Ratifica el Senado acuerdo mundial sobre transgénicos
Prensa
El Universal, México, 2-5-02
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Ratifica el Senado acuerdo mundial sobre transgénicos
Después de dos años, el Senado de la República ratificó el Protocolo de Cartagena, que obliga a México, entre otras cosas, a cuidar que todo lo relacionado con los organismos vivos modificados o transgénicos, se realice sin riesgos para la diversidad biológica y la salud de la población.
Los transgénicos o también bautizados como "alimentos Frankenstein", son creados por métodos de laboratorio y son principalmente de alto consumo humano: Maíz, soya, arroz, jitomate y algodón, entre otros, son manipulados para introducirles genes de otras especies no sólo de su mismo reino, sino también animales, vegetales e incluso bacterias para conferirles características que no tienen por naturaleza.
La ratificación realizada a última hora por el Senado, fue aplaudida por la organización Greenpeace, principal opositora a los transgénicos, por considerarlos un "grave riesgo" para la diversidad biológica, que puede ser contaminada con los genes nuevos, y provocar impactos en la salud humana.
No obstante, Greenpeace puso en evidencia la doble actitud en el Congreso de la Unión, ya que mientras que el Senado ratificó ese Protocolo de Cartagena, los diputados congelaron, por presiones de las empresas agrobiotecnológicas, una Ley de Bioseguridad que permitirá establecer reglas concretas sobre la presencia de transgénicos en territorio mexicano.
"Felicitamos a los senadores de la LVIII Legislatura por reconocer la importancia de este instrumento regulatorio con el que brindan a México la posibilidad de proteger la biodiversidad del territorio nacional ante los posibles efectos negativos de los transgénicos, mismos que ya contaminaron genéticamente variedades nativas de maíz en Oaxaca y Puebla", aseveró Liza Covantes, coordinadora de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace México.
"Sin embargo, el hecho de que la Cámara de Diputados no esté caminando en la misma dirección es muy preocupante. Existen iniciativas de Ley de Bioseguridad desde 1999, si bien algunas de ellas han tenido errores, desde entonces ha habido una fuerte discusión alrededor, se han incorporado enmiendas y recomendaciones de los sectores científico, social e incluso empresarial. De hecho se han presentado nuevas iniciativas. Que ahora las empresas y los científicos digan que no se les toma en consideración y que con ello logren que haya sido descartada de la agenda no hace sino demostrar exactamente lo contrario", agregó Covantes.
"Si el gobierno no toma las medidas necesarias para detener la contaminación del maíz mexicano, empezando por la importación de las variedades transgénicas de este grano, el Congreso tiene que hacerlo. No se trata de criminalizar la investigación científica, como maniqueamente los representantes de la industria afirman, se trata de que la biodiversidad no sea afectada y de que los más pobres no pierdan aún más en el camino. Es para eso para lo que una ley en bioseguridad es indispensable", afirmó María Colín, asesora de la campaña de ingeniería genética de la sección mexicana del grupo ambientalista.
Greenpeace responsabilizó directamente a la fracción panista de la Cámara de Diputados de haber obstaculizado la discusión sobre esa Ley que el mismo Ejecutivo considera necesaria para proteger la riqueza biológica de México que figura como una de las más importantes del planeta si se toma en cuenta que nuestro país es el cuarto a nivel mundial en biodiversidad.
Guillermina Guillén
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