El Movimiento por el agua y los territorios de Chile
El verano chileno continúa marcado por el proceso de lucha que estalló el 18 de octubre del año pasado contra las consecuencias de un sistema basado en la precarización de la vida, la marginalización y la privatización de todo espacio público y bienes comunes. Ni las políticas neoliberales, la desarticulación social y la represión pueden frenar el proceso organizativo chileno que se vienen gestando desde hace décadas entre movimientos sociales, feministas, socio-ambientales, estudiantiles, de pueblos originarios, migrantes y diferentes sectores oprimidos a lo largo de todo el país.
Porque “no son 30 pesos, fueron 30 años”: 30 años de represión y silencio, de segregación y precarización pero también años de rearticulación y crecimiento del movimiento social. Compartimos la entrevista a Francisca Fernández.
El 1ro de Febrero, en la Asamblea abierta de la Coordinadora 8M de Santiago de Chile convocada para organizar la Huelga general del 8 de marzo nos encontramos con Pancha (Francisca Fernández) del Movimiento por el agua y el territorio (MAT) de Chile. En esta instancia intercambiamos sobre el proceso organizativo que se viene dando este movimiento ¿Qué lugar tiene el movimiento en el levantamiento insurreccional y el proceso constituyente que se abre actualmente? ¿Cuáles son las perspectiva de cambio que se abren?
Ayelen: ¿Cómo surge el MAT en Chile? ¿se extiende a lo largo del país? ¿articulan con otros movimientos sociales y ambientales de Chile o de otros países? ¿qué luchas y reivindicaciones sostienen?
Pancha: El Movimiento por el Agua y los Territorios lo conformamos en el 2013. El proceso es bien interesante. El OLCA (Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales), una ONG, realizó un encuentro que se llama “Aguante la vida”, en el que distintos territorios mostramos y visualizamos nuestro conflicto socioambiental para generar estrategias conjuntas, teniendo en cuenta las demandas y las posibilidades de construcción de alternativa. En uno de los primeros “Aguante la vida” se resolvió que se necesitaba conformar un MAT con un principio, una demanda, fundamental: la derogación del código del agua.
En el fondo para nosotres el gran problema en Chile es la privatización de todos los bienes comunes y de la vida en general, la precariedad que habitamos sostenida por la constitución de 1980, que consagró el agua como bien privado y si bien lo reconoce como bien nacional de uso público, su forma de aprovechamiento es a través del derecho del agua. En Chile el código de agua 1981 te permite vender, comprar, arrendar y hasta hipotecar el agua. Es decir, el agua es privada. Y eso es demasiado importante para nosotres y nos conformamos al ala de esta exigencia en 2013.
Lo conformamos alrededor de 100 organizaciones desde Arica a Magallanes, constituidas en tres zonales: zonal norte, centro y sur. Yo participo del zonal sur, específicamente el Bloque Andino por el agua del territorio, que somos un bloque que funcionamos en un espacio que se llama Cerro Blanco en recoleta que recuperamos hace 20 años. Lo conformamos organizaciones territoriales, socio-ambientales, estudiantiles, OLCA, Asambleas por el Agua y soberanía del Puente Alto; en el sur, la red de defensa de los territorio; en el norte, la coordinadora de mujeres por la defensa del río y la madre tierra, entre muchos otros espacios y organizaciones artísticas, de pueblos originarios y migrantes.
Es un movimiento bien diverso y justamente esa diversidad hace que nos definamos como movimiento Plurinacional. Cuando hablamos de plurinacionalidad no hablamos exclusivamente del reconocimiento de los pueblos originarios sino que nos reconocemos como distintas comunidades, territorios y pueblos que tenemos horizontes políticos que queremos articular desde lo originario, desde lo afro, desde lo migrante, desde lo rural, desde lo urbano.
Otro hito super importante es que nos definimos como movimiento Antipatriarcal. Entendemos que el origen del despojo, la contaminación y la degradación de nuestras aguas, de los territorios en general y de nuestros bienes naturales es el extractivismo. El extractivismo ha sido la forma en el que el capitalismo ha azotado a los territorios colonizados. Por eso también nuestra lucha, siendo un movimiento plurinacional, tiene carácter descolonizador. Entendemos que la forma de construcción del capitalismo en la modernidad ha construido un poder y una forma de entender a la naturaleza basada en su explotación y consumo. El extractivismo es la extracción ilimitada de los bienes comunes para las ganancias de los mercados internacionales. La misma forma de explotar a la naturaleza es con la cual se ha explotado el cuerpo a las mujeres, les niñes y las disidencias. Entendemos que el extractivismo tiene lógicas de economías masculinizadas que han instalado la precariedad de la mujer en el ámbito laboral, el no reconocimiento del trabajo reproductivo. Además, solemos ser las mujeres las que estamos en el espacio de la resistencia y de la construcción de la alternativa desde la agroecología, el cuidado de la semilla y resistiendo los cortes de ruta. Desde ese carácter antipatriarcal muchas de nosotras nos referimos como ecofeministas o feministas territoriales. Nosotres hablamos hace rato del feminismo de los pueblos, es por eso que hace un año del MAT somos parte de la Coordinadora Feminista 8M y conformamos un comité socioambiental.
Somos plurinacionales, tenemos el carácter descolonizador, somos antipatriarcales y nuestra lucha primordial y esencial es la desprivatización del agua y de los territorios ¿Bajo qué? Derogar el código del agua, finalizar con las instituciones privatizadoras y que realmente haya una institucionalidad que permitan fiscalizar respecto al ámbito socioambiental. También exigimos la demanda de los derechos de la naturaleza. El agua debe ser reconocido como un derecho humano
¿Cómo lo hacemos? vía asamblea general constituyente real, plurinacional, feminista y desde el enfoque socioambiental popular, que permita una nueva constitución donde el agua se consagre como derecho humano pero también como derecho a la naturaleza, ¿en qué sentido? en que nuestra lucha no es solo por el consumo humano del agua sino también por el equilibrio del ecosistema, por la mantención de los flujos y los ciclos hídricos. Implica tener otra mirada de la relación con la naturaleza entendiendo que somos parte de y estableciendo interrelaciones que requieran, por ejemplo, de la justicia restaurativa.
Hablamos de justicia restaurativa porque queremos una justicia ecológica que restaure el ecosistema y que permita la generación de la vida y que además permita la dignidad de los pueblos. Es un horizonte bien particular, en ese sentido como movimiento socioambiental tenemos alianzas con otros movimientos sociales vinculados con la lucha por la desprivatización y contra la precariedad de la vida. Además de ser parte de la Coordinadora Feminista 8 de Marzo con algunas dificultades hemos participado algunas organizaciones de Unidad Social. También tenemos cercanía con la ACES (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios) al entender que la lucha contra la desprivatización educativa es la misma lucha contra la desprivatización del agua. Tenemos cercanía internacional con el Asamblea Agua de Mendoza. También tenemos cercanía con el Foro Fama en Brasil y hay compañeras que son parte de una Red de Mujeres Defensoras de la Madre Tierra y en contra de la Minería. Se han ido articulando relaciones en distintos niveles.
Ayelén: Es muy interesante el proceso de constitución del MAT y cómo este movimiento está vinculado con todas las luchas que se están dando a lo largo del país desde hace años y que en este momento estallan; así como el modo en que se articulan luchas socioambientales, por el agua y contra el extractivismo en toda la región, dado que como países dependientes es el sustento de las economías nacionales tanto en los países con gobiernos progresistas como con gobiernos neoliberales clásicos.
Pancha: Es muy importante lo que decis porque, por ejemplo, nuestra propuesta es una alternativa a la lógica del desarrollo. Los estados progresistas han podido reconocer los derechos a la madre tierra, como Ecuador y Bolivia, pero no cambiaron el modelo energético productivo, siguieron arrasando con los territorios. Entonces acá estamos diciendo: La lucha socioambiental hoy tiene un carácter de urgencia, que la existencia misma de la vida tanto humana como no humana y es el carácter de urgencia. Y por eso nuestra idea es también la construcción de alternativa, para desplazar este modelo productivo energético.
Y ¿desde donde? Señalamos las economías territoriales, la gestión integrada pensada desde las cuencas donde nos encontremos las distintas comunidades; desde la agroecología, en contra de los agrotóxicos y el uso de plaguicidas; desde la lucha de las semillas. Esto nos entrelaza en contra de los tratados de libre comercio que vienen a intensificar los procesos de privatización. También tenemos construcción de alternativa que ya estamos habitando, por ejemplo está la Escuela Agroecológica Genuina que es parte del MAT y que ha hecho un trabajo muy interesante desde esta perspectiva de la agroecología. Es decir, son muchas aristas bajo, justamente, lo que tu bien señalas, uno de los supuestos importantes de nuestra lucha es mucho más transversal: derrocar la lógica de cómo se ha instalado la relación con la naturaleza, con los bienes comunes y que implica finalmente derrocar el neoliberalismo. Osea pensarlo desde otros lugares posibles y desde esa lectura articularnos con otros sectores.
Ayelén: En relación a este estallido que se da en Chile desde el 18 de Octubre del año pasado, algo que es muy palpable es que que la lucha tiene una perspectiva amplia -contra un modelo neoliberal- en el que se articulan diversos sectores organizados a lo largo del país. El MAT que ya tiene siete años de existencia ¿cómo crees que aporta este movimiento al proceso abierto desde el estallido? y a la inversa, ¿qué efectos tiene este proceso en el movimiento por el agua?
Pancha: Creo que uno de los grandes aportes del estallido en general es la importancia de la radicalidad y la movilización constante. Hemos visto durante estos treinta años post dictatoriales que realmente los cambios estructurales no los logramos. Entonces lo que sostiene el cambio estructural es la movilización y visiones más rupturistas del modelo. En este sentido ha habido actives muy interesantes, por ejemplo, en muchos territorios con la movilización de octubre se rompieron boca de toma. Las bocas de toma son donde se desvían las aguas y se manejan. Esto es un giro en la radicalidad de la lucha, antes no se había hecho. Otro ejemplo, se tomó un pozo, el pozo 9 en el Melón donde la comunidad también se movilizó y finalmente los desalojan. Pero se entiende que ya tiene que haber este tipo de acciones directas. No estoy diciendo que no haya debate legal, que es fundamental también y lo estamos dando pero ahora también tenemos que hacer acciones concretas. Entonces quizas esta gran emergencia, nos posibilitó a tener más seguridad de que los cambios también pasan por esas acciones directas. Ahora se nos viene el 22 de marzo, que es el día mundial por el agua, donde planeamos ese tipo de acciones además de movilizaciones, marchas, participación de foros y conversatorios.
Obviamente hay una retroalimentación sin embargo todavía creemos que hay altos desafíos de reconocer la importancia de la dimensión social y mental de la lucha en general. Por ejemplo, nos pasa que escuchamos mucho sobre “recuperar los recursos naturales” cuando hace años hablamos de “bienes comunes”. O se habla de “nacionalizar el agua” cuando no es lo que interesa nacionalizar porque no interesa el tipo de estado que se ha construido ni que ellos sean los gestores del agua. No! queremos gestion comunitaria del agua. Estas son las perspectivas generales.
Ayelén: Bien, parece que el proceso de estallido social mantiene en crecimiento y ebullición el proceso abierto por el MAT durante tantos años de lucha y organización. Hay una pregunta mas para ir cerrando que se nos presenta a todes quienes estamos viendo el proceso chileno, que es ¿Hacia donde ? ¿Cuáles son los resultados o los horizontes que se puedan llegar a dar tanto por vía legal, por la nueva constitución, como el proceso constituyente que se está dando en el pueblo?Pancha: Para ir cerrando, la pregunta más difícil. Mira hemos hecho una lectura importante. Para nosotras el proceso constituyente tiene dos momentos, dos dinámicas o dos temporalidades como le quieran llamar. El institucional y el movilizado. El institucional tiene que ver con el debate de la Nueva Constitución , que iremos a una Asamblea Constituyente. Pero voy a referirme más al segundo.
Pancha: Entendemos el proceso constituyente como la constitución de nuevos horizontes políticos que nos permitan la construcción de alternativa ¿desde donde? desde las asambleas territoriales, los cabildos y espacios autoconvocados. Esos procesos constituyentes tienen una temporalidad mucha más larga de la que nos da la institucionalidad. Es lo que estamos habitando ahora desde dentro de la movilizaciones en los distintos territorios. Entonces el proceso constituyente de esta construcción de un nuevo horizonte político requiere un proceso destituyente, la desmonumentalización por ejemplo -se han roto muchas estatuas para resignificar y recolocar por ejemplo una casica diaguita del norte en La Serena, o pintar, o renombrar la Plaza Italia que se llama hoy la Plaza de La Dignidad-, es un gesto destituyente que va más allá de lo que el acta de la Constitución permite.
Igualmente también estamos en el proceso constituyente institucional debatiendo respecto a esos procesos, que por ejemplo nosotras decimos “queremos asamblea plurinacional, feminista y desde un enfoque socio-ambiental que reconozca los derechos de la naturaleza”. Entonces a nivel institucional vamos a presionar hasta el máximo. Sin embargo respecto a las elecciones tanto en el MAT como en la Coordinadora 8M, no tenemos claridad. Hay un sector que llama a boicotear y otro sector que dice participemos para no quedar afuera de la posibilidad que se derogue el codigo agua o de otros cambios estructurales. A mi en lo personal me pasa que por dia cambio de opinión, de momentos digo “hay que boicotear porque ya no se puede más, es todo una burla, nos asesinan, dan una serie de requerimientos que impiden criterios tan básicos como la paridad, ni siquieras estamos en una lucha feminista, la paridad me parece un criterio lógico, entonces tu dices esto es una porqueria”, y por otra parte tu dices “ pero claro , ahora es un momento en que realmente podríamos colocar es que se pueda derogar el … de agua y eso generaría un cambio super potente” pero no hay claridad.
¿Cuál es la claridad? posicionar y presionar hasta el máximo para una Asamblea Constituyente a nuestra medida, a la medida de los pueblos, presionar de mantener la movilización por Marzo y por todo el 2020, y respecto a la agenda institucional ir evaluando desde este marco de presión.
Ayelén: Muchas gracias se que no va a ser fácil pero se viene y se continúa la lucha fuerte, que igual yo creo que más allá del horizonte ya está generando transformaciones durante el proceso constituyente y de lucha insurreccional que aún sigue abierto.
Fuente: ANRed