próximos unos a otros”.

Bajo presión, Smithfield accedió a un cierre de tres días para hacer “limpieza” durante el fin de semana. “Suspender la operación no es una opción. La gente necesita comer”, señaló el director. En los días siguientes, el número de trabajadores infectados en la planta continuó aumentando, y alcanzó el sobrecogedor número de 350 casos para el 13 de abril. La planta procesadora de carne, en este momento, daba cuenta de 40% de los casos de Covid-19 en el estado y llegó a convertirse en el peor foco de coronavirus en el país, con trabajadores que transmitían Covid-19 a sus familias y a sus comunidades y potencialmente mucho más lejos, a través de las extensas cadenas de distribución de la compañía. Sólo después que el alcalde de Sioux Falls enviara una carta al Director Ejecutivo de Smithfield, Ken Sullivan, firmada también por el gobernador, urgiendo a la compañía a cerrar la planta por un mínimo de 14 días, Smithfield cedió, y cerró la planta por un periodo “indefinido”. https://www.biodiversidadla.org/Documentos/El-dano-global-de-las-granjas-fabriles

Aunque las poblaciones de animales pueden dividirse en industriales y de traspatio, éstos últimos se han criado durante siglos sin que haya brotes inesperados de influenza con nuevos patógenos. Las condiciones para la aparición de cepas así, parecen mejor representadas en los animales industriales. Otte et al. (2007) tabuló los brotes en granjas industriales y en granjas pequeñas buscando influenzas altamente patógenas. En Columbia Británica, 5% de las grandes granjas alojaban infecciones de H7N3 en 2004, mientras sólo en 2% de sus ranchitos hubo brotes. En Holanda, 17% de las granjas industriales alojaron brotes de H7N7 en 2003, mientras que sólo 0.1% de sus granjas con animales de traspatio tuvieron algún brote.

Incluso si éstos u otros virus de influenza se hubieran desarrollado primero en instalaciones pequeñas, son las poblaciones industriales las ideales para servir de soporte a los patógenos virulentos. Los monocultivos genéticos le quitan las posibilidades de inmunización que podrían retardar o hacer más lentos los procesos de transmisión. Las poblaciones más grandes y con mayor densidad facilitan las tasas de transmisión. Las condiciones de hacinamiento deprimen las respuestas inmunológicas. El hecho de que haya mucho recambio, la mera idea de la producción industrial implica que llegan nuevos suministros de poblaciones susceptibles (el combustible para que evolucione la virulencia). Robert Wallace, “The Agroindustrial Roots of Swine flu H1N1, 26 de abril  2009, farmingpathogens.wordpress.com/

Se está acumulando evidencia científica de que la pandemia de H1N1 emergió de los cerdos y circulaba ya en la industria porcina de América del Norte donde las condiciones eran ideales para la evolución de tales virus. mucho antes que en humanos. Desde el brote de la pandemia H1N1, las autoridades de casi todos los países han hecho poco para aumentar la supervisión de las instalaciones fabriles de cerdos. La práctica común es dejar que las compañías hagan el monitoreo, sin obligación de reportar la enfermedad si la encuentran. Por tanto, es probable que los informes de los brotes que han emergido, representen tan sólo una fracción del número real. No obstante, son los suficientes para indicar que la pandemia H1N1 estuvo muy extendida en los criaderos de puercos industriales “confinados” del mundo entero.  https://www.biodiversidadla.org/Noticias/Recordando_La_Gloria_nuevo_documental_rastrea_origenes_de_pandemia_de_virus_H1N1

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Temas: Crisis climática, Ganadería industrial

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