Juridicidad y praxis sobre agrotóxicos en la Argentina
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El agronegocio impuso en la Argentina la modalidad de uso de agrotóxicos en todo el proceso agroalimentario. El volumen de uso de los agrotóxicos pasó de 20/30 millones de litros/kilos por año aproximadamente - a principios de la década del 90 - a más de 450 millones de litro/kilos por año, en la actualidad, según la proyección de los últimos datos publicados por la propia Cámara empresarial de empresas fabricantes y productoras de agrotóxicos (CASAFE), en el año 2013.
Desde los organismos oficiales, en consonancia con las empresas productoras de semillas modificadas genéticamente y agrotóxicos - más el acompañamiento de los grandes medios de comunicación hegemónicos corporativos - se venden como bondades del modelo del agronegocio: más eficacia en el control de la microfauna y de los biotipos silvestres, siembra directa, aumento de la producción agrícola, exportaciones y mayor rentabilidad económica. En contraposición a ello, no son consideradas, en ese análisis superficial, las externalidades que el modelo de producción agroindustrial provoca: la afectación evidente a la biodiversidad, supresión de los servicios ambientales del agua y suelo, evanescencia de la diversidad agrícola, deforestación, avance de la frontera agropecuaria, despojo de tierras a movimientos campesinos y pueblos originarios, los efectos en la salud humana: el aumento considerable de enfermedades crónicas no transmisibles y de las tasas de malformaciones congénitas, daño genético y cáncer entre otras afecciones a la salud, que guardan relación directa y proporcional con el incremento del uso de agrotóxicos y OGM en la agricultura en los últimos 20 años en la Argentina.
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Fuente: Naturaleza de Derechos